4| pieces over christmas

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Fred me habló, se disculpó. No quería que me asustara, solo estaba enojado. Le dije que estaba bien, es mi hermano, y solo trata de protegerme.

Pasó una semana y lo único que pasó fue que ya estamos todos en casa. Empecé a ignorar a Adrian y empecé a hablar más con Cormac McLaggen. Era el portero de nuestro equipo de Quidditch. Creo que tengo algo con el Guardián de Quidditch.

-Es Navidad y lo único que haces es llorar o dormir en nuestra habitación -dijo George y se sentó a mi lado y me acarició el cabello de la cara.

-Vete, estoy durmiendo -murmuré, seguido de un sollozo.

-Por supuesto -George se rió entre dientes y me dio un abrazo de hermano mayor- Mamá dijo que hizo el almuerzo -dijo en voz baja.

-No tengo hambre -murmuré y miré por la ventana.

-¡Vamos, Her y Harry también están aquí! -Trató de animarme George.

-Bien -Hice un puchero y me puse de pie.

Abajo vi a mi madre, que hablaba con Fred. Pero cuando ambos me vieron, se separaron.

-¡Cassiopeia! -Dijo mamá alegremente.

Le devolví la sonrisa débilmente.

-¡Finalmente saliste de tu habitación! -Charlie me miró y sonrió.

-¡Charlie! -Sonreí y corrí hacia mi hermano mayor, que estaba en Rumania.

Me dio un gran abrazo y me acurruqué en su pecho.

-Te extrañé, Charlie -susurré y sentí un beso en mi mejilla.

-Yo también te extrañé, pequeña -sonrió suavemente, cuando me dejó de nuevo en el suelo.

Miré a Fred, quien me miró al mismo tiempo. El sonrió un poco. No podía sonreírle, no porque no estuviera enojada. Fue el hecho de que casi me golpeó.

-¿Cass? -Me di cuenta, que se acercó a mí y puso sus manos sobre mis hombros.

Di un paso hacia atrás y miré hacia abajo.

-¿Podemos ... podemos hablar, por favor? -Preguntó y me miró.

Asentí y fui a la cocina.

-Habla -dije, mientras agarraba una nueva botella de agua.

-Mira, lo siento ... -Comenzó- Pero estaba enojado

-No hay razón para atacar a tu propia hermana -murmuré y lloré de nuevo.

-¡Por favor, lo siento! ¿Qué es lo que quieres? ¡Me siento mal cuando ni siquiera me estás hablando! -Rogó Fred y se sentó en la mesa.

-Acepta mis decisiones -Susurré con los dientes apretados. Sollozo y miró hacia otro lado- ¡Es mi vida, Fred! -Dije.

-¿Por qué él? -Sonaba cansado.

Ojalá nunca hubiera dicho esto:- ¡Porque me gusta, Fred! -Grité y mis ojos se abrieron como platos, cuando escuché esa frase una y otra vez.

-¡No puede hacerlo! -Gruñó en respuesta.

-¡Sí! -Grité y arrojé mi botella vacía contra la pared, lo que provocó que toda la gente de la casa se fuera a la cocina.

Nuestra mamá se interpuso entre nosotros y George murmuró el hechizo de limpieza, para limpiar los pedazos de vidrio rotos.

-¡Cálmense los dos! -Gritó y Hermione me tomó por los hombros para volverme hacia ella.

-Caminemos un poco -Dijo tranquilamente.

Miré a Fred, sus venas estallaron por su ira y sus ojos brillaron hacia mí.

-¡Vete a la mierda, Fred! -Grité con lágrimas en los ojos.

-¡Retira eso! -Gritó y George se acercó a él.

-¡Nunca lo haré, idiota protector! -Grité llorando.

-¡Te odio! -Gruñó y salió de la cocina.

Lo único que se podía oír era un fuerte estallido.

-Her, ve con ella. Necesita un mejor amigo -dijo Harry y se fue con George y Ron al piso de arriba.

No podía entrar a mi habitación, porque compartía una con Fred y George. ¿Qué podría ser lo peor a veces? Básicamente, las mañanas eran las peores, para mí. Porque son hombres, y yo soy la mujer de un maldito trillizo.

Hermione me sacó de la cocina y nos sentamos en el jardín.

-¿Estás bien, Cass? -Preguntó en voz baja.

-Sí, lo estoy. Solo estaba ... solo estaba enojada. Fue bueno dejarlo salir todo -Suspiré.

-Está bien, él estará bien -Hermione me miró.

-Lo siento -murmuré avergonzada.

-Está bien, todo estará bien -sonrío suavemente.

Solo pasaron unas horas, cuando todos nos sentamos a la mesa. Era la noche de Navidad y todos actuamos como si nada hubiera pasado, entre Fred y yo. Es una cosa de trillizos, supongo.

Mamá nos dio otro suéter, con nuestras primeras letras, que eran: 'G', 'F' y 'C'. Eran verdes y la letra era amarilla, casi marrón claro.

Comimos y bebimos, cuando escuché el timbre de la puerta. Me levanté y me dirigí a la puerta.

La abrí y casi me atraganté con mi propia saliva.

Desperate (+16)Where stories live. Discover now