4 || Una situación familiar

Start from the beginning
                                    

—Qué bueno, llevan rato hablando. —Sonrió de lado y me abrazó también.

El abuelo tenía muchas razones para estar enojado con papá. Todos las teníamos, había hechos tantas cosas en el pasado, que era imposible no notarlas. Como el nacimiento de Max durante el matrimonio de mis padres. Eso era algo bastante delicado, pero, aun así, había algo que no nos dejaba desunirnos.

—Voy a arreglarme, no quiero que me vean así —mencioné mostrando mi cara. Había llorado un poquito y mi maquillaje me delataba—. Oye, qué buena es esta máscara de pestañas, sigue intacta —reí señalando mi rostro.

—Te acompaño —dijo mi hermano, riendo junto a mí.

Algunos minutos después, ya me encontraba en el sofá al lado de mi hermano de nuevo. Mi padre y mi abuelo conversaban junto a Woody, cerca de donde los dejé, pero ya no estaban en el balcón.

—¡¡Hola!! —saludó alguien de forma estruendosa. Era un chico de mi edad, tenía una sonrisa pícara y una bolsa de papel en su mano derecha. Caminó un poco más y empezó a saludar a todos los que veía, como si los conociera de toda la vida.

—Hola —me acerqué rápido para que no siguiese caminando—. Disculpa, ¿quién eres? —pregunté con una sonrisa, tratando de ser amable, aunque había llegado a mi casa como si fuese el dueño de ella.

—Oh, el dueño me invitó —dijo de una forma un poco socarrona—, ¿esa es una mesa de quesos? —preguntó emocionado alzando la cabeza para verla mejor, hizo el amague de caminar, pero le cerré el paso.

—No, hay algo que no estoy entendiendo, ¿te invitó el dueño? —Alcé las cejas—. Pero si es mi casa, ¿quién eres tú? —consulté.

El muchacho pestañeó un poco.

—Tú debes ser Bee —asintió, como si estuviese entendiendo las cosas—. En realidad, vine a traer esto, pero supuse que a mi papá no le molestaría que me quede.

—No sé quién es tu papá, y supongo que no. Pero no entiendo por qué dijiste que te había invitado el dueño, si no es verdad.

—Wow, escucho un poco de enojo en tu voz. —Alzó las manos—. Calma, pueblo.

—No estoy enojada —dije enojada.

—Definitivamente escucho el enojo en tu voz.

—¡¡No estoy enojada!!

—¡¡Yo solo vine a traer helado y comer algo, para luego irme!!

—¡Pero mentiste! —respondí e intenté calmarme cuando noté que estaba alzando el tono—. Mira, no pasa nada. Solo vuelve por donde viniste y aquí no pasó nada. —Señalé la puerta. Él me miró, tratando de no reírse y escuché pasos detrás de mí.

—¿Pero me invitas un poco de queso? —preguntó alzando una ceja, y antes de que pudiese contestar una grosería, alguien detrás de mí habló.

—Oh, así que ya se conocieron —era Woody. Giré a verlo, y luego miré al chico. Eran idénticos, ¿cómo no lo noté antes?

—Ah, es tu hijo —dije cruzando los brazos.

—Finn, ¿estabas molestando a Bee? —le preguntó a su hijo.

—No la estaba molestando, ella se molestó sola. Solo vine a traer el helado que pediste.

—Y a comer algo para luego irse —cité lo que dijo antes—. Bueno, Finn. Disfruta tu estadía en la reunión y la mesa de quesos, voy a socializar un poco. No ha sido un gusto conocerte. —Sonreí de forma sarcástica, y él solo se rio.

Entre mis recuerdosWhere stories live. Discover now