Capitulo 23. Volveré.

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Zayn P.O.V.

Tenía que hablar con Niall. Lo necesitaba. Odiaba ser tan impulsivo. Normalmente nunca hacía las cosas sin pensarlo, pero estaba tan enfadado que no pensaba con coherencia.

Estaba frente a su casa, iba a dar unos pasos directo a ella cuanto me percaté de un hombre sacando la basura. Era su hermano, Greg.

—Vienes a ver a Niall supongo. —Terminó de tirar las bolsas de basura.

—Así es. —Contesté.

—¿Por qué lo haces? —Me extrañé.

—¿Hacer que? —Le pregunté.

—No te hagas. —Sonrió levemente. —Hacerle daño a mi hermano. —Habló después de callar unos segundos.

Lo miré atento, y este prosiguió.

—Él es un chico muy sensible… El tiene el triple de sentimientos que tú, es más seguro no debes de tener.

—Aunque cueste creerlo sí tengo.

—Tal vez, pero Niall es mucho más sensible que tú.

Era cierto, Niall era tan sensible, y yo un puto egoísta.

—Estos días que no le has visto ha estado deprimido, pero sé que te superará.

—¿A que quieres llegar? —Le pregunté.

—Déjalo en paz. Aunque se supone que ya lo habías hecho.

—¿Y por qué me pides eso tú?

—Es mejor que no estés, antes no habían tantos problemas, desde que llegaste todo ha cambiado, y no para bien.

—Niall es feliz conmigo. Y lo sabes.

—Cierto, eso parecía. Antes. —Hizo una pausa. —Pero existe infinidad de personas que lo pueden hacer feliz. Humanas, que no sean demonios que traen a sus seres a mi casa. No sé si me explico. —Continuó.

—Quiero oír esas palabras, pero de Niall. Así me alejaré si el me lo pide directamente él.

Greg sonrió socarrón.

—Espero que tomes en cuenta lo que te dije. Piénsalo. Niall sería más feliz si viviera una vida normal…

—Sinceramente tener una vida normal suena aburrida. —Lo interrumpí. —Pero bueno, lo tomaré en cuenta.

Al terminar aquellas palabras sentí como algo se removía dentro de mí. Comencé a preocuparme.

—¿Niall está con ese imbécil? —Me pregunté. Seguido los celos me invadieron.

—¿Liam? —Preguntó Greg. —Descuida, Niall esta a salvo con él.

—Eso veremos... —Me largué de allí.

[…]

NIALL P.O.V.

Fruncí el ceño al sentir una luz molestando en mis ojos. Quería abrirlos de golpe pero los sentía tan pesados.

—¿Puedes verme u oírme? —Me habló una voz desconocida pero grave. —Estás reaccionado, eso es bueno. —Agregó.

Abrí los ojos forzosamente. Observé a un hombre con una bata blanca quien retiró una pequeña linterna que supongo que pasaba por mis ojos. Estaba en un cuarto, en una habitación de hospital. Miré mis brazos y tenía conectado sachets de suero.

Quería hablar, pero estaba asustado. ¿Qué mierda hacía aquí?

—No entres en pánico. —Me pidió el hombre. Evidentemente era un doctor.

Y por fin te encontré.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora