05

4.5K 289 6
                                    

El día que me di cuenta de que estaría dispuesto a morir por ella fue el día que mató a Madison por dos razones:
1. Defensa propia como dijo ella.
2. Y por mí.
Dios me estaba volviendo loco.
Jamás creí enamorarme de alguien o que alguna mujer que fuera capaz de desmontar mi armadura con solo retarme.
Me fui dando cuenta de que poco a poco ella se iba convirtiendo en mi mano derecha.

Gabriella era en quien confiaba a ciegas y Josh ya pasó a ser la persona con quien trataba siempre que tenía que hacer algo a espaldas de ella.
Y eso implicaba que era peligroso o que no quería meterla en el asunto.
Eso empezó cuando Riley Lewis se cruzó en nuestro camino.

Todo comenzó con la supuesta muerte de Gabriella.
Lloré como jamás había hecho.
Incluso me dolió más que la pérdida de mi madre y me desmoroné frente a Josh, algo que jamás había creído que iba a ser capaz de hacer.
Por unos días, mi mundo se desmoronó.
Sentía que era mi culpa, que ella murió por mi puta culpa.
De hecho, volví a mi vicio.
Al que creía haber alejado hace mucho.
Estuve días drogándome como si no hubiera fin.

Uno de los días Josh tuvo que entrar sin remedio, ya que me negaba a abrirle la puerta porque sabía que algo me pasaba y su intuición no falló.
Estaba a punto de palmarla si Josh no me hubiera quitado las jeringuillas de los brazos.
Era el único que sabía que tuve problemas de adicción y que por esto podría recaer.

- Joder Jaden, ¿qué coño haces? - pude ver borrosamente como él se acercaba a pasos acelerados a mí.

Sentí como se deshizo de las jeringas.

- Josh, déjame.- intenté levantarme pero no pude. Me dolía todo y la cabeza me iba a explotar.

- ¿Dejarte? ¡Jaden has consumido demasiado! - dijo al ver todas los paquetes.

- Se fue, me dejó. Vuelvo a estar solo de nuevo.- él intentaba ponerme de pie.

- No estás solo, me tienes a mi capullo.- sonrió triste.

Yo reí negando con la cabeza.

- No es lo mismo. Ella era...era la única que me ha hecho sentir de nuevo. Me hizo sentir vivo después de creer estar muerto por años.

- Jaden.

- ¿Hm? - me pasé la mano por el pelo.

- No puedes derrumbarte ahora, Riley nos tiene en su lista y te necesitamos. Si quieres puedes desahogarte conmigo pero no tomes esa mierda.

- La necesito Josh, me alivia.

- No la tocarás más de nuevo.

- ¿Qué...?

Josh cogió todos los paquetes y los quemó en el jardín minutos después.
Vi como la mierda que me podía haber matado ardía frente a mis ojos.

- La amo Josh.- cerré mis ojos fuertemente mientras tragué saliva.

- Y yo estoy seguro de que ella también te amó cada segundo de su vida.

Agradezco que me conozca tan bien ese capullo.
Si Josh Richards no hubiera entrado ese día, Jaden Hossler habría muerto de sobredosis.

Cuando descubrí que ella estaba viva. Sentí un alivio en mi pecho enorme, sentí que volvía el aire que necesitaba.
Era como si después de todos esos días intentando no drogarme, ella fuera la única, aún sin tenerla cerca, que me detenía a hacerlo.

Ni siquiera me enfadé, al contrario, me sentí orgulloso de ella por haberme engañado de la mejor forma.
Llamadme loco, pero esa mujer tuvo los ovarios de dar una vuelta de 180 grados a mi vida de mierda.
Llegó a ella para aportar el caos, amor, dolor y felicidad.
Era un puto torbellino de emociones, pero era única.
Ella y su forma en la que me hacían sentir y apreciar cada jodido minuto de esta vida era única.

EL TRATO: LA VERSIÓN DE ÉL [BETRAYED #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora