Capitulo 39: Dejarlo ir...

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Me duele la cabeza horrible. Me levanto y me siento sobre la cama. Miro el reloj, he dormido demás. Son las diez de la mañana y yo aun durmiendo. No recuerdo nada de la noche anterior excepto que fui con Mikhail a un bar latino. Me levanto de la cama bostezando y entro al baño. Tomo del neceser unos analgésicos y seguido me cepillo los dientes. Hay absoluto silencio en el pent-house. Nada raro pero hay más del normal. Salgo del cuarto y mirando a todos lados grito su nombre. Nadie responde. Me dirijo a la sala de estar y todo esta pulcramente en su lugar. La cocina parece no haberse usado en la mañana. Ceñuda me dirijo al estudio, de seguro está ahí en su escritorio con la cara gélida metido en sus asuntos de la farmacéutica. Toco la puerta, nadie me responde. Vuelvo a tocar, todo silencio. Me decido a entrar. Todo está en orden pero falta algo, su laptop no está, su escritorio está vacío. Comienzo a desesperarme, todo está muy extraño. Corro a su cuarto y al entrar lo encuentro vacío. Abro su armario y su ropa ha desaparecido. Lágrimas afloran por mis ojos. No puede estar pasando esto. Corro a mi habitación y tomo mi móvil. Le marco a su móvil pero me lleva al contestador. Llamo unas diez veces y no logro conseguirlo. Una desesperación inmensa se apodera de mí. Me cambio rápidamente y me pongo lo primero que encuentro. Salgo del penthouse a toda leche y cojo un taxi hacia el corporativo. Mientras voy de camino ínsito e insisto pero no me toma el móvil. Llamo a Aleksandra e igual, no me toma las llamadas. Maldigo y siento que el mundo se me derrumba sin saber dónde coño esta. Llego a la empresa y subo a presidencia prácticamente corriendo. Avanzo directamente al despacho de Mikhail pero no le encuentro. Avanzo a donde Emma y con un nervio horrible le pregunto:

—¿El señor no se ha venido?

Niega con la cabeza.

—Megan, él llamo ayer en la tarde informando que dejaba la delegación, ya ha concluido su trabajo aquí en Seattle.

—Es imposible, aún faltaban días —Derramo una lágrima—. ¿Sabes dónde está? — Supongo que de camino al aeropuerto, ¿por qué la pregunta?

No le respondo, solo salgo como loca del edificio. Busco en mis contactos a Sergey, es mi última opción. Le llamo y por fortuna responde.

—Hola Megan.

Desesperada le digo:

—Sergey, ¿sabes dónde está Mikhail? Se ha ido sin decirme nada y estoy muriéndome de la desesperación.

Suelta un suspiro.

—Pensé que sabias...

—¿Saber qué?

—Megan, Mikhail estuvo aquí en el hotel donde me estoy hospedando. Me dejo unos documentos y me dijo que hoy mismo se regresa a Rusia.

Palidezco, no... no puede ser. ¡Faltan días!

—No me digas eso por favor, no... Aún falta para que se vaya. Me dijo dos semanas.

—Lo es preciosa, se cómo te debes sentir. Es obvio que estas enamorada de Mikhail pero trata de continuar con tu vida, es lo mejor para los dos.

—¿A qué hora sale su vuelo?

—Megan... no creo que...

—¡Qué me digas a qué hora sale el maldito vuelo!

—Se va en su jet privado, sale de Estados Unidos en una hora más o menos.

Veo un rayo de esperanza, puedo detenerlo y decirle que no se vaya. Que lo quiero a mi lado, que siento que vivir sin su cara de mala leche será imposible. Llorando respondo:

—¿En qué aeropuerto esta?

—En el aeropuerto internacional de Seattle.

Cuelgo el móvil y no pierdo tiempo, tomo un taxi y me dirijo en ruta hacia el aeropuerto. Mando un correo.

Tuya Por Una Noche© Nuevamente en wattpad!!!Where stories live. Discover now