Capítulo 2

129 11 14
                                    

Me adentré por las puertas de la academia y subí escaleras arriba hasta llegar al salón. Llegaba tarde, y por eso cuando abrí la puerta, todos dirigieron su mirada hacia mí. 

No tomé tanta importancia porque segundos después todos volvieron a lo suyo mientras que yo un tanto apresurada quitaba mis zapatos y ataba mi cabello para ubicarme justo donde estaban todos.

—Lo siento —murmuré un tanto apenada.

La profesora me dio una mirada de advertencia, y eso significaba dos cosas: que no podía volver a llegar tarde y que tenía que calentar antes de que se me ocurriera hacer cualquier movimiento.

Suspiré y antes de que me dijera algo, fui hasta un rincón del salón y comencé a hacer los ejercicios de calentamiento mientras veía como todos comenzaban a practicar sus pasos una y otra vez. 

Una de las cosas por las que no me gustaba llegar tarde era justo por esto, me perdía la practica general y luego tendría que practicar yo sola los pasos de baile. Sin mencionar que me tenía que quedar más tiempo para recuperar las horas de práctica perdidas. En mi defensa, había llegado una hora después de comenzar la clase porque perdí el autobús. Puede ser que lo perdiera dos veces, pero eso no tiene que saberlo nadie. 

Hace casi un mes había vuelto a la academia luego de unas largas vacaciones, y desde entonces, he estado un poco ajetreada porque vienen algunas presentaciones y tenía que ensayar muy duro. Lo peor de todo es que aún no me acostumbraba y han sido algunas semanas tediosas tratando de hacerlo. Ya hoy estaba más animada, así que esperaba hacerlo mucho mejor.

Treinta minutos después, había terminado por fin mi calentamiento y justo todos estaban tomando sus cosas para ir al descanso. Saludé a un par de personas y hablé con rapidez sobre algo importante con unas pocas. Tenía varios años en esa academia, pero nunca había hecho una amistad que pudiera considerar verdadera, solo algunos que eran bastante cercanos.

Me quedé sola y me dediqué a practicar primero los pasos sin música para corregir algunas pequeñas cosas. Ya cuando me sentí preparada, encendí el reproductor y y le di play al encontrar la canción. 

Youth - Daughter comenzó a sonar por todo el lugar y yo comencé a bailar. 

Tenía los movimientos tan memorizados que me dejaba llevar por la música y quizás un poco por el sentimiento que transmitía la canción. Por supuesto fue complicado practicar sola ya que es una coreografía en conjunto, pero hacía mi mejor intento. 

La canción finalizó y yo quedé en mi pose final. 

Me gustaba mucho bailar. Cada vez que lo hago siento que se reinicia todo en mí, es una sensación increíble. 

Me acerqué a donde estaban mis cosas y saqué mi agua para darle unos cuantos sorbos intentando recuperar el aliento. A través del espejo me di cuenta que alguien abría la puerta y luego supe que era mi manager ¿Qué hacía aquí? 

Bueno, sé que es impresionante que tenga una manager, pero ella me ayudaba y se encargaba de conseguirme presentaciones bastante importantes fuera de la academia.

—¡Alice! ¡Te tengo buenas noticias! —expresó mi manager, muy sonriente.

—¿Qué sucedió? No esperaba que vinieras hasta acá —me reí.

—Acaban de llamarme y estaba cerca de aquí, así que preferí darte la noticia en persona. Además de que sé que estás en tu hora de descanso.

—¿De qué estás hablando? —pregunté confusa.

Ella me miró con emoción y se acercó hasta donde estaba con una sonrisa de oreja a oreja. 

Mi manager tenía solo unos cuantos años más que yo y se llamaba Joey. Físicamente era una mujer asombrosa, tenía los ojos color ámbar y su piel es morena, sin obviar su cabello largo y ondulado negro. Siempre se vestía bastante elegante y demostraba demasiada actitud ante la vida, sin mencionar que es muy inteligente. Estaba casada con un hombre que se notaba lo enamorado que estaba de ella y tenían una pequeña hija. 

Perfect Strangers - Niall Horan.Kde žijí příběhy. Začni objevovat