Fruncí mi ceño con mil y una escenas en mi cabeza.

"Y Aage?" volví a preguntar.

Y esta vez, Roswell envió una fotografía. En simple vista, era Aage compartiendo una enorme mesa rectangular junto otros empresarios. Después de eso, me percaté que aquella foto fue sacada desde afuera de la oficina, pues la pared de vidrio era evidente.

"Qué diablos haces"

Nueva foto: Era Roswell junto a dos chicas en alguna especie de selfie.

"Sabía que no podía confiar en ti" Escribí sin dudar.

"Pero lo sigo vigilando! D':" respondió de vuelta, seguido con un "Solo estoy descansando un poco, tantos proyectos me marean uwu".

Rodeé mis ojos sin creer sus palabras. Literalmente la semana pasada me había dicho que hace tiempo no salía con una chica, no me sorprendía que saltara a atacar a la primera que le apareciese en bandeja de oro.

Estuve unos segundos observando nuestro chat con el ceño fruncido, hasta que volví a la primera foto y me fijé detalladamente en los presentes. Algunos se me hacían ligeramente conocidos, otros no, pero no pude dejar pasar esa cabellera castaña casi rubia cercana mi Alfa.

Asher.

¿Debería ser más sutil cuando nos volvamos a ver? ¿Hacer algo para marcar mi territorio? Aage me había que no debíamos mostrarnos al público debido a las farándulas que quiere evitarse, pero de cierta forma podíamos mostrarnos a un amigo íntimo como Asher ¿no? No le veo con cara de exponer nuestra reciente relación.

Volví a suspirar. Era tan difícil ser pareja de Aage.

Dejé mi móvil de lado y me dediqué a terminar mi postre para dirigirme a la habitación del Alfa. No iba a negar que su cama era un paraíso para mí, en especial por ser cómoda y suave, pero lo mejor era la bomba de feromonas que tenía de mi amante.

Tal vez estaba celoso y algo preocupado, pero su simple olor consiguió calmarme hasta que decidí tomar una pequeña siesta hasta que este llegara. Al menos mi espera se hizo rápida.

Desperté por un suave sonido a mi alrededor, percatándome que Aage se encontraba en la habitación junto a un mesón mientras se quitaba su reloj.

—Aage—murmuré soñoliento.

—Sigue durmiendo si quieres—se limitó a decir.

Me moví, sentándome en la orilla de la cama.

—¿Cómo estuvo la reunión? —pregunté.

—Aburrida, estoy creyendo que Nirelle me envió porque sabía que lo sería.

—Ah, que buena jugada—me burlé con una pequeña sonrisa—¿Y Ros?

Seguía teniendo sueño, mis ojos deseaban volver a descansar, pero mi Alfa había vuelto y tenía muchas ganas de estar con él. Quizá podría dormir un poco más si...

—Se fue a dar una vuelta.

Y mi sonrisa se borró de golpe.

—¿Cómo? Pero se largó cuando volvieron ¿no?

Aage se giró, quitándose su saco.

—Claro que no, lo hizo en mitad de la reunión—aclaró, llevando una mano a su cuello, como si este le doliera. Era ligero, pero parecía irritado—. Me abandonó con todo descaro por unas chicas.

Me levanté de la cama, acercándome a él.

—¿Tuviste que venirte solo a casa? —fue mi siguiente pregunta.

Aage simplemente me observó curioso por mis constantes preguntas.

—Algo así, estuve con Asher un rato.

Sentí como mi ojo presentaba un suave tick. Me volví a acercar a Aage y olfateé, no sentí ningún olor extraño, pero de alguna forma mi instinto decía que el otro Alfa intentó pegar sus feromonas en mi hombre.

No lo lograría, no bajo mi presencia.

—¿Estás bien? —preguntó el chico—. Estás haciendo muchas preguntas para ser tú.

Hasta yo mismo me estaba dando cuenta que lo estaba haciendo. Tal vez me estaba pasando de la raya, quizá fuera el simple hecho que hace poco formé una relación con Aage por lo que estoy tan alerta por algún signo de robo a mi Alfa y no es absolutamente nada. Debía relajarme un poco.

Suspiré. Sí, Asher estaba interesado en Aage y puede que este no lo sepa, pero debía confiar en que es totalmente maduro para rechazarlo si este se pasaba de la raya sabiendo que salía conmigo.

Finalmente, asentí con cansancio.

—Sí, estoy bien—respondí—. Solo estaba algo curioso, nada más.

Aage solo aceptó mi respuesta y caminó a su cama, recostándose.

Solo estaba exagerando.

Solo lo miré en silencio por unos segundos. Tenía que confiar en Aage en casos de ese estilo, él era totalmente capaz de detener a alguien sabiendo que está conmigo y no meterme, ¿Qué pasaba si solo me estaba imaginando cosas y es que Asher lo miraba así por simple admiración?

Volví a suspirar. Necesitaba un abrazo para calmarme completamente, quizá unos besos también estarían bien.

—Ah, diablos...—solté vencido. Estaba agotado de inventarme historias, más debido a que Ros no cumplía con su parte del trabajo—. Ros es un rollo, ¿no? No entiendo cómo lo hace para conquistar tan rápido.

Él simplemente se limitó a observarme de reojo.

—Somos Dorrance, siempre se fijan en nosotros—murmuró—. Al inicio siempre se acercan a mí, pero Ros tiene un encanto que les atrae después.

Debía mantenerme sereno y no caer en unos celos estúpidos, pero al parecer mi propio cerebro estaba en contra, ya que volví a recordar la existencia de Asher y como este atacó a Aage durante la fiesta.

¿Y si hizo algo por el estilo cuando estaban solos?

Fruncí mi ceño de golpe ante ello e intentando controlar mi estado, me subí encima de Aage, a horcadas sin dejar de desafiarlo con la mirada.

—Claude—advirtió este con evidente cansancio.

—Quiero mimos—reclamé—. Me lo debes después de dejarme abandonado de esa forma.

Y, de cierta forma, solo quería asegurarme que Aage me quería, aunque sea el mínimo gesto de afecto.

Eso sería suficiente.

—Ahora no—respondió, moviéndose por debajo de mí para acomodarse y cerrar sus ojos.

Volví a quejarme, por lo que me dejé caer a su lado, abrazándolo por la espalda. Al menos, si no tenía su atención absoluta para consentirme, iba a tener contacto con su cuerpo después de tantos días deseando su tacto, aunque quería más, con eso me debía conformar ¿no?

Pero antes de que pudiera sentirme completamente cómodo y calmado, Aage se liberó de mi abrazo sin mucha suavidad, soltando un suspiro cansado y abandonando la cama.

—Eres molesto—chistó, aún irritado.

Sabía que Aage estaba cansado por tantas cosas y que estaba siendo hostigoso, pero había algo ahí, algo en su voz que me desconcertó, dejándome completamente solo con mis ganas de un poco de afecto por su parte y un feo sabor amargo en mi boca.   

RiotWhere stories live. Discover now