"¡Esperen!" Liam gritó a mitad del pasillo cuando se dirigían hacia la salida; notando que había ganado la atención de los alumnos alrededor de ellos.
"¡Mierda, Liam! Me asustas. ¿Qué te sucede?" pregunta Louis mientras lo golpeaba en el hombro para...
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Louis despertó esa mañana con el ánimo por el cielo. Los acontecimientos recientes del fin de semana continuaban haciendo latir su corazón de forma rápida, causando emoción en su ser. Era como un sueño y deseaba que le pellizcaran para caer en la realidad que estaba viviendo en ese momento.
Hizo sus deberes diarios antes de irse a la escuela y por supuesto, lo hizo con la mejor actitud del mundo. Tomó su bolso para colgarlo en su espalda para posteriormente dirigirse a la cocina, donde justamente sus padres junto a sus hermanas estaban tomando el desayuno en aquella mañana de lunes. Dejó el bolso a un lado y se sentó en una de las sillas que quedaba para él, y le sonrió a su familia.
—Vaya, ¿a qué se debe esa aura de felicidad?
—¿Hm? A nada, madre. —musita, frunciendo su ceño mientras trataba de fingir toda aquella emoción que llevaba por dentro; nunca había pasado algo como esto. Notó como su madre entrecerraba los ojos al mirarlo, alzando una ceja con cierta curiosidad hacia él.
—No, no. Te noto algo diferente.
—¡Es verdad, Louis! Estás diferente. —dice una de las gemelas.
—No estoy diferente. —suspira. —Soy el mismo Louis de siempre, no sé que les sucede. —murmura ignorando que su rostro claramente demostraba lo contrario de lo que estaba hablando, puesto que, estaba muy sonrojado.
—Yo creo que alguien está enamorado. —dice Lottie entre dientes mientras untaba mermelada en su pan tostado, sin mirar a Louis ya que rápidamente obtuvo una mirada fulminante de su parte.
—¡No estoy...!
—Louis. —recibe una mirada reprochante de su padre y deja salir un bufido por sus labios. —No le grites a tu hermana.
—Entonces dile que deje de molestarme. —dice, sacando la lengua hacia su hermana en un acto infantil.
—Louis, ¿es verdad lo que dice Lottie? —suelta la pregunta su mamá mientras cortaba un poco de su desayuno y se lo llevaba a la boca. —¿Estás saliendo con alguien?
—Sí. —dice Lottie.
—No. —habla Louis al mismo tiempo que su hermana.
—Louis, no le mientas a mamá.
—Está bien, mi niño. Estás creciendo y saldrás con chicos, solamente quiero que te cuides. —dice su madre, acariciando su mejilla sonrosada.
—Pero, mamá...
—Shh, no digas más. —lo manda a acallar, dando unas pequeñas palmaditas en su hombro. Louis suspira. —Pero cuando estén listos lo traes la casa y fin de la discusión.
Louis evitó sonreir ante el apoyo que su madre le estaba dando, a pesar de la mirada fija de su padre en él y de los pequeños problemas que su hermana podría ocasionar. Se dedicó a consumir su desayuno con tranquilidad y después se fue a su escuela.
