⊰⊹ฺ ᶜᵃᵖⁱ́ᵗᵘˡᵒ 8 ⊰⊹ฺ

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Después de ese inconveniente y noticias todo cambió. Youngjae se sumió en tristeza y con múltiples decisiones que tomar, una de ellas se dio dos días después, que terminó con Jaebum.

Ambos pensaron que era lo mejor, se darían un tiempo para arreglar sus conflictos con sus enredadas mentes y luego volverían, cuando sus mentes maduraran y supieran la responsabilidad que exigía su relación; pero la perspectiva cambió cuando tres días después desapareció sin dejar rastro alguno.

—– Jaebum, está bien llorar por lo que se quiere. No vas a la cárcel por ello, no te hace inferior ni débil. Te hace la persona más humana que puede existir en el mundo. Te hace una persona que ama —– Los sollozos cesaron un poco mientras Namjoon hablaba —– No es tu culpa, Jae.

—– Lo sé —– Se alejó secando sus mejillas —– Pero siento que sí lo es. No tengo ni idea de por qué se fue, no sabía lo que pasaba con él y solo me cerré, me volví egoísta forzándolo a entenderme y justificando mis acciones para que no se fuera, cuando pude explicarle todo, decirle la verdad, decirle cuanto le amaba. ¡Maldición Namjoon! ¡Lo amo! Aun no puedo olvidarlo, todo se juntó, creí que era lo mejor para ambos. Cuando creí que estaba comprendiendo todo resulta que se va, se esfuma. Me niego a aceptar que está muerto. Youngjae huyó de esto, al final sí se cansó. No pude entenderlo cuando no tenía familia mientras yo me quejaba de todo lo que pasaba. No puedo creer que fui tan idiota. Siento que es mi culpa, pero sé que no. Estoy tan psicótico que me imagino su rostro con su hermosa sonrisa diciéndome, no es tu culpa y eso solo me hace más miserable. Si no fui yo entonces ¿De quién es la culpa?

El pecho de Namjoon sentía una opresión inmensa. Era la primera vez que se desahogaba como si leyera un monólogo, dejando salir todo lo que tenía guardado, la tristeza se palpaba fácilmente.

Namjoon se sentía angustiado, le afectó la desaparición de los chicos, aun lo hacía, no podía negarlo.

Pero cuando hablábamos de Jaebum...

Estaba destrozado.

—– Nadie tiene la culpa, Jae. No sabemos el porqué de los acontecimientos, especialmente de este. No trates de darle vuelta. No lo sabemos y lo más probable es que... nunca lo sepamos —– dijo en un susurro —– Yo sé que tu amor por Youngjae es verdadero, la presencia de problemas no es la ausencia de amor. No te tortures más con ello.

—– Debo... debo dejarlo ir ¿cierto? —– sus ojos brillaban mirando a Nam, aunque no quisiera decirlo o afirmarlo, debía hacerlo. El castaño solo asintió —– ¿Ahora?

—– No exactamente, debes ordenar las ideas en tu cabeza, pensar con claridad y lo más importante, debes estar preparado. Eso no significa que lo dejarás de amar y lo odiarás.

—– Está bien... —– Sonrió ladinamente, sus ojos rojos aun pero claramente más calmado —– Vine a eso, quería hablar y decir esto... lo tenía en toda la garganta y no podía aguantar, lo siento.

—– No te disculpes, tranquilo.

—– Creí que hoy cerrarías temprano por lo del eclipse —– Nam recogió las cosas faltantes.

—– Mark me dijo que cerrara temprano, pero la verdad me distraje. Hay una planta que me llamó mucho la atención y cuando vi la hora ya me había pasado.

—– ¿Y no crees en...?

—– ¿La verdad? —– se volteó mirándolo con una sonrisa —– No creo que los de la Luna sean malos.

Jaebum sonrió —– Yo tampoco. Me voy, nos vemos, Nam.

—– Adiós, Jae. Nos vemos —– Ambos salieron de la tienda, Nam cerró todas las ventanas y la puerta asegurándola con llave.

Sus pies quedaron clavados en la tierra justo cuando iba a dar la vuelta, unas risas pequeñas se escucharon a lo lejos, pero que mucho miedo le dio. "¿Los guardianes? No, no creo" como pudo salió caminando a paso rápido, dirigiéndose al río en busca de su botella de Cayena.

Quedaba lejos y solo rogaba por llegar antes de la hora para recoger su shampoo y poder ver la flor.

Sentía una amplia necesidad por ver la flor, desde el primer momento en que la vio, era tanta la urgencia ya estaba caminado, ahora corría. Le tomaría unos 30 minutos llegar al río y unos 10 minutos desde el río hacia el risco donde estaba la flor.

Sostenía la hoja con firmeza para que el viento no se la llevara, justo en la esquina observó su reloj en la muñeca, 10:55 pm.

Antes de que pudiera pensar sus piernas se movieron por sí solas en sentido al risco, la adrenalina corría por sus venas como si hubiera robado un banco o le hubiera lanzado un huevo en la cabeza a Jackson.

Las dos daban la misma sensación de salir corriendo por tu vida.

Al llegar el reloj marcaba por poco las 11 en punto, aun le faltaba un arbusto por pasar para estar cara a cara con la flor.

Alisó la pobre hoja en sus manos viendo el diseño de la flor en la imagen y la que veía.

—– Aquí estás —– respiró profundo y lo maravilloso empezó.

La luz de la Luna daba de lleno en las flores que había mullidas en el arbusto, la brisa sopló esta vez con calidez envolviéndolas y dándoles la bienvenida.

Despertándolas de su sueño y trayéndolas al mundo real.

Poco a poco se abrieron dejando ver los preciosos y delicados pétalos, caían uno por uno enrollados creando un efecto dominó cuando se extendían.

Maravillado, Namjoon abrió su boca para pronunciar alguna palabra ante lo que veía.

Pero le fue interrumpido.

—– Grandiflora —– su pie quedó justo delante del arbusto, su cuerpo estaba allá y aquí. Su respiración se cortó, sus vellos se erizaron por completo al escuchar la voz delicada que estaba al otro lado.

Curioso de la proveniencia de la voz se quedó sin aliento.

Curioso de la proveniencia de la voz se quedó sin aliento

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sᵒⁿ ᴏᶠ ᴛʰᵉ ᴍᵒᵒⁿ [ɴᵃᵐᴊⁱⁿ]Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora