Parte 1

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Draco Malfoy, un gran sacerdote del templo de Atenea.

El gran y deseado Draco Malfoy, envidiado por varias mujeres y/o hombres, deseado por los mismos.

Un gran y envidiable físico, su cabellera larga, sedosa y rubia, atada en una gran y alta coleta, excepto en ese momento; sus facciones eran bien definidas, pero a la vez tan delicadas. Labios bien definidos y rosadamente carnosos. Sus ojos eran como plata liquida, si te perdías en ellos era como ver una tormenta.

En el templo de Atenea, se encontraba el sacerdote escribiendo en algunos pergaminos.

Se asustó y saltó un poco cuando escuchó un gran estruendo.

Se escucharon truenos y relámpagos cerca, pero no le tomó atención a eso. La marea subía, sí, pero eso era normal los últimos días.

Siguió con lo suyo, hasta que se asustó nuevamente con otro estruendo, pero este, era en el templo. Cuando se acercó vió que alguien había abierto las puertas del templo esa noche, y como llovía fuertemente fue a socorrerlo.

— ¿Está bien, señor? — Le preguntó Draco amablemente.

— Ahora sí — Dijo el hombre que vestía nada más que un chitón y unas sandalias.

— Draco Malfoy a su servicio. — Dijo el rubio muchacho e hizo reverencia.

— Se quién eres, — Dijo el hombre fortachón y moreno. Draco se sorprendió ante eso. — soy Poseidón. — Draco abrió los ojos bien grandes.

— U-un gusto, mi señor. — Dijo e hizo otra reverencia.

Poseidón, Dios del mar, estaba frente a sus ojos, el rubio no lo podía creer.

Poseidón, cautivado por la belleza del rubio, llevaba observándolo por varios días, hasta que se decidió dejar de ocultarse, por favor, era el Dios del mar.

El hombre fornido se acercó a grandes pasos al rubio, Draco no se movió. Poseidón lo acomodó un mechón rubio detrás de la oreja para luego besarlo bruscamente.

El hijo de Zeus y ¿Medusa? (Harco)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora