-Hm... - Me levanté lentamente y con esfuerzo ya que mi cuerpo se sentía muy pesado.
Miré a mis alrededores notando que estaba en el hospital de mi manada.
En ese momento, la puerta se abre y entra un doctor.
-Me alegro que haya despertado, Alpha- Dice y camina hacia mi para checar las máquinas a las que estaba conectada y luego quitarme algunas cosas.
-¿Qué... pasó?- Murmuré.
Me dolía la cabeza, no podía pensar con claridad en lo que había sucedido para que terminara aquí.
-No tengo muchos detalles pero creo que el Beta la encontró junto a su Mate frente a una casa en llamas-
Abrí los ojos de par en par.
-¿Dónde está?- Mi voz salió demandante y gruesa.
-Alpha, debe calmarse... -
-No voy a calmarme hasta verlo. Así que díme... por favor- Dije.
Él suspira.
-Habitación trecientos tres- Dice y yo salí disparada.
Miré el número de mi habitación, no era tan lejos.
Caminé rápidamente para llegar a aquella habitación, aunque tuve que apoyarme varias veces de la pared por unos fuertes mareos a causa del golpe y todo lo sucedido la noche anterior.
Entré a la habitación de golpe llamando la atención del que estaba en la camilla.
-Izaro... -
Mis ojos se llenaron de lágrimas y mi labio inferior comenzó a temblar. En un segundo ya estaba abrazándolo mientras escondía mi rostro en su pecho.
-Idiota... tuviste que quedarte afuera... - Dije entre sollozos.
-No iba a dejarte morir... -
Ya no dije nada, solo me quedé llorando de alivio y miedo.
No quería que aquello se volviera a repetir... no con Joel...
-Alpha- Brais y Enzo llegan a la puerta de la habitación pero se quedan callados.
Estuve llorando bastante tiempo, Joel acariciaba mi cabello y eso me hacía sentir mucho mejor que antes, también me había hecho subirme por completo a la cama y abrazar su cintura estando entre sus piernas.
Me sentía una niña nuevamente, desprotegida y querida...
Resoplé y me acurruqué más contra él.
-Alpha, el doctor dijo que ya pueden irse- Dice Brais desde el otro lado de la puerta.
Yo me levanté pesadamente.
-E..Está bien- Dije mientras limpiaba mi rostro por el rastro de lágrimas en mis mejillas.
Suspiré calmándome y luego miré a Joel.
-Los chicos te darán ropa para que puedas cambiarte y salir, te espero afuera- Dije y llevé mi mano a la manija de la puerta.
-Izaro... - Me detuve y lo miré -¿Estás... bien?-
Le sonreí.
-Si... si tú estás bien, yo también lo estoy-
Abrí la puerta y salí.
Fui a la habitación en la que desperté, ya me habían dejado ropa sobre la cama así que, la agarré y entré al baño para cambiarme.
Aproveché para lavarme el rostro y refrescarme el cuello y los brazos.
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SOY TU ALPHA
WerewolfDesde que sus padres murieron Izaro tuvo que madurar de una forma que ningún Lican ni humano había madurado antes... Lo cual la estresaba y cansaba, hasta que llegó él y se lo facilitó. Pero no del todo ya que con su llegada se complicaron varias co...