capitulo 12

426 46 0
                                    


Me levante al escuchar los golpes en la puerta, mire la hora en mi celular.

–Ava ¡levántate de una vez por todas! –grito mi hermana desde el otro lado de la puerta– y por qué tienes la puerta con pasador?

Me levanté y abrí la puerta viendo a mi hermana muy enojada.

–cálmate mamá oso, no es para tanto– dije volviendo a la cama.

–cilmiti mimi isi –dijo imitando mi voz –donde estabas anoche?

–amm... e-estaba aquí de que hablas– tartamudee

–no estabas acá, vine a buscarte para la cena y nadie me abrió–se cruzó de brazos.

–awww me cubriste–dije haciendo un puchero.

–no cambies el tema, estúpida–dijo empujándome la cabeza para atrás

–estaba en el planetario– hice una sonrisa inocente.

–por dónde saliste? –dijo y moví la cabeza señalándole la ventana–tienes que dejar de leer

–jamás, ni en un millón de años.

–con quién estabas?

–con ...alguien –dije tratando de ocultar mi sonrisa

–cin iligin, con quién estabas? –repitió

–ay que feo que te estés enojado, está bien te diré–suspire antes de continuar–conoces a Samantha?

–la verdad no, ¿quién diablos es? – dijo sarcásticamente haciendo que yo riera.

–con su hermano – en ese momento hubiera deseado fotografiar la cara de sorpresa de Eloísa

–con masón? – asentí

–y nos besamos... dos veces –juro que en ese momento se le podía caer la mandíbula de la sorpresa

–se hace tarde qué esperas para bañarte–dijo Sebastián interrumpiendo la hermosa charla que tenía con mi hermana.

– ya voy, umm deberían salir para poder arreglarme– empezaron a salir de mi cuarto– gracias.

–no te demores–dijo Eloísa y me hizo una seña de que después hablaríamos.

Busque la ropa que me pondría antes de meterme a bañar, me decidí por unos pantalones que llegaban a mi cintura, una blusa blanca y mis zapatos negros. Tome un baño de unos veinte minutos más o menos, luego me vestí y peine mi cabello con una trenza completa, era de esos días que mi cabello era un desastre y me tapaba la cara todo el tiempo.

Baje a la cocina y tome una manzana para comer en el camino ya que teníamos que salir más temprano porque Eloísa nos llevaría.

–anda rápido Ava–dijo Sebastián en la puerta.

–qué afán hay? Ni siquiera Eloísa está apurada–dije pasando por su lado para que cerrara la puerta–¿qué tienes que hacer que no me hayas contado?

–nada que te incumba–dijo sacándome la lengua

–guao eres súper maduro.

–esta apurado para hablar con abby – dijo mi hermana mientras nos acomodábamos en el carro.

Mierda, había olvidado por completo que mi hermano había tenido la cita con abby ayer, en mi defensa había peleado con mi madre y había besado a el hermano de mi mejor amiga.

–no me contaste como te fue en la cita

–a mi si – dijo Eloísa mirándome desde el espejo retrovisor mientras me sacaba la lengua y yo la mire con los ojos entrecerrados.

Para poder olvidarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora