Capitulo 5: ¡Mi querida amiga inocencia se esta muriendo!

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Unas semanas después

El trabajo es cada vez más pesado. Eso sin añadir que el ruso me tiene de chica de los recados.

Suena el teléfono y ya sé quién es, « ¿Qué va a pedir esta vez? ¿Qué busque sus trajes negros al sastre?».

— ¿Qué se desea, señor Ivanov?

—Te quiero en mi oficina ahora.

—Ya voy.

Suspiro. «No quiero verlo, ese sueño..., luego él..., ¡Joder!».

Camino hacia el despacho. «Megan, fuera cosas pervertidas. Mente sana, mente inocente».

Entro y con voz tenue le digo:

—¿Qué se le ofrece?

Arquea una ceja y ordena:

—Saldrá conmigo a tomar un café.

Me quedo tonta.

—¿Por qué saldría con usted a tomar un café? ¿Me está proponiendo que salgamos?

—Porque yo se lo ordeno, y no, no quiero salir con usted. No me gustan las mujeres corrientes.

Trago saliva, «directo al hígado. Uy es que cada vez lo odio más».

—Pues lo siento, no se va a poder.

—¿Por? Serán asuntos del trabajo, no se puede negar.

—Esos asuntos los trato con América, ella es mi jefa directa. Y si quiere hablar de trabajo podemos hacerlo ahora.

—Soy el jefe de América, por lo cual el tuyo Megan.

—Señorita McMillan para usted —aclaro.

Se queda estupefacto y soberbio responde:

—Yo la llamo como mejor me parezca, para eso soy su jefe.

—Vale, entonces yo lo llamaré Mikhail, Así se llama, ¿no?

Se levanta de la silla ejecutiva y agrediéndome con la mirada advierte:

—Vuelve a llamarme por mi nombre y usted va a tener serios problemas.

Me cruzo de brazos prepotente, «es que ya el hombre me cae como el puto culo, me tiene hasta los ovarios».

—¿Necesita algo más aparte de quitarme mi tiempo? —Voy hacia la puerta—. El café ahorrárselo. No salgo con gente como usted.

Salgo de la oficina y maldición, siempre salgo de ella con esta sensación de quererle decir más.

Me siento en mi silla e intento concentrarme en mi trabajo. Suena mi móvil, «¿es que no pueden dejarme en paz?». Corro hacia el baño  a para recibir la llamada.

—Meg, vamos a hablar nena.

—¿En serio tú? ¿Te digo algo? No me digas nena porque me repugna y, déjame en paz que estoy trabajando.

—Si no accedes a hablar conmigo tendré que ir a tu trabajo para hacerlo en persona.

Me desespero, Julián dándome el coñazo para terminar de joderme el día.

—¿Cómo coño te hago entender que no quiero nada contigo? ¡Déjame en paz!

—Yo te amo Megan. No podemos terminar así.

—Y yo no, estoy en horas de trabajo deja de joderme la vida.

—Vale, dame solo media hora. —Respiro hondo—. Mañana en el bar de siempre, solo media hora y ya luego no te molesto más.

Tuya Por Una Noche© Nuevamente en wattpad!!!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora