Seis

183 36 2
                                    

''El amor propio es importante. Es verdad que amando a alguien más solemos perder el amor hacía nosotros mismos. Pero, tu eres quien debe amarase, de principio a fin"

La psicóloga, Samantha Melanie, era su fiel consejera y confidente desde hace cuatro meses.

Ella era casada y tenía una familia. Habían bonitas fotografías adornando su consultorio; fotografías de su esposo y de su hija, con algunas personas mayores (apostaba que eran sus padres) a su aldo luciendo sus títulos y variedad de logros académicos.

Además de que mostraba orgullosa el anillo en su dedo anular.

"¿Qué significa que pueda ver mi reflejo en el espejo? Antes de mi divorcio no era capaz de reconocerme en el espejo, ¿significa que estoy mejorando?"

Ella sonrió complacida mientras acomodaba sus lentes de armazón delgado y dorado.

Estaba demasiado satisfecha con el avance de Plan. Ella no sabía cómo el chico había terminado en su consultorio pero sin duda no se parecía en nada al Plan de hace cuatro meses.

No parecía tan roto, tan inseguro y con tanto odio hacía si mismo. Sin duda, era un gran cambio la forma en la que había empezado a ver el amor.

"Significa que estas empezando a aceptar quien eres. Empiezas a amar tu yo verdadero"

La sesión terminó con una sensación de satisfacción plena.

Plan caminó hasta la cafetería más cercana, compró un bubble tea y caminó hasta el parque más cercano.

Admiró a las parejas pasar, al igual que a los niños y sus familias.

Su corazón dolió un poquito cuando vio a dos hombres sosteniendo a una niña, ella reía y ellos parecían felices.

Quizá ese hubiese sido su futuro.

Cuando terminó su bebida estaba dispuesto a abandonar el parque tan perdido en sus pensamientos que no notó que alguien estaba cerca de él.

"Lo siento mucho" se disculpó ayudando a la otra persona a levantarse del suelo.

"No hay problema" fue su respuesta mientras acomodaba sus ropas. "Oh, eres tu. Al que encontré la otra vez con mi ex-esposo"

Y Plan nunca había sentido tanta vergüenza.

"Yo lo siento mucho por eso, no estaba en un buen momento y yo solo- perdón por haberme metido con tu esposo"

"Ya, no importa. Eres sincero y eso cuenta para mi" el chico le sonrió con sinceridad. "¿Quieres un café?"

"Yo- si"

"Soy Saint"

"Plan"

Y ambos estrecharon sus manos.

Goodbye, my love Donde viven las historias. Descúbrelo ahora