Advertencia: Son solo suposiciones, y cada chico representará una historia diferente y cliché.
Chris:
Siempre te había gustado Chris, pero él solo te veía como una amiga con quién reír, compartir secretos, salidas y con quién pasar el rato (según tú).
Una de esas noches donde te sentiste sola, triste y para nada bonita, te miraste al espejo desnuda y analizaste cada parte de tu cuerpo. ¡Y lo odiaste! Tenías rollos, estrías, trozos de piel de más, mejillas regordetas, ¡Como las detestabas!. Y mientras las lágrimas corrían por tus mejillas llenaste la tina de agua.
Ese día Chris había quedado en ir a dejar unos libros a tu casa, pero lo olvidaste. Y cuando estabas a punto de ingresar a la tina con agua, Chris abrió la puerta y la sorpresa fue enorme, tu cuerpo era perfecto.
Observo tímidamente tu ombligo, tus rollitos (que para él eran preciosos), los lunares en tus piernas, y finalmente tus mejillas sonrosadas. Se acerco, tomo un mechón de cabello tuyo entre sus manos y lo coloco detrás de tu oreja con mucha suavidad.
Acuno tu rostro en sus manos y te beso la frente.
Lo miraste tímida sin dejar que tus lagrimas siguieran corriendo por tus mejillas, él solamente te envolvió en un abrazo y te susurro que pasará lo que pasará estaba contigo, ahora y siempre.
"Eres hermosa ante mis ojos, no bromeo cuando digo que eres la personas más preciosa".
Te observo y con una mano limpio el camino de lágrimas que seguían haciendo carreras. "Prométeme amarte tanto como yo te amo a ti". Negaste. Pero el tomo tu mentón suavemente y susurro "No soy nada sin ti".
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