Capítulo cuarenta y seis. | SEGUNDA TEMPORADA

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El pie de Moa se atrapó en una de las extensiones de los equipos cosa que al momento de querer dar su siguiente paso fue impedido por aquel cable, haciendo caer sin tiempo a reaccionar y lograr amortiguar el golpe.

El sonido del golpe llamó la atención de algunos quienes fueron a ella con la intención ayudarla a levantarse mientras esta negaba diciendo que estaba bien a epsar de que el golpe le había dolido lo suficiente como para que al ponerse de pie tardara unos segundos.

— ¿Estás bien? —Preguntó uno de sus colegas, la mujer estaba por responder cuando en la lejanía escuchó que la llamaban.

— ¡Armstrong, al tablero rápido, rápido! —La morena sintiendo como es que todavía el golpe la tenía un poco aturdida y entumecida hizo el esfuerzo por actuar normal, agradeció la ayuda antes de salir disparada al área donde la necesitaban.

El tablero era similar a una especie de andamio, una estructura alta donde yacían todos los instrumentos de iluminación manejada por control de remoto, ella junto a otros se encargaban de dar la perfecta iluminación a las escenas que se necesitaban. Se tuvo que encargar de lo que se le era pedido y en el primer momento en que estuvo libre pasó una de sus manos en la zona del golpe, al caer se había golpeado contra el suelo la pierna, cadera y hombro.

El mundo del cine era rudo a veces.

— Cuéntame tu día, mi amor.—Dijo Tom con interés mientras se acomodaba entre las piernas de Moa acostandose sobre su pelvis colocando su cabeza de lado a la altura de su vientre mientras tranquilamente cerraba los ojos sintiendo como es que la mano pequeña de su amada dejaba pequeñas caricias en su cabello rubio.

Desde el comienzo en el que Moa pisó las instalaciones de Warner, Tom se había interesaba más en ella. Él, mientras le daban indicaciones se quedaba en casa realizando todas las tareas necesarias hasta que llegase la hora en la que debía ir por su novia a su trabajo. En casa, Felton escuchaba como es que Moa le hablaba sobre su día de trabajo divirtiéndose con el entusiasmo que mostraba.

Tom amaba ver como sus ojitos marrones vislumbraban de una forma hipnotizante cuando ella hablaba de las cosas que le gustaban.

— Fue un día un poco movido... —Dijo con calma seguido de un jadeo de forma berreante.— Me duelen mis pies.

— ¿No le hace mal al bebé que te mantengas de pie mucho tiempo?

— No creo, así me mantengo activa.

El rubio se erguió para colocarse sobre el filo de la cama tomando los pies de su amada para posarlos en su regazo, Moa soltó una risa recogiendo sus pies al sentir el cosquilleo que los dedos de Tom ocasionaban al querer darle un masaje.

— Relájateee. —Pidió canturreante el rubio, la mujer trató de hacer caso cerrando sus ojos para sentir el dolor se disipaba poco a poco con el masaje que aquel le regalaba, no estaba de más decir que aunque la mujer no se mantuviera la hinchazon en sus pies sería un problema.

Tom prefería no tocar el tema de saber si la habían hecho cargar pesado, si le había pasado algo a ella o no por el simple hecho de no querer ser hostigante como parecía ser snte los ojos de la morena, solo debía confiar.

Todo iba bien hasta un pequeño punzón la hizo hacer una mueca sintiendo como algo bajaba entre sus piernas.— Aguarda. —Pidió Moa para sentarse y ponerse de pie.— Creo que me ha venido el periodo. —Anunció para caminar hacia el baño.

— Iré por té en ese caso. —Anunció Tom con calma.

Cerró la puerta tras de ella cuando cruzó al interior del baño, tomó del canasto en el que solía tener sus toallas sanitarios, una sentándose en el retrete poco después.

Detrás de la cámara. © [Tom Felton] Where stories live. Discover now