Detrás de la cámara. © [Tom Felton]

Capítulo treinta y cinco. | SEGUNDA TEMPORADA.

@DianeeJones: Yo lo dije, lo dije ¡Pero nadie me creyó!

Un sentimiento raro había nacido en el interior de aquella mujer morena, una sensación agobiante la abarcaba cerrando su propio apetito y haciendo que tremenda sorpresa pusieran al filo las ganas de vomitar.

@MrsFelts: ¿Alguien la conoce? ¿Quien es esa puta?

@IrsHargreeves: ¿Esa no era la chica que andaba con Robert Pattinson?

EN RESPUESTA A IrsHargreeves:

"NO ME JODAS, ES VERDAD"

"¡Nooo, no puede ser! ¿Sí lo es? ¿Quien tiene su perfil?"

"No pudo con Robert ahora va de puta barata con Tom."

"@MoArm_Strong ese es su perfil"

Tragó un poco de saliva, ahora entendía la razón de su bandeja de mensaje a explotar. Al entrar encontró más de un simple mensaje haciéndole sentir una sensación de pesadez en la boca de su estómago.

"Más te vale que te alejes de Tom, vas de resbalada a sus brazos después de que no pudiste ligarte a Robert de seguro, haz caso a lo que te digo, deberías alejarte si no quieres amanecer muerta."

Magdala en más de una ocasión recibió mensajes de odio cuando el mundo recién comenzaba a conocerla como la mejor amiga de aquellos actores, claro que en un momento todo dejó de suceder cuando notaron que aquella chica era agradable y el medio de comunicación entre los fans y Daniel así como Pattinson y Darke. La morena claramente quería evitar revivir toda esa etapa, por ello cuando comenzó a salir con Tom evitaba estar tan cercana a él.

"Tom es de Emma ¿Acaso no te queda claro estúpida? ¿Eres imbécil o qué? Tom jamás podría fijarse en ti, estas gorda y fea ¡Muerete!"

El apetito se había ido en aquel momento, dejó su celular a un lado tratando de ignorar todo ese revuelo en sus redes sociales, cerró los ojos mientras negaba con la cabeza evidenciando que comenzaba a estar fastidiada de solo pensar en todo lo que ella no quería pasara, pasó.

Se puso de pie dejando su comida intacta, Willow la seguía aún por lo que creyó que aquella cachorrita quería salir a jugar sin sentir tantas ganas la morena caminó hasta la puerta trasera de su hogar que daba paso al patio trasero y justo, aquella can salió disparada persiguiendo un ave que se había tomado la libertad de pararse sobre el pasto verde, aquella escena le dio ternura a la mujer. En espera de que su compañero se despertara prefirió entretenerse con la limpieza de la casa, lavando los trastos, aseando el piso así como el baño e incluso poniendo a lavar su ropa junto a las cuantas prendas de su amado que tenia ahora ya, en su posesión.

Su mirada perdida en algún punto de su panorama fue rediccionada cuando notó una mano moverse frente a ella a centímetros de su cara trayendola de golpe a la realidad, Tom le sonrió con calidez al notar que tenía su atención, se acercó a ella depositando un beso en su mejilla.

— Buenos días. —Saludó el rubio alejandose de ella para caminar directo a la cocina donde buscaría algo para beber, Moa le saludó de igual forma.

— Hice de desayunar. —Anunció la morena señalando con la mirada el plato de comida que ella no había tocado.

Una hora para el mediodía y desde que se había despertado el apetito no había vuelto a ella pues sus propias ideas la atormentaban. Tom agradeció aquello.