CAPITULO 4

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-duquesa Girard, tenemos una habitación para que descanse un poco-hablo la concubina Eva mientras caminaban por los pasillos-está justo al lado de la mía por si necesita algo, mis queridos jóvenes estarán al pendiente de su salud-dijo girando el picaporte plateado de la fina puerta de caoba, la alfa con cortos pasos siendo apoyada por el joven Yannick quien la sujetaba entró a la amplia habitación, se encaminaron directamente a la cama donde está se sentó.
Alzó su mirada a la puerta-gracias por su amabilidad señorita Eva, gracias jóvenes por tener atención, no se como se los puedo pagar-dijo cortésmente mirando a los presentes.
-si podría pagar esa deuda-hablo con severidad Eva, Alba se sorprendió pero se limitó a escuchar-usted tiene una importante posición, así que me gustaría entregarle a mi hijo más preciado.
-¿quién es ese joven?-preguntó curiosa mirando a la mujer a la cara.
-es Yannick-hablo con tristeza en su semblante.
-¿por qué?-preguntó con sus ojos abiertos de par en par, Alba no le cabía en la cabeza de tener a un miembro del harem con ella.
-Belmont XI, lo quiere, no voy a entregarles a esa nobleza baja a mi más hermoso hijo, su magestad me dio la idea de ofrerlo a usted, si la gran duquesa Girard lo reclama, nuestro señor abogara a nuestro favor-hablo caminando hasta estar cerca de la cama, ahí está se arrodilló y tomó un pie de Alba rogando-por favor, usted pondrá las condiciones, pero acepte a mi hijo-tras haberlo dicho las jovencitas y el omega Yannick se inclinaron al igual que Eva.
Sin opciones la duquesa acaricio suavemente la cabeza de la mujer, esta inmediatamente levantó su mirada encontrándose con la de Alba-aceptó, pero señorita Eva, es muy tarde para hablar de esto... Mañana decidiremos las condiciones más justas para los tres.
-agradezco de todo corazón su amabilidad-dijo la mujer a punto de estallar en lágrimas, sin más se marcharon dejando sola al fin a la duquesa.
Con un pesado suspiro se recostó bajo las cobijas, Alba miró la ventana durante un tiempos hasta que el cansancio la venció y cayó en un profundo sueño.

[.....]

-¡líder!-exclamó el subordinado, este se giro mirando a la persona que corría rápidamente, casi amanecía, adán se alivio al ver que su compañero venía con órdenes del rey.
-¿cuáles son las órdenes?-preguntó a su agitado compañero
-me dijo que no se fuera de aquí hasta que este recuperada-habló tratando de recuperar el aliento-o el tenga tiempo para buscar un lugar.
-¿que sucedió? ¿Por qué es tan vago su orden?-preguntó el líder Adán.
-la reina recayo anoche, apenas pude hablar con él, todo el banquete fue un caos al saber el estado de la reina y nuestro rey salió corriendo del lugar.
-esta bien... Esperaremos aquí hasta que la alfa se recuperé-dijo adán con resignación y con un sentimiento de impotencia al saber que la captura de los nobles traidores será aplazado por un tiempo.
El sol se elevaba más en el cielo, sus rayos entraron por las ventanas de la mansión despertando a las personas dentro, el harem rápidamente inició sus labores, mientras que perezosa mente Alba abría los ojos.
Con un suspiro pesado se levantó de la cama sintiendo un poco de incomodidad por los vendajes en sus heridas, camino hasta la ventana siendo cegada por unos momentos por el brillante sol, un poco confundida abrió la fina ventana dándole paso al refrescante viento que golpeó su rostro con suavidad reconfortandola, aspiro el fresco aire con alegría hasta que unos toques en su puerta interrumpieron.
-¡adelante!-hablo para continuar viendo atrávez de la ventana dándole la espalda al umbral de su puerta, la cerradura sonó y la puerta rechino avisando que aquella persona entró al lugar.
-duquesa Girard, soy Yannick-dijo una tierna voz, a la alfa se le erizo la piel y se giro encarando al omega, un poco tímido por la mirada de Alba camino adentrándose más a la habitación, dejó en la silla cercana el cambio de ropa para la duquesa con cautela, con pasos cortos se dirigió a la cama y comenzó a hacerla.
Cuando todo estaba perfectamente acomodado, Yannick miró a la alfa que aún lo veía desde la ventana y con calma separó sus rojos labios-duquesa sería tan amable de tomar asiento en la cama-dijo de manera cohibida por la intensa mirada que le daba Alba, esta obedeció a la sugerencia de Yannick.
Este miró a la mujer y salió de la habitación dejando entre abierta la puerta, Alba comenzó a dudar sobre las acciones del lindo omega durante un corto tiempo hasta que este apareció con vendajes limpios entre sus manos.
Yannick se sentó al lado de la alfa, con suavidad tomó el antebrazo izquierdo de Alba comenzando a desenrollar el vendaje, cuando el brazo de la duquesa estuvo libre, está miró el corte junto a serios moretones que inmediatamente le recordaron el dolor agonizante de la noche anterior, apartó su vista para después sentir un increíble ardor, el omega vertida un poco de alcohol por la zona escuchando los leves quejidos que la duquesa no podía contener, después de ese momento suavemente enrollaba las nuevas vendas.
-listo... - mencionó con suavidad Yannick para levantarse de la cama y caminar a la silla donde estaba perfectamente doblada la ropa limpia para la alfa, al tener las prendas entre sus manos camino al otro lado de la amplia habitación para desplegar el biombo de madera y seda, dentro del lugar dejo las prendas colgadas y salió para mirar a la mujer-duquesa Girard esta todo listo, por favor pase a vestirse con nuestras humildes prendas.
Alba ni siquiera le interesó cuán refinado era el ropaje, simplemente entró y con algo de complicaciones se coloco aquel vestido, este era suave, cómodo y de tonos neutros, en problema es que era una prenda diseñada para betas y omegas femeninas, por lo tanto este cerraba por la parte trasera y los diseños para las alfas siempre se ajustaba por delante evitando que estas ocuparán ayuda de alguien más.
Con resignación salió del lugar mirando a Yannick que estaba con la mirada baja a una distancia considerable, esta camino a la cama y se sentó tomando su cabellera para pasarla a su pecho y mostrarle su espalda descubierta-cierra esta cosa-ordenó mirando de reojo como el omega lo hacía, después se giro encarando al omega quien le presentó unas botas negras y Alba sin objetar se las coloco para salir de la habitación con el omega siguiéndolo unos pasos atrás.

El Harem De La Duqueza GirardWhere stories live. Discover now