Hold me tight

Hold me tight (YoonGi y TaeHyung parecían pertenecer a mundos distintos, pero sólo bastó una mirada para saber que nunca soltarían la mano del otro.)

                » Taegi — rapper x idol AU. fluff.

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Hubo un tiempo en el que YoonGi no era más que un cúmulo de odio y rencor.

Tenía veintiún años y sus sentimientos permanecían en un constante espectro entre la frustración, la ira, y el auto desprecio.

No era sano, y eso se veía reflejado en su música.

Sus canciones eran un claro reflejo de todo lo malo y lo negativo que estaba encerrado en su cabeza, y tal vez fuera ese el motivo por el que no le gustaba a la gente, el motivo por el que no había conseguido llamar la atención del gran público.

O tal vez fuera porque YoonGi pertenecía a una compañía pequeña, pobre y con poca influencia en la industria musical. Tal vez fuera porque llevaba ropa barata y de imitación, en lugar de las lujosas marcas que el resto de artistas lucían en sus presentaciones. O quizá por el poco presupuesto que la empresa podía emplear en sus MVs.

Podían ser muchas las razones, pero la realidad era que YoonGi había debutado como rapero hacía tres años y sus álbumes no se vendían, sus MVs no tenían visualizaciones, no ganaba popularidad, ni conseguía trofeos en los programas de música, no era invitado a las galas de premiación, ni lo llamaban para participar en los concursos y reality shows de raperos que emitían en la televisión nacional.

Y no era justo.

No era justo porque YoonGi trabajaba duro.

Había trabajado muy duro por su música. Había compuesto cientos de canciones. Había hecho docenas de audiciones. Había terminado el instituto mientras trabajaba media jornada para poder permitirse un plato de comida caliente a diario, al mismo tiempo que entrenaba en la empresa, para mejorar su voz, su ritmo, su cuerpo.

Había sacrificado parte de su adolescencia y su juventud por un sueño. Se había convertido en un adulto demasiado pronto, persiguiendo algo que nunca, nunca, nunca llegaba.

El éxito y el reconocimiento era algo que se ganaba con dedicación y esfuerzo, y, sin embargo, no importaba lo mucho que él luchara por conseguirlo, siempre había alguien mejor.

Y mientras tanto, YoonGi tenía que ver cómo otros triunfaban sin necesidad de esforzarse, porque la suerte les había proporcionado un privilegio llamado dinero que les abría las puertas del éxito sin necesidad de hacer ningún sacrificio.

Y no era justo.

Y por culpa de esa injusticia, YoonGi seguía acumulando odio y rencor.

Pero no dejaría de luchar por su sueño.

No dejaría de luchar hasta su último aliento, sin importar cuantas veces le diera la espalda el mundo, sin importar la forma en que la industria lo humillaba.

Porque renunciar no era una opción. Rendirse sólo les daría la razón a aquellos que nunca creyeron en él, y YoonGi no estaba dispuesto a caer tan bajo.

Demostraría su valía, no importaba lo que tuviera que hacer para conseguirlo, pero lo haría.