Capítulo 26

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Abrí los ojos y me levanté notando que estaba en una pradera cubierta de flores hermosas.

Miré a todos lados y cuando volteé hacia atrás, mis ojos se llenaron de lágrimas.

-Hola Izaro... -

-Mamá... papá... -

Corrí hacia ellos y los abracé, ellos me recibieron sonriendo y me correspondieron al abrazo.

-Los extrañé... - Dije.

-Y nosotros a ti, princesa- Dice papá.

Comencé a llorar junto a ellos por un largo tiempo.

-Estamos orgullosos de ti cariño- Dice mamá.

-Fuiste la mejor Alpha que vi en mi vida- Dice papá -Pero... es mejor que vengas con nosotros... ya hiciste mucho por la manada, estarán bien-

-¿Están seguros? No quiero... dejarlos aún- Dije.

-Si cariño, tuviste que aguantar tanto estrés por nuestra culpa... déjanos recompensarte aquí- Dice mamá.

Yo me separé para verlos, ellos me tomaron las manos y se dieron la vuelta.

Vi al frente y noté una niebla muy densa.

Yo les sonreí y caminé junto a ellos. Ellos entraron un poco a la niebla y yo me quedé frente a ésta un momento.

Hasta que el viento empuja mi cabello hacia el frente pero con aquel viento me llega el aroma de aguiel.

Este aroma...

¿De quién era?

No puedo recordarlo...

-¡Izaro!-

Fue casi inaudible pero me detuve de golpe.

-¿Cariño?- Preguntan mis padres.

-Yo... -

-¡Izaro!-

Ahí estaba de nuevo.

Abrí los ojos de par en par soltando las manos de mis padres y dándome vuelta.

-Joel... - Recordé al verlo.

Él corría hacia mi, estaba tan lejos... apenas podía verlo.

-¡Izaro, por favor!-

Miré a mis padres y luego hacia la niebla.

-¡Izaro, vuelve... ! ¡No me dejes! ¡Te necesito!-

Me di vuelta hacia mis padres y resoplé.

-Lo siento... - Murmuré y caminé hacia ellos nuevamente.

-¿Izaro?-

Los abracé a ambos.

-Perdónenme, aún no puedo ir con ustedes- Dije.

Ellos suspiran y me abrazan.

-Está bien cariño... lo entendemos- Dice mamá.

-Cuídate... - Dice papá.

-Los amo... - Mi voz salió llorosa.

-Y nosotros a ti-

Me separé y retrocedí sonriendo.

Vi como la niebla comenzaba a cubrirlos pero yo me di vuelta y comencé a correr.

Abreté los puños y los dientes pero no dejé de sonreír, sentía mis lágrimas salir de mis ojos pero por andar corriendo se perdían en el viento.

SOY TU ALPHAWhere stories live. Discover now