4. Cuando llega la noche

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HeDi duerme tranquilamente en su cama, pero alrededor de la medianoche oye lobos aullando afuera, muy cerca de su tienda.

Rugido se despierta y le ladra a la puerta.

"Shhh... ¡Duerme! No pueden entrar aquí", lo tranquiliza HeDi sin abrir siquiera los ojos.

Pero el perro se sigue quejándose porque hay algo más que le molesta y HeDi capta lo que es.

"¿Es Yue? ¿Está ahí afuera?"

Rugido ladra como si respondiera que .

HeDi se pone de pie, toma su espada y abre la puerta con cuidado.

Lo que presencia lo deja en shock total.

Yue está sentada en el suelo, con un búho blanco en el hombro, rodeada de lobos que le están lamiendo la cara y moviendo la cola con entusiasmo, y ella los acaricia felizmente como perros.

"Shen... ¿Yue?" murmura HeDi trémulamente.

"¡Oye! ¿Te desperté? ¡Lo siento! No era mi intención..."

"Qu... ¿Qué estás... haciendo?" pregunta HeDi, boquiabierto ante la escena y con los ojos saliendo de sus órbitas, incapaz de hablar con claridad.

"Yo... Me sentía... No quería estar sola... Lo siento..." ella responde, bajando los ojos y haciendo pucheros.

"Está bien, no me importa que me despiertes... Puedes venir cuando quieras. Solo me pregunto qué estás haciendo -indaga con la puerta medio cerrada por seguridad-. Quiero decir, ¿cómo sucedió esto?" pregunta, señalando con su espada a los animales salvajes que se comportan como cachorros.

"Oh... -se ríe Yue- ¡Soy una Luz de Luna! ¡Las criaturas nocturnas que aúllan a la Luna suelen ser mis amigas!" explica como si nada.

"Correcto... Es totalmente normal estar rodeado de lobos... -señala HeDi con suspicacia- Mmm... ¿Y por qué estás aquí en medio de la noche?"

"Te lo dije, no quería estar sola. Quería estar aquí, con mis amigos."

"¿Los lobos?"

"¡Oye! ¿Hablas dormido o estás despierto? ¡Tú eres mi amigo! Y Roca y Rugido. Te echaba de menos. Mi barco se siente... Vacío", admite, acariciando a los animales salvajes que la rodean y que parecen cautivados por su presencia.

Hay algo raro en ella, HeDi lo sospechó desde el principio.

"Yue, estuvimos juntos todo el día... Estamos juntos todos los días..."

"Y por la noche... Te extraño..." ella admite tímidamente, abatida.

¿Qué se supone que responda HeDi ante eso? Es cierto que le gusta tenerla cerca, y extraña su abrumadora presencia tan pronto como ella se va por la noche, pero él no pensó que hubiera mucho que pudiera hacer al respecto. A menos que...

"Quieres... ¿Entrar?"

Yue lo contempla con el rostro tan ruborizado que se puede notar incluso a la luz de la luna.

"¡No! ¡Hasta mañana!" Y huye como si hubiera visto un fantasma.

Los lobos se quedan fuera de la tienda sin su susurrador y comienzan a gruñir a HeDi, que inmediatamente asegura la puerta y se rasca la cabeza.

Mira a Rugido y se pregunta: "¿Qué rayos pasó?"

Rugido ladra; él tampoco lo sabe.

Esta fue la noche más extraña de su vida.

***

El día siguiente transcurre como de costumbre.

Yue aparece por la mañana, lanzando piedras en el arroyo...

Los últimos guerrerosWhere stories live. Discover now