Óxido ✦ (alfa x alfa) [ls]

el amor para toda la eternidad

Los jadeos largos y a la vez suaves llenaban los oídos de ambos alfas en esos momentos, más un pequeño ruido de choque que abarcaba la oscuridad inmensa en aquella habitación.

Era la madrugada, con el cielo tintado de un color negro que era parecido al mismo que se resguardaba en la habitación del funesto edificio con aspecto casi abandonado. La única diferencia que había entre la noche y la habitación, es que la primera estaba silenciosa y muy quieta. En la segunda, habían dos alfas con un accionar que corrompía la calma, porque se estaban amando despacio allí en medio de la oscuridad.

Ellos eran la única luz en ese momento.

Harry tenía los ojos cerrados, con las facciones relajadas a la par que respiraba pausado y dificultoso. Su cuerpo sudaba, su cabello se hallaba desordenado sobre la almohada, y lo único que podía hacer era jadear un poco más fuerte mientras iba cerniendo sus brazos alrededor de la ancha espalda del alfa sobre él, con una sábana cubriendo sus manos.

Louis tenía la respiración pastosa y sus labios ardían mientras estaban entreabiertos. Él se movía despacio, sobre el cuerpo de Harry mientras lo penetraba, lento pero profundo.

Una sábana cubría ambos cuerpos hasta los omóplatos, y la cama hacía un leve chirrido a la par del alfa ojiazul, quien aceleraba los movimientos muy levemente antes de frenar un poco, sólo pudiendo concentrarse en besar a Harry. El alfa ojiverde suspiraba sin quererlo realmente, y correspondía a los besos de forma pausada. Ambos alfas querían sentirse más cerca, al grado de que sólo fueran un cuerpo, pero sabían que no era posible.

—Louis... —susurró Harry entrecortadamente, presionando sus dedos en la espalda del alfa ojiazul.

—Harry —llamó Louis. Besó los labios del alfa ojiverde de forma lenta, haciendo un chasquido al separarse—. ¿Bien?

El alfa bajo el cuerpo de Louis abrió los ojos para mirarlo; su mirada era vidriosa y perdida, como si estuviera sumamente relajado. Correspondió el beso tan largo pero tierno que Louis le proporcionaba.

—B-bien... —contestó, echando un poco la cabeza para atrás. Respiró fuertemente—. Bien.

Era raro que Harry y Louis tuvieran intimidad al último nivel; el nivel donde sus cuerpos se volvían realmente uno y sólo buscan sentirse. Casi nunca llegaban tan lejos, y eso era por varios factores. Claro que había excepciones, y esa noche era una de ellas.

Intimar o hacer el amor era algo que ellos simplemente ni hablaban a la ligera, ya que lo veían muy diferente a lo que cualquier persona ve; un polvo, sexo, placer. Ambos alfas, desde que tuvieron su primera vez, supieron que nunca sería así con ellos. No podían, y aunque había algunos factores físicos por ser ambos alfas que lo impedían, era más que nada una decisión suya por lo especial que se sentía intimar con el otro.

Esa noche, Harry soltaba muy bajos gemidos en los labios de Louis mientras mantenía el ceño fruncido y los ojos cerrados, y Louis le besaba con profundidad a la vez que buscaba ser lo más cuidadoso posible para no herir a Harry. Allí el placer, el amor y la unión de sus cuerpos se transformaba en una sóla cosa.

—¿D-duele? —inquirió Louis al separarse de los labios de Harry, uniendo sus frentes y jadeando a la vez.

—N-no, uhm —contestó Harry, sonando como un gemido de los más altos que sacó esa noche. Lo miró a los ojos, sin vergüenza ni pudor por más de que Louis estaba sobre él—. Bésame.

El alfa ojiazul correspondió ese llamado y continuó sus suaves estocadas a la vez que empezaban a saciar sus ganas de sentirse mucho más cerca con sus lenguas y labios deslizándose sobre los del otro.