🌈Día 27🌈

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🌈En uno de sus cumpleaños🌈

—Antes, cuando iba a la escuela, todo el mundo se olvidaba de mis cumpleaños... el único que me felicitaba era mi padre, y como trabajaba todo el día, ni siquiera podía pasar tiempo conmigo en mis cumpleaños. —Le dijo Ishimaru a Mondo hace unos cuantos años.

Y este año, un 31 de agosto, Kiyotaka cumpliría 26 años.

Y por supuesto, su querido Mondo no se quedaría de brazos cruzados:
Este preparaba una fiesta sorpresa en su misma casa, y los invitados serían Chihiro, Yasuhiro, Leon, Byakuya, Makoto, Sakura y Aoi.

Pensaba hacer la típica fiesta que hacen los críos de 10 años, donde invitan a sus amigos y comen tartas de horrible sabor, ya que su estimado esposo nunca pudo experimentarlo.

Kiyotaka estaba trabajando. Trabajaba de oficinista y de abogado.

Mondo ya había preparado todo en el salón; solo faltaba que llegaran los invitados, y posteriormente, que llegara el cumpleañero, dentro de dos horas.

El motorista no pudo felicitar a su amado por la mañana, ya que Oowada debía levantarse a las cuatro para a las seis llegar a un examen de acceso a una universidad avanzada de arquitectura. Y Kiyotaka entraba al trabajo a las seis, así que no podían verse por la mañana.

El timbre sonó, desterrando a Mondo de su propio mundo, y fue a abrir la puerta.

Como esperaba, eran sus amigos, los invitados a la fiesta. Pero solo estaban Togami, Naegi y Fujisaki.

≪Era obvio que ellos llegarían los primeros. Ni de coña los tarados de Leon y Hiro llegarían pronto.≫ pensaba Mondo, con una mueca de fastidio en la cara.

Los invitados pasaron a la sala de estar y le ayudaron a Mondo con los preparativos, hasta que, luego de un cuarto de hora, llegaran Asahina y Oogami.

Ya estaba todo listo. Solo faltaba que los tontos de remate llegaran. Y como no, llegaron tarde, pero al menos llegaron.

Toda la sala estaba decorada con confeti blanco y rojo (no mucho, para que Ishimaru no se estresara con tanto desorden). Habían regalos por el sofá y por las sillas, y en la mesa del centro, Yacía resplandeciente una magnífica tarta de dos pisos, con las paredes blancas con glaseado negro y rojo, y el relleno era de bizcocho con azúcar glas y fresa. También tenía unas letras con una perfecta caligrafía arriba de la tarta donde ponía "Feliz cumpleaños, Kiyotaka"

Solo tenían que esperar a que el cumpleañero llegara.

Todos estaban emocionados. No podían mantenerse quietos ni por un momento; menos Togami y Oogami. Ellos estaban inmóviles.

Luego de media hora, el timbre sonó, y emocionados, permanecieron en silencio, ya que tenían clarísimo quién se encontraba tras la puerta.

Mondo abrió la entrada y vio a su esposo con unas ojeras enormes y una mueca de cansancio horrible.

—Ya estoy en casa... —Dijo Ishimaru, con una terrible voz de cansancio.

Mondo acarició el pelo de su amado, para luego darle un dulce beso, y decir "Bienvenido a casa, cariño"

Mondo guió a Kiyotaka por el pasillo, destino al comedor.

Cada paso era más tensión en el cuerpo de Mondo, el cual tenía miedo de que el plan se fuera al traste.

Pero por suerte, todo fue como lo planearon: Kiyotaka entró por la puerta, y todos gritaron a la vez "¡Feliz cumpleaños!" Para posteriormente, darle un abrazo colectivo a Kiyotaka.

Cuando este pudo librarse de los brazos de sus amigos, miró su alrededor: no podía creerse que ellos hubieran hecho todo aquello por él.

Ishimaru no pudo evitar llorara. Avergonzado, se tapó la cara con las manos y se limpió las lágrimas con total velocidad.

—Muchísimas gracias, de verdad... —Dijo Ishimaru, entre llantos.

Todos volvieron a abrazar a Ishimaru.

Por fin, el cumpleañero abrió los regalos:
El regalo de Leon era ropa estilo punk, ya que Ishimaru estaba interesado en probar diferentes estilos de ropa.

El regalo de Yasuhiro era un gigante kit de incienso antiestrés, ya que todos sabían que Ishimaru vivían en un mar de estrés.

Fujisaki le regaló un ordenador nuevo, ya que el suyo se había estropeado hace poco.

Sakura le regaló unas semillas de árbol para que pudiera plantar en el jardín que la casa de Mondo e Ishimaru tenía.

Asahina le regaló una caja de bombones y ropa de deporte.

Y Mondo le regaló un reloj de última generación, más otro anillo más.

Kiyotaka no se lo podía creer, estaba tan feliz... y Mondo podía ver aquella felicidad en sus ojos, los cuales hace un momento mostraban cansancio.

—¿Te lo estás pasando bien? —Le preguntó el pandillero a Ishimaru.

—¡Por supuesto! Estoy tan feliz... muchísimas gracias. —El azabache sonrió, pero no era una sonrisa cualquiera; era una sonrisa que solo ponía en determinadas ocasiones, como cuando Mondo le pidió salir y cuando le pidió matrimonio.

Aquella fiesta sería inolvidable. No solo para Kiyotaka, sino para todos los presentes allí.

🌈

HOLA
Que tal estáis? Yo bien sisis
Aquí os traigo un nuevo capítulo! Desgraciadamente, cada vez este fanfic está más cerca de acabar, pero quiero deciros que os tengo una sorpresa para cuando llegue a su fin!
Y por cierto! Justo hace poco subí un oneshot Ishimondo en mi cuenta, por si os interesa. Si le vais ha dar una oportunidad, espero de todo corazón que os guste!
Esta vez fueron aproximadamente 800 palabras

🌈30 días OTP [Ishimondo]🌈Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum