¿Yo? ¿Séptimo Asiento?

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Un nuevo día comenzaba a mostrarse en la academia de alta cocina Totsuki y Uzumaki Naruto comenzaba a despertarse en el mismo instante en que el solo dejó entre ver su figura, mandando a sus cálidos brazos sobre el mundo como si intentara abrazarlo con su amorosa calidez y no dejar que algún sitio quedara sin su calidez y amor.

De la boca de Uzumaki escapó un sonoro bostezo y el adolescente comenzó a levantarse, dejando caer la sábana por su torso y rascando su ojo legañoso para intentar despertarse. No creía poder mantenerse despierto después de aquella fiesta de bienvenida, donde Soma retó a Isshiki a un enfrentamiento.

A primera vista, cualquiera pensaría que realmente ambos quedaron en empate; pero ese no era el caso para Naruto, quien miró el enfrentamiento mientras hablaba con Sakaki y tomaba algo, notando que Isshiki Satoshi no había empleado todo su potencial en el enfrentamiento contra Soma, no usando sus platos estrella contra el muchacho recién ingresado en la academia.

Aquel pequeño enfrentamiento parecía un empate, pero realmente Satoshi podría haber derrotado a Soma con uno de sus platos estrella, dejando al chico del restaurante del día para el arrastre, lo que le daba al Uzumaki una idea general de como actuaba el Séptimo Asiento. No parecía engreído ni orgulloso. Probablemente otro de los asientos no habría dudado en aplastar a Soma con sus platos y dejando en claro su superioridad sobre el novato.

Isshiki no fue así. Jugó el mismo plato y usó los mismos ingredientes, todo en igualdad de condiciones. Finalmente, aquel enfrentamiento quedó en empate a ojo de un inexperto. Incluso el mismo Yukihira no pudo ver que perdió de una forma estrepitosa.

Naruto soltó un segundo bostezo que le hico cerrar los ojos y lagrimear un poco, por lo que nuevamente restregó la mano sobre su rostro en un intento de quitarse aquellas lágrimas lo antes posible y poder ver por donde caminaba.

Hoy era su segundo día en Totsuki.

Quiero dormir. Quiero ramen de Ichiraku. ¿Por qué se fueron a Hokkaido? ¡Eso está al otro lado, joder!

Adormilado, Uzumaki entró al baño y metió directamente la cabeza en la ducha. Abrió la llave del agua helada y dejó escapar un suspiro cuando el líquido incoloro y helado como ninguno, golpeó contra su cuello y cabeza, empapando su cabello desordenado y aplanándolo. Sintiendo el frío, Naruto retiró la cabeza después de unos segundos, parpadeando para que el agua no se metiera en sus ojos.

Ahora estaba mucho más despierto.

―¡Naruto, bastardo!

Tomando del cuello del Uzumaki, Soma lo zarandeo un par de veces, mirándolo con un rostro realmente molesto. Sintiendo que sus ojos daban vueltas, Naruto echó la cabeza hacia atrás, dejando que un pequeño fantasma escapara de su interior.

―¡Por tu culpa he dormido fatal!―volvió a recriminar el pelirrojo a su compañero de cuarto.

Después de la fiesta, ambos jóvenes habían vuelto a su cuarto, con Naruto nuevamente tomando la cama mullida y cómoda y con Soma tomando el saco de dormir, tirándose en el piso como una lombriz y durmiendo en el frío y duro suelo son nada de comodidad. Ahora, horas después, el adolescente sentía como su espalda tiraba un poco y como sus músculos parecían completamente apaleados por alguna apisonadora.

―Ah~ no me eches la culpa~.

Librándose de las manos de Soma, Naruto giró un poco y casi cayó dentro de la ducha. Vueltas y vueltas, sus ojos parecían unas espirales constantemente dando vueltas. Él realmente estaba mareado por aquel movimiento efusivo de su compañero de cuarto y amigo, por lo que ahora el Uzumaki apenas podía, solo pudiendo notar como aquella habitación daba vueltas y vueltas a su alrededor, obligándolo a moverse torpemente como un simple borracho.

El ChefDonde viven las historias. Descúbrelo ahora