Capítulo 2: ¡Mugiwara a la vista!

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Thatch ya no podía más. Se rendía, bajo la bandera y el ardor de sus manos se rendía, pues su confianza excesiva como cocinero se había puesto a prueba de manera tan repentina y cruel, que Marco no podía evitar burlarse de él abiertamente.

Todo por subestimar el apetito del segundo hermano, el bendito revolucionario que llegó tan apenas dos horas: Sabo, el único cuerdo de los tres.

Pero con un apetito voraz y a temer.

-¡Gracias por la comida! -dijo el rubio en cuanto termino, dándole una carismática sonrisa que le hizo estremecer.

Ace carcajeó en silencio detrás de Sabo, a la vista de Thatch y el resto que guardaban difícilmente sus risas.

-Si, no hay de qué -murmuró exhausto, haciendo la promesa de que pronto su hermanito menor recibiría un golpe.

Ace, dejando de lado el escalofrío que lo recorrió, dejó caer un brazo en el cuello del revolucionario y suspiro, sin borrar su diversión.

-Eres un glotón -dijo en alto-, no has cambiado nada desde la última vez que te vi, pero tu hambre voraz sí que lo hizo -Sabo entrecerró los ojos y alzó su ceja.

-Nos vimos hace un mes -recordó.

Ace se encogió de hombros y con aburrimiento habló:-Ah, sí.

Nadie llego a tiempo para detener el puñetazo con haki que le sentó en la nuca al pecoso, aunque tampoco es que lo hubiesen intentado.

-¡No seas tan borde! -le reprendió y Ace gruño, listo para pelear.

-¿¡Ah!?

Muchos suspiraron, resignados en oírlos volver a gritonearse; en esas dos horas habían demostrado ser como el agua y el aceite cuando discutían.

Marco, dejando de lado la riña, disfrutando hacer sufrir al pobre cocinero, decidió recordar un pequeño detalle a toda persona que lo escuchara.

Llamando la atención con una tos falsa, se cruzó de brazos y cerró los ojos, haciéndose ver pensativo:-¿No habían rumores de que el hambre del hermanito de Ace y Sabo es casi igual al de un gigante? -Thatch y su división palidecieron.

Otros le dieron su pésame.

-¿Rumores de Luffy? -preguntó en alto Sabo, quien jalaba dolorosamente las mejillas de Ace.

-¡Suelta! -bramo, dando un manotazo-. ¿No has oído los rumores de Luffy? -le cuestionó al contrario mientras acariciaba su mejilla roja.

El hombre rubio se encogió de hombros:-En Dressrosa creo haber oído que Luffy era un gigante.

-¿Gigante? -Ace rompió en risas-, ¡si es un enano!

Sabo suspiró, mas no negó las palabras del pelinegro:-Sinceramente también me reí la primera vez que lo oí, pero ahora, si no lo conociéramos, hasta yo hubiese pensado que es un gigante.

-Ciertamente -corearon los tripulantes que seguían al hilo de la conversación.

Pues claro, ¿quién diría que un mocoso que media por mucho menos metros que su padre se enfrentaría a dos yonkou al mismo tiempo y saldría victorioso? ¡Solo un loco como él!

-Tiene sentido -dijo ya dejando su risa-, pero Luffy es un experto cuando hablamos de atraer problemas -Una gota de sudor cayó por la frente de Sabo. Tampoco podía negarlo-, lo único que me mantiene tranquilo es que tiene nakamas que lo protegerán -Un rápido rayo de melancolía se posó por unos segundos en los ojos de Ace, Sabo apretó los labios.

-Sí... -susurró mirando ahora el suelo-, Luffy es fuerte, pero es mejor si tiene a gente que lo apoya y quiere.

Marco colocó la mano en el hombro de Izo cuando lo vio intentar acercarse. Éste le vio negar lentamente; debían darles su espacio y dejarlos entender por su cuenta que su hermanito menor ya no era tan menor como antes. Izo entendió con el mirar del fénix, a lo que frunció el ceño.

Él y Marco habían visto el poder del capitán de los Sombrero de Paja en la batalla mejor que nadie en esa sala; lo habían visto luchar, gritar y sonreír cuando Wano se vio libre. De alguna manera, Izo sentía que tenía una deuda con Luffy y le molestaba un poco que pusieran en duda la capacidad de dicho.

-No deberían dudar de él -murmuró para Marco el de kimono violeta.

-No lo hacen -aseguró-, solo están preocupados. Si fuera Ace quien se hubiese enfrentado a Kaido y BigMom, probablemente nunca lo dejaríamos salir de nuevo.

Thatch, quien no dudo en colarse en la plática, asintió ferozmente a esas palabras. Izo hizo mueca, pues tenía razón.

Antes de que el ambiente triste entre los hermanos protectores aumentara, un hombre grande y musculoso entró ruidosamente con el rostro entusiasmado. Ace ladeó la cabeza cuando éste lo miró fijamente.

-Un barco está acercándose.

Bastaron pocas explicaciones para que entendieran. No supieron ni en que momento las piernas de ambos ya se encontraban en movimiento hacia el exterior del Moby Dick, siendo seguidos por los demás.

-¡Luffy, ya deja de jugar y baja de una vez! -se escucho la demandante voz de la navegante.

-¡Pero Nami!

Haruta suspiro al lado de un Ace y Sabo avergonzados tras ver como el supuesto terrorífico capitán era regañado cruelmente por la gata ladrona.

Sin embargo, eso no les impidió a los hermanos mayores sentirse felices y emocionados.

Su hermanito había llegado.

¡Complejo AS! © ONE PIECE Where stories live. Discover now