2- En busca de una solución.

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Ya era mañana. Y debía salir temprano. No pensé en desayunar ni nada... Mi madre ni siquiera se había levantado. Yo solo me apresuré en salir. Tenía que hablar con esa chica. Pero tampoco me atreví en entrar a clases, ya que, no quería que todos me vieran, no de esa forma. Así que tuve que esperar... 
El tiempo se hacía eterno, pero al fin se terminó la espera. Así que todos salieron de la clase... Todos menos Charlotte. Ah, no puede ser, me dije... ¿Enserio no vino ella? Esperé a que todos se fueran y entré al salón. 

-Ah, joven Damián, que sorpresa... ¿Llegando a estas horas? (Me dijo el profesor)
-Si, tuve unos problemas... Pero, ¿no vino Charlotte? Necesito hablar con ella.
-No, no vino. ¿Por qué quiere hablar con ella? Siempre se burlan y dicen cosas malas sobre ella.
-No, no es para eso, yo solo necesito verla.
-Pues no vino...
-¿Sabe dónde vive?
-Si... ¿pero por qué se lo debería de decir?
-¡Por favor!
-Usted me ridiculizó en frente de todos. ¿Cree que me sentí bien?
-No, oiga... de verdad, no se en que estaba pensando. Yo, me comporté como un idiota... Y no quiero tener esos problemas. 
-Nunca pensé en escuchar eso de alguien como tu. Has cambiado.
-No, oiga tampoco me mal interprete... sigo siendo yo, es solo que estoy algo apurado.
-De acuerdo, acepto tus disculpas y espero que no se vuelva a repetir... 
-Entonces, ¿me dirá en dónde vive ella?
-Claro, tengo los registros de todos mis estudiantes y sus direcciones... 
-Por favor, se lo agradecería mucho...

Entonces el profesor me dio la dirección, ella vivía cerca de la plaza, no muy lejos de mi casa. Me fuí corriendo, no quería estar pidiéndole disculpas a nadie más, eso no era parte de mí. Pero de todos modos tuve que hacerlo...
...Así que llegué a casa de Charlotte, toqué a su puerta y ella me abrió y se sorprendió al verme.

-Damián, tu, nunca esperé ver a alguien como tú en mi puerta. 
-Hola, Charlotte, lo siento si fue una sorpresa inesperada... Pero de verdad necesito hablar contigo. Es algo urgente.
-¿Hablar conmigo? 
-Sabes que no es para burlarme ni nada de eso, ya sabes que no lo haré. 
-De acuerdo... Pasa, estoy sola, mis padres vuelven en la noche.
-Gracias... (Me hizo pasar y nos sentamos en su living)
-Entonces... ¿en qué te puedo ayudar Damián?
-Bueno, se que sonará raro... es bastante raro, y no tiene mucho sentido, pero estoy algo alterado. 
-Vale, dime que sucede.
-Es que, bueno, primero que todo, yo no creo en tu Dios, pero respeto en que tu creas lo que quieras creer. 
-No te entiendo...
-Eeehmm... Es algo muy extraño de verdad. 
-¿Qué pasa?
-Ehhhm, no se como decirlo. Pero creo que tu Dios me habló... Si, eso creo que pasó. 
-De acuerdo... Emmm... O sea que sientes que Dios ahora esta en tu corazón. ¿Estas creyendo en Él?
-No, no, no, me refiero a que me habló. Hubo una luz, y creo que el me habló, era una voz de hombre, era una voz fuerte y a la vez muy extraña. 
-Okey... ¿no intentas burlarte de mí, cierto?
-Mira, se que suena como una locura, y mucho mas locura si viene de alguien como yo. Pero por favor, es la verdad.
-Damián, quizás estabas soñando... o algo, no lo sé.
-Pero tu sabes todo a cerca de Él, de seguro te ha hablado.
-Mira, yo siento que el siempre está conmigo, pero no de que me haya hablado. No lo mal interpretes, no es así como pasa, el te protege, te ama y...
-No quiero que me des un sermón, yo hablé con Él, el me habló y no se que esta pasando...
-Bueno, quizás el quiere comunicarse contigo...
-¡EXACTO! Eso es lo que sucedió...

Miré a Charlotte, pero ella no parecía creerme, así que tuve que hacer algo...

-Damián, creo que no estas bien, deberías ir a tu casa a descansar.
-No, déjame enseñarte algo... (Entonces me saqué la camiseta) Por favor, no leas lo que dice en la espalda, no se lo que pasará si lo haces.
-Damián, ¡por favor, no te saques la ropa!
-No, no, mira, mira estas marcas, no son un tatuaje... Él me las hizo. Créeme.
-Damián, yo... (se quedó congelada mirando las marcas... como si supiera que algo pasaba).
-¿Tú?
-Bueno, esas marcas son bien... raras, eh, nunca había visto ese tipo de tatuaje.
-¡No es un tatuaje! 
-Oye no me subas la voz. 
-¡Créeme! El me dijo que estas marcas eran un castigo, que yo tenía que cambiar mi vida. Se que parece una locura, y lo es, pero es real, me dijo que si alguien leía lo que decía en mi espalda, sucedería algo que nunca había visto. 
-¿Lo que dice en tu espalda? A ver...
-¡NO! ¡No lo leas!
-Pero te quiero ayudar.
-Pero no lo leas.
-Por favor Damián, de seguro tuviste un mal sueño, déjame leer.

Ángel de una alaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora