El secreto de los Stylinson ⁄ TERMINADA

Sábado: la cita parte 3

Antes que todo recuerda que si estas pasando por un mal momento o estas sufriendo de ansiedad, ataques de pánico, TCA (trastorno de conducta alimentaria) , suicidio autolesiones o si tan solo quieres que alguien te escuche estoy aquí para ti.  La vida es una. Siempre tendrás momentos malos pero de todo se puede salir. 

Todo mejorará, no te rindas porque muchos dicen que quieren morir pero realmente solo quieren empezar a vivir, trabaja duro en silencio, esforzarte por ser una mejor persona el día de mañana, nunca sabes cuando puede ser el ultimo día de tu vida.  

Vimos alegremente una película de terror con Valentín, quizás suene psicópata pero siempre me ha gustado ver como las personas mueren, esa adrenalina que se siente al ver como a una persona le desgarran la garganta, le cortan la cabeza, le clavan cuchillos o lo matan con tan solo una bala en la cabeza, en realidad creo que eso si sonó muy psicópata. 

- ¿Tienes hambre o no? - me pregunta Valentín sacándome de mis pensamientos. 

- Mm la verdad es que no, las palomitas me dejaron satisfecha pero si tu tienes hambre podemos ir a - me corta en cuanto iba a terminar la oración. 

- No hermosa, ahora puedo invitarte a mi casa, para que la conozcas y no se quizás podría conocerte mas. - esto ultimo me lo dice casi en un susurro con su estúpida sonrisa coqueta que me tiene de los nervios - y aprovecharíamos para tomarnos unas copas. 

- De acuerdo, supongo que no me hará mal conocer tu casa - trato de sonar casual, no creo que ir con el sea una mala idea y seria muy descortés rechazar una invitación el primer día de nuestra "cita". - y también podría conocer a tus padres. 

- Mis padres están en un viaje de negocios, son muy ocupados, espero que no te importe. 

Y yo que quería conocer a sus padres aunque de echo creo que nadie los conoce, ni siquiera uno de sus amigos ha visto alguna vez a sus padres. Aunque debo admitir que la curiosidad me esta matando. 

- No hay problema, podemos ir aun - aun sigo queriendo conocer a sus padres pero hay que conformarse - quiero conocer donde vives. 

- Lo que tu digas hermosa, ven súbete al auto - me da la mano. Bien ahora si voy a morirme. Me abre la puerta del auto, espera a que yo me siente y como todo un caballero la cierra, se gira y se sienta en el asiento del chofer para empezar a conducir. 

Estuvimos callados por todo el camino hasta que llegamos a una casa de tamaño mediana, debo decir que es increíblemente hermosa, no pensé que un chico como Valentín viviera en una casa así, o bueno quizás era porque yo nunca he vivido en una casa y siempre como en mansiones o cosas así pero no quiero sonar presumida, me quedo fascinada con la casa como si nunca hubiese visto una. Ambos entramos y nos sentamos en la amplia cocina. 

- Espero que la casa sea de tu gusto - me dice esperando a ver mi reacción pero es que en serio yo no podía estar mas fascinada. 

- Si, es. Muy linda por fuera y por dentro

- Que bueno que te guste, mis padres la tienen desde que eran pequeños así que esta bastante vieja. 

- Debe ser increíble tener esta casa para ti solo los dias que tus padres no están en casa. - me fijo en el y veo que me mira fijamente. 

- Ellos nunca están en casa, viven viajando y haciendo negocios así que solo me queda salir una vez en cuando con mis amigos. - vi como desviaba la mirada al piso así que supuse que no quería hablar de eso. 

- Igualmente la casa es muy linda - digo para cambiar de tema. Sus ojos cafés vuelven a fijarse en mi. 

- Gracias supongo, a mi también me gusta bastante la casa y mi parte favorita es la casa que se encuentro en medio del patio. 

- ¿Puedo ir a verla? - espero no sonar demasiado atrevida, no quiero arruinar esta "cita". Al menos aun no.

- Claro ve, yo llevare unas copas. - hago lo que me dice y me voy casi corriendo de la cocina para ver el patio, y tal como dijo hay una pequeña casa como la del cuento de la cenicienta, en el centro hay un piano muy bonito,  me voy acercando y al adentrarme en esta noto el aire denso que hay, me quedo embobada mirando por cada alrededor de la casa hasta que no me había dado cuenta que Valentín había entrado y con dos copas en la mano. 

- Noto que te gusto este lugar - me regala media sonrisa, me esta derritiendo con esa mirada carnívora que tiene. 

- Si, se nota que es un buen lugar para pasar el tiempo. 

- Eso es cierto. ¿Una copa de vino? - me da una copa esperando a que la tomara y yo como claro la señorita educada que soy se la acepto. 

- Por esta hermosa velada - alza la copa para brindar.

- Por esta hermosa velada - repito, brindando con el, empiezo a tomar unos cuantos sorbos y el también hasta que nos quedamos en un inmundo silencio esperando que uno de los dos diga algo. 

- ¿Tocas piano? - le pregunto para romper la tensión que había en el aire. 

- Si. ¿Quieres que te toque algo?

- Si no es mucha molestia. - respondo, seguido de eso deja la copa en una mesa y se sienta al piano, empieza a tocar la melodía de Arcade y cuando termina yo le aplaudo. 

- Tocas muy bien. 

- Gracias Darcy. Tomate todo el vino para poder ir adentro. - hago lo que dice y me lo tomo, parece que mi cabeza empieza a girar pero debe ser tan solo el efecto del vino. 

Me toma de la mano y me lleva corriendo adentrándome en la casa, yo casi sentía que no podía caminar entonces el me cargo y subimos hasta su habitación y me dejo caer sobre la cama. No era normal que el vino provocara efectos como de desmayarse pero no quería pensar que Valentín pudo colocarle algo. 

- Hermosa Darcy, hoy será la mejor noche de tu vida - me dice acercándome a mi y desabrochándome poco a poco las prendas que traía, no quería que me quitara la ropa pero casi ni podía moverme. 

- N-no - trato de decir intento de quitarme sus manos de encima pero es imposible - por favor no me hagas esto - digo casi entre sollozos. 

- Tarde, ahora serás mía y hare con tu cuerpo lo que se me de la gana. 

- P-por favor...- me desvanezco. Mi cerebro se apaga, mis ojos se cierran por completo y lo ultimo que pude ver fue como Valentín me sacaba la ropa.