- Soy el mejor piloto de la galaxia- dijo enarcando una de sus cejas.
- Eres el mejor piloto de este campamento, tampoco exageres- dijo Elizabeth mientras intentaba no estallar en carcajadas.
En la mente de Poe rondaba la ubicación a la que debían ir. Yavin 4, por fin volvería a casa. Podría ver a su padre, aunque fuera solo por unos instantes.
- ¿Tu no eres de Yavin 4? - dijo Elizabeth con una sonrisa.
- Si, es mi planeta natal.
- ¿Sigues teniendo familia allí? - preguntó cuidadosamente.
- Mi madre falleció hace un tiempo, pero mi padre sigue viviendo allí.
- ¿Irás a visitarle?
- Lo dudo, tengo que trabajar - dijo con una sonrisa triste.
- ¿Sabes que me las puedo arreglar sola no? En realidad, solo vienes como piloto, no como escolta a jornada completa.
- Tu tía no me dijo lo mismo.
- Mi tía nunca escatima en cuidados para su pequeña sobrina- dijo riendo.
- Me dijo que no te quitara el ojo de encima, porque eres una temeraria. Y después de todos los viajes que hemos realizado, puedo corroborarlo. Lo eres.
- Decir mi opinión no es ser temeraria.
- Decir tu opinión delante del representante del imperio, y luego faltarle el respeto. Es ser temerario. Sobretodo teniendo en cuenta que su escolta estaba armada hasta los dientes y te apuntaba directamente.
- Me acuerdo de eso, fue hasta divertido- dijo divertida.
- En conclusión: eres una temeraria.
- Mira quien fue a hablar. Comandante "lo arreglo todo montándome en un caza y bombardeando a los malos" - dijo riéndose.
- Eso se llama ser valiente.
- Eso es ser un insensato y un estúpido.
- Entonces de los dos ganas tu- dijo terminando la pelea de la forma más infantil posible.
La conversación fue interrumpida por el avistamiento de Yavin 4.
Elizabeth se quedó boquiabierta con la imagen que estaba viendo. Un lugar recóndito, con mucho verde. Parecía Naboo, su tierra natal. Sus ojos se humedecieron, pero no soltaron ninguna lágrima. Solo recordó uno de los momentos que más marcó la vida de Elizabeth.
Mientras en la mente de Poe sonaba frenéticamente "Bienvenido a casa".
(...)
Al llegar al lugar de reunión, una escolta de soldados rebeldes les acompañó hasta una sala de recepción.
Elizabeth avistó a un conocido, y corrió a su lado para darle un abrazo.
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
- ¿Cas? ¡Cas! - corrió hasta el muchacho y le dió un abrazo.
- ¡Elizabeth! - ambos se dieron un abrazo.
- Fíjate, estás preciosa -dijo el Capitán Cassian Andor mirándola directamente a los ojos.
El Capitán Cassian Andor era el prototipo de un muchacho perfecto. Sus atractivos físicos estaban exactamente a la misma altura de su personalidad, y como Elizabeth, era representante de Naboo, los dos eran los más jóvenes de todo el consejo. Ambos nacieron en Naboo, y sintieron la increíble pérdida cuando el imperio destruyó su planeta natal, acabando con la vida de la madre de ella y de los padres de él. Después de esto, Elizabeth se presentó a princesa y Cassian se unió a la escuela de vuelo, para luego presentarse a soldado raso y así terminar en el frente del ejército de la república.
- No has cambiado nada desde la última vez que te vi - dijo ella mirándole a los ojos.
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
- Sabes que eso no es nada nuevo - dijo él con una gran sonrisa.
Poe se situó al lado izquierdo de la senadora, y carraspeó.
- ¿Poe Dameron? Hacia tiempo que no te veía, desde primer año de vuelo. Ha pasado un tiempo ¿no crees? - dijo Cassian mostrándole la mano para después estrechársela en un apretón de manos.
- Lo suficiente, ya no somos pilotos de primer año.
- Ya no.
- Nos vemos más tarde -cortó Elizabeth la conversación que se estaba tensando por momentos.
(...)
Elizabeth se acercó a Poe, y le susurró:
- Ahora, quiero que vayas a visitar a tu padre. Es una orden.
- Senadora...
- Sin excusas, es una orden directa y clara. Estaré bien, tengo la escolta que me han proporcionado aquí y tengo al Capitán Andor que me proporcionará cualquier ayuda. No tienes nada de que preocuparte.
- Princesa, eres una temeraria. Pero eres una temeraria inteligente - dijo guiñándole un ojo.
Poe dió media vuelta, y comenzó a andar. Lo mismo hizo Elizabeth.
- ¡Princesa! -gritó Poe.
Volvió sobre sus pasos, se acercó a ella y le dió un abrazo.
