1| a dream

4.2K 99 15
                                    

Una vez más, lo enfrenté. Fue un sueño. Otras personas dirían. Es una pesadilla. Pero para mi, fue todo un sueño de belleza. Sus ojos dicen que es una pesadilla. Pero me miró y en sus labios había una sonrisa. Sus dientes mordían sus labios, haciéndome aún más débil.  Su olor en mi nariz, me hizo dejar de respirar por un segundo.  Sus manos en las mías y sus labios en mi piel, era todo lo que necesitaba.  Empujo lentamente con los dedos, haciéndome rogar por todo lo que podía darme.  Sus dedos entraban y salían de mí, mientras susurraba cosas sucias en mi oído. 

—¿Cuánto me necesitas, Cassiopeia? —Preguntó profundamente con una sonrisa en su rostro. 

Mis labios estaban cerca de sus labios, cuando susurré un: —Gravemente

—Ruega por ello —Sus fuertes manos masculinas, estaban en mis caderas, haciéndome aún más débil. No, sus toques me hacían siempre débil.  Finalmente encontré sus labios, gimiendo y llorando de placer.  Se sintió tan bien, besarlo, incluso si a mí no se me permitió hacerlo. 

Pero sus labios se derretían en los míos y nuestro beso fue a algo más profundo, ni siquiera pensé. Abrí su cinturón, cuando una mano tocó mi garganta.  Sus fríos anillos, que decoraban sus dedos, me hicieron estremecer. 

—Dije suplicar —gruñó y me debilité y miré en sus ojos lujuriosos. 

—Te necesito, por favor ... —susurré, juntando mis piernas, lo que lo hizo sonreír. 

—Ya veo —Dijo y deslizó su mano hacia la parte interna de mis muslos.  Mi respiración se entrecortó y miré sus ojos casi negros— Dilo otra vez. ¿Qué quieres? —Gruñó contra mis labios y me besó brevemente. 

—Te necesito, p-por favor —le rogué y me debilité, cuando sus dedos se encontraron con mi coño mojado. 

—¿Tan húmeda, para mí? —Preguntó y comenzó a besar mi cuello. 

Sentí cómo chupaba en un lugar, haciéndome jadear y gemir. 

—Solo para ti —Dije brevemente, antes de sentir sus dedos, frotándome suavemente ...

Cuando un sonido fuerte me hizo abrir los ojos. 

—¿Hay algo más importante que mi clase, señorita Weasley? —La profesora McGonagall me sacó de mi sueño. 

Hice una mueca y negué con la cabeza.  Ella me miró con un severamente, antes de ir a su escritorio. 

—¡Diez puntos menos para Gryffindor! —Dijo con severidad y toda mi casa me miró. 

—¡Oigan, lo siento! —Miré hacia atrás. 

Harry, mis cuatro hermanos;  Fred y George, Ron y Ginny y Hermione hicieron todo lo posible por no reír.

Después de clase, empaqué rápidamente mis cosas y salí de clase. Cuando alguien me agarró de la muñeca y me empujó contra la siguiente pared fría. 

—¡Ow! —Hice una mueca. 

—Bueno, bueno, mira quién es, Cassiopeia Weasley —fue Draco, quien dijo mi nombre con una broma juguetona. 

—¡Cállate! —Le miré. 

—¿Y si no qué? —​​Sonreí y algunos chicos de Slytherin estaban detrás de él. Blaise, Crabbe, Goyle y ... y Adrian. 

—No me hagas enojar, Malfoy —Dije y rodé los ojos. 

Mi corazón dio un vuelco cuando Adrian me miró. El olor a perfume y madera entró en mi nariz e inconsciente me mordí los labios. 

—¡Weasley! —Draco me sacó de mis pensamientos. 

—¿Qué? —Respondí bruscamente y lo miré. 

Su mano adornó mi garganta y jadeé por aire. 

—¿Y si no qué? —Simplemente sonrió y los anillos fríos, que decoraban sus dedos me hicieron temblar— Te haré suplicar piedad — dijo, cerca de mi cuerpo. 

Sacudí mi cabeza y siseé un:— Quítate de encima de mí.

Se alejó dos pasos de mí y me miró con un rostro bastante arrogante. Me enfrenté a Adrian, que estaba observando todo mi cuerpo. 

Tragó, después de ver mis piernas desnudas, solo con una minifalda y una camiseta sin mangas.  Pero fue suficiente para hacer que Adrian tragara saliva. 

No estoy enojada por eso, de hecho: me encantó. Que tuve este efecto en los chicos. 

—¡No hay nada que mirar, sangre sucia! —Gruñó y levanté una ceja. 

Me reí con sarcasmo y me acerqué un paso más a Adrian— Para aclarar las cosas ... — miré sus ojos castaños oscuros, eran casi negros— ¡No soy sangre sucia, jodido idiota! —Escupí agresivamente y casi gruñí. 

—¡Llámame así una vez más y te ahogo! —Gruñó él. 

—¡Vete a la mierda, Pucey! —Se rió sarcásticamente y sentí sus manos frías en mi garganta. 

—¡Cuida tu lengua, Weasley! —Gruñó contra mis labios. 

—Cuida tu polla —dije con voz temblorosa. 

Su agarre alrededor de mi la garganta se volvió agresiva. No pude evitarlo y lloré. No con dolor, solo porque casi muero. Tan pronto como me soltó, los chicos me dejaron en paz y me escuché a mí mismo tomando una respiración profunda. 

Me atreví a mirar a Draco y me encontré con unos ojos castaños oscuros. Sus ojos... los ojos de Adrian.

Desperate (+16)Onde histórias criam vida. Descubra agora