II. AMANECER

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Domingo; 05:13 hrs. Diciembre. Una mañana problemática.

Mis ojos se entreabrieron, me irritaba la tenue luz que se colaba por las cortinas de las ventanas. Los domingos siempre se han sentido como una bendición y una maldición al mismo tiempo, querer despertar tarde pero desear aún más mantener mis horarios de sueño es un dilema que no he podido resolver a la fecha. Escucho tus susurros a mi lado y tu respiración, me acomodo mirando hacia tu dirección y sonrío, aunque mi mente esté dispersa al despertar, lo primero que sé es que estoy satisfecha y que me emociona compartir otro día a tu lado, sé que en cierta medida tú piensas de la misma manera. Tu cuerpo sintió el movimiento del mío y, de forma instintiva acomodaste tus brazos buscando mi figura hasta hallarla y sujetarla a ti; siempre que nos abrasamos al dormir puedo escuchar tus latidos fuertes, rítmicos y reconfortantes, no hay nada mejor para tranquilizarme, tienes esta forma tan dulce y cálida de convencerme de quedarme en la cama a tu lado. Mi cuerpo grita enteramente que desea cocinar el desayuno para ti pero mis emociones sólo me motivan a querer congelar este momento de quietud e intimidad, este momento donde mi cuerpo está tan cerca del tuyo, compartiendo nuestro calor y nuestra respiración, no puedo negarme a sentir la comodidad de estar escondida entre tus brazos tímidamente. Cierro los ojos, no podría pedir una mejor manera de iniciar mi domingo, de pronto ya no parece tan complejo decidir qué hacer, quizá debería aceptarlo y dormir un poco más a tu lado, tendré la esperanza de lograr despertar antes de que tú te levantes para hacer el desayuno.


-Amor, ya deberías levantarte, casi van a dar las 11 y no has desayunado, hey, hey- puedo escuchar tu voz lejana, de pronto acompañada de piquetitos en mis costillas, se escucha música de fondo, el sonido de una sartén, la luz molesta que llena el cuarto ya que has abierto las ventanas y corrido las cortinas, me siento sobrecogida por tantos estímulos al mismo tiempo. Una vez más, he sido ingenua al pensar que dormiría un poco menos que tú si me quedaba a tu lado, seguro has de pensar que siempre hago esto cuando estoy en casa, aunque lo curioso sea que en casa, estando sola, duermo menos de lo que duermo a tu lado, el disfrutar de tu cercanía tiene un efecto terapéutico en mis problemas de insomnio. 

-Sí, sí, ya voy- contesto desconcertada, aún con los ojos cerrados.

-¡Vamos!, si no te levantas a tiempo, te voy a dejar e iré sola a pasear- una vez que lo dices, me levanto tan rápido como me es humanamente posible

-Ya estoy lista, me bañaré- puedo sentir mi cabello hecho un desastre y el rostro algo sucio, mi estómago pareciera poder resistir el ayuno, así que sin pensarlo dos veces corro al baño y preparo todo para usar la regadera.

-Hice <<jokeis>>, apúrate para que desayunemos juntas, ya tengo mucha hambre.

-Sí, no tardo, me bañaré rápido- de inmediato llevo a cabo mi ritual para la ducha, hay algo muy parecido en la sensación que tengo al bañarme con agua tibia y cuando estoy cerca de ti, esa extraña y silenciosa emoción de sentirme acogida en la familiaridad de aquello que nunca me querrá dañar, calma, quietud, ¿Felicidad?

Pasados unos minutos salgo con la toalla amarrada al cuerpo y te hago señas para indicarte que apagues el boiler, rápidamente me pongo crema en el cuerpo y me empiezo a vestir, ¿Quién pensaría que vivir juntas sería tan maravilloso?, eres la mejor noticia que pueda tener en mis días difíciles y eres la sonrisa que ilumina aquellos días grises, gratitud, es lo que brilla en mi corazón cuando sé que puedo voltear a mirarte y contar contigo.

-Ya te serví, amor, voy a empezar a comer- Puedo escuchar el sonido de los cubiertos en la mesa

-Espera, dijiste que comeríamos juntas.

-Sí, pero no te apuras, tengo hambre- contestas mientras un bocado de los hot cakes entra en tu boca y es masticado con delicadeza. Mi rostro deja asomarse a uno de mis pucheros y te ríes. -Corre, ven, se va a enfriar-. Tu mano se agita para señalarme mi lugar y camino felizmente a sentarme a tu lado.

El momento en que decidí que quería hacer esto contigo, estaba resuelta de pies a cabeza: Quiero estar a tu lado, a la fecha se mantiene en mi esta convicción. Paz, agradecimiento y amor, todo lo que veo, todo lo que hay, en este domingo que parecía ser un dilema. Un día soleado con mi persona favorita. Un día más en el que puedo disfrutar de tu compañía... amaneció.

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⏰ Poslední aktualizace: Apr 04, 2021 ⏰

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