La casita de los baldíos

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—¿Richie?—

El nombrado, quien hacía con las rodillas casi en el pecho, los lentes en la mano izquierda, la cabeza hundida en el hueco de su pecho y muslos, sollozando miestras sentía como el frío lo cobija de manera espeluznante y bruta, suspiró temblando; sintiendo el tacto delicado en sus hombros. Levantó al momento el rostro mojado por sus lágrimas.

—¿Estás bien?—

—Eddie.— se colocó los lentes al instante. Girando al lado opuesto, no quería cruzar una mísera mirada con Eddie.

—¿Qué te pasa?—

—Termine con la señora K.—

Eddie torció los labios.

—Me alegra que estés sufriendo.— dijo para después sentarse al lado de Richie, pellizcando su hombro, sonriendo como de costumbre. —¿Qué te ocurre?— Rich aún no tenía el valor para ver a Eddie.

—Eddie eso duele.— de quejo al sentir los dedos de Eddie —¡Ah! Ya te lo dije...

—¡No, no Richie!— volvió a hacerlo.

Richie volvió a hundir su rostro entré sus piernas y pecho temblando ante las ráfagas de viento; —Bowers y yo peleamos.—

Eddie se llevó la mano a la boca, abrió exageradamente los ojos buscando su inhalador.

Y por fin Richie lo miró.

Era de noche, en los baldíos con Eddie. Vaya, un extraño momento.

—Pero ¿Estás bien?, no te paso...

—¿Por qué estás aquí Eddie spaghetti?—

—Mi mamá enfermó.—

—¿Está muerta?—

—¡Está enferma!—

Richie río exagerado. Para después hacer una mueca

—Solo bromeó, Eddie spaghetti. Es raro ¿No lo creés?.—

—¿Raro?—

—Si, raro. Tú y yo, los baldíos, la luna, el viento. Romántico.— sonrió el de lente mirando a Eddie de reojo con dicha picardía en los labios.

—¿Qué?— musito Eddie perdido en la última palabra.

ROMÁNTICO. Hizo una mueca.

Rich aún le veía de esa manera; coqueta y dulce, se sentía raro; —Richie...— se atrevió a soltar el confundido Eddie, tras verlo con inseguridad.

La sonrisa de Richie se hacía más y más grande, Eddie tambié le sonreía, Richie por un momento lo sintió, hasta que supo parar...
Los ojitos de Eddie mostraron fuego en ellos al ver semejante barbaria, Richie comenzó a reír a carcajadas levantándose de las rocas.

—¡Tonto!— musito molesto el pequeño.

Eddie esta molesto, pensó Tozier al verlo. Aún así,
Richie seguía riendo, caminó hasta una pequeña vereda perdiéndose en ella.

—¿A dónde vas?— Richie ya no estába. El viento corrió por todo el cuerpo de Eddie.—Rich— titubeó al buscarlo con la mirada —¿Richie?— trago pesado al ya no escucharlo. —¡Richie!— chilló al sentir la soledad en sus manos.

Eddie corrió por la dirección donde se había dirigido Rich.
Corría como si de eso dependiera su pequeña vida, con su inhalador en mano cayó hacia atrás al chocar con Richie.

—¿Eddie, estás bien?—

—¡Ah...!— chilló al sentir el impacto. —Richie.— musito Eddie adolorido. Richie no resto importancia y ayudo a su amigo. Se apresuró entrando en una pequeña pila de madera, la cuál tenía una forma extraña. Difícil de ver. —¡Richie!— Eddie hizo lo mismo que el más alto. Pudo ver qué tenía que entrar de rodillas, era eso o quedarse ahí solo.

—¡Eddie ven!—

Eddie llevo su inhalador a sus labios he hizo la acción.
Entro, unos cuantos movimiento con sigilo y llegó a una especie de casita secreta.

—Genial.— diviso el nuevo lugar sonriente.

—Me halagas Eds.—

—O... Lo decía por el lugar.—

Era lindo y adorable; tenía un sacó de dormír roto de color amarillo, una sabana blanca, una linterna en un costado colgando con una cadena, unas revistas, cómics, unas velas, cigarrillos e incluso tenía botellas de agua, dulces y suéteres de Richie.

—Lindo ¿Cierto?—

Eddie sonrió. Caminó hasta el saco de dormir y llamó a Richie.

—¿No vienes?—

...

[23:34 pm]
Richard miró su reloj de muñeca.

Eddie dormía a su lado, sus piernas estaban sobre los hombros de Rich. Suspiró cansado, Eddie podría ser delgado y pequeño e incluso adorable pero era pesado. Se movió con cuidado, sin hacer mucho ruido mirando por primera vez a Eddie dormír.

Tranquilo, sin preocupaciones.

Richie suspiró pesado está vez.
Se sentía como un idiota. Eddie jamás lo vería como él lo ve, nisiquiera sabía si realmente le agradaba, se retiró del saco y fué por una botella de agua. Trago trás trago, mirando a Eddie abrir ligero la boca y mover despacio los labios. Trago saliva y se hacerco...
Pasó trás pasó. Tensó los hombros, apretó los dientes, sentía como gotas apresuradas de sudor corrían por su rostro, su respiración era pesada y difícil de manejar, su estómago era un vacío completamente extraño, al acercarse he imitar la antigua posición se dispuso a estudiar al pequeño Eddie, está vez se poso sobre él, sin tocarlo.

Tenía ambas piernas a los lados, Eddie era su presa.

Cerró los ojos y al abrirlos se encontró con Eddie; no el Eddie del colegio, no el Eddie de la cantera, no él Eddie de las cloacas, no el de los baldíos, tampoco el Eddie del verano, ni él Eddie de la bicicleta. Era Eddie, su Eddie.

Sus ojos, sus delicados mechones de cabello despeinados, sus cejas de forma fina, sus pequeñas pecas, su bonita nariz y sus labios... Estaban entre abiertos

El de lentes trago salida apuntó de llorar, suspiró por tercera vez. Empuño las manos y relamiéndose los labios de hacerco a él; no cómo Richard Tozier, sino como Richie.

Sus labios encajaron con los de Eddie, no sabía besar ni nada pero la intención, las emociones y el sentimiento permanecía ahí, lágrima cayeron sobre sus mejillas. Movió como pudo los labios haciendo de aquel tímido besó uno más afectuoso, íntimo y seguro. Eddie se retorció y Richie salió huyendo, dándole la espalda.

—Richie.—

Richie se limpio las lágrimas y girando un poco tímido sonrió; —Por fin despiertas, Edds.— Richard perdió la noción en ese momento, mirando sus shorts se dió cuenta; una notable erección estába presente. Richard suspiró contentó, esa noche en su habitación sería divina.

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⏰ Last updated: Apr 05 ⏰

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Reddie; Richie's Saturated HeartWhere stories live. Discover now