Capítulo veintisiete. | SEGUNDA TEMPORADA.

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El rubio hizo una mueca.— No te he contado mucho a ti, Troian me ha estado ayudando y bueno... Desde que le encontré las pastillas he tratado de ir a cercandome a ella cosa que logré cuando formalizamos el título de amigos.

Watson le sostuvo la mirada a su mejor amigo, el silencio los abrazó a los dos. La chica pasó una de sus manos por su melena tratando de peinarla, el ambiente entre ellos dos se había vuelto un poco tenso cosa que era muy extraño considerando la gran confianza que se tenían.

Tom sabía lo que por dentro carcomía a su amiga, el chico creyó que lo mejor era dejar a lado sus dulces, relamió sus labios un poco ansioso por lo que diría pero no tendría que mentir, nada de lo que saliera de su boca serían mentiras.

— Emma, yo sé que también te preocupas por Moa.

— Como no tienes idea, Tom.

— Te preocupas por ella tanto como yo lo hago, y no estoy para juegos, no quiero jugar con ella.

— Espero que no. —El rubio frunció el ceño ciertamente fastidiado por el escepticismo de la chica a sus palabras e intenciones.

— Se lo prometí a Robert...

Emma arqueó una ceja confundida de lo que mencionaba, según sabía, Tom no se había puesto en contacto tan concretamente con Robert desde hace dos años o incluso antes, a pesar de que se conocían simplemente se toleraban, podían hablarse pero no porque fuesen amigos cercanos sino por formalidad.

El que mencionara que se lo había prometido a Cullen la confundía.

Tom suspiró con pesar.— ¿Sabías que Robert ya no esta en la ciudad? —Emma asintió, ella sabía que se había ido pero no por medio del rubio.— Él me buscó un día, él solía recoger a Moa al finalizar las grabaciones y un día me pidió hablar conmigo. —La chica parecía cuestionarlo con la mirada, Felton rascó su nuca con su mano.— Fue para hablar sobre ella.

— ¿Que hablaron?

— Él estaba cansado. —El tono de voz de Tom delataba que se sentía avergonzada e incluso podría decirse que algo culpable.— Me dijo que se iba para alejarse de Moa, no le hacía bien estar junto a ella cuando ella seguía amandome... Se iba para olvidarla.

Emma hizo una muy pequeña mueca sintiendo un poco de lástima por aquel.— ¿Y que es lo que le prometiste exactamente?

— Amarla... —Hizo una pausa.— Sé que tú dudas que pueda lastimarla de nuevo pero tú misma me dijiste que ahora que no estaba Robert debía cuidarla ya que tenía la oportunidad, y eso hago y haré. —Chistó.

Las palabras en la mente del rubio fluían de una forma desordenada cosa que lo frustraba al no poder encontrar con exactitud la forma de expresarse. No supo en que momento de él nació un sentimiento mezclado, no sabía si era molestia, valor, fanfarronearía o algo similar pero simplemente sintió el impulso de proclamar lo que callaba.

Durante mucho tiempo fui ciego, en mi egoísmo por querer lo que suponía, era lo mejor para nosotros y primordialmente para ella la herí, la lastimé y me arrepiento de ello como tú ni nadie más se lo imagina, Moa mantuvo a flote los sentimientos de pureza y felicidad más sinceros en mí desde hace mucho tiempo más nunca me di cuenta.—La voz de aquel varón había comenzado a ser tosca, cortante e intensa.— Tuve que lastimarla, tuve que hacerla llorar, tuve que ver y sentir que ella no estaba más a mi lado para saber que la persona a la que siempre amé fue a ella, sufrí las consecuencias de mi egoísmo por dos años, pedí una oportunidad y esa es esta.

Aquella mujer que estaba frente al chico estaba sorprendida y conmocionada por la forma en la que hablaba, de los años de amistad que tenían muy contadas veces eran en las que ella podía empatizar con él al nivel de sentir como un dolor en su garganta como un llanto reprimido se instalaba, era la euforia.

Se lo dije a Robert, te lo dije a ti. —Hinchó su pecho inhalando.— Y se lo diré a cualquier otra maldita persona, yo NO la voy a dejar ir, la amo, y lucharé por ello.

Los ojos azules del rubio desviaron la mriada en cuanto sintió como un peso se quitaba de encima suyo, tragó un poco de saliva pasando una mano por su cabello ¿Estaba bien lo que hizo? Tan pronto como tuvo ese pensamiento se maldijo ¡Él no tendría que cuestionar sus sentimientos! No le debía nada a nadie y no estaba para demostrarle a los demás nada, solo a una persona debía hacerlo y esa era la mujer de piel morena que lo volvía loco.

— Creo que me he apasionado. —Admitió Tom.

Watson había virado un poco su rostro para centrar su mirada en algún punto de la casa de aquel rubio consiguiendo ver a la pequeña cachorra que dormía en el suelo de una forma tan apacible.

— El amor es el poder iniciador de la vida; la pasión posibilita su permanencia.—La seguridad y sencillez de la voz de la mujer hizo que Tom riera por lo bajo. La mano delgada de aquella pasó un mechón de su cabello por detrás de su oreja antes de poder volver a ver esos ojos color agua.— En todo caso... Cuéntame bien de ese beso.

La sonrisa cohibida se asomó en ese perlado rostro, Tom se sentía como si por primera vez le hubiese dicho a su madre que tenía novia, Emma era una mujer responsable pero a su vez protectora, ella era también tan importante cualquier otra persona que quisiera demasiado, era como su familia, evidentemente tendría timidez de confesarse.— Troian supo que me gustaba e hizo una especie de cita aunque fue hecha por mentiras, nos hizo creer que iríamos con ella a ver Hamilton pero no, solo fueron dos boletos, Moa y yo viendo la obra al final, ella y Domhnall se fueron.

— ¿Domhnall? ¿Gleeson, Bill? —Tom asintió.— ¿Que hacía él ahí?

— Ah, espera... Antes de finalizar el filme ella y él comenzaron a salir, juntarse, verse, no lo sé y al parecer Moa quería llevarlo a ver la obra.

— Uh... —Una mueca salió de los labios de la mujer.— Imagino que fue incómodo al momento de que llegaron.

— Totalmente, Troian no lo quería ahí.

— ¿Solo Troian? —Emma alzó una ceja incitadora seguido de una risa divertida y maliciosa.

— Bien, yo tampoco lo quería ahí.

— O en general, cerca de ella seguramente.—Tom rodó los ojos haciendo que Emma soltara una risa.— ¿Celoso?

— Demasiado. —Dijo con recelo.— Ella y yo terminamos de ver la obra y decidimos ir a cenar, lo hicimos y cuando fui a dejarla a su casa... Estuve a punto de besarla.

— ¿Por qué no lo hiciste?

— No me atreví... Ni ella tampoco.

— ¿Por qué no te atreviste? —El rubio se encogió de hombros sin decir nada y duró segundos así.

— Si te soy sincero... Aunque quise besarla, no creí que fuera el momento ideal.—Una sonrisa enternecida salió de los labios de la chica.— Desde entonces es que ella y yo hemos estado saliendo, cenando y cosas así.

— ¿Ninguno habló del beso? ¿No han tocado el tema?

— No, ninguno, en algún momento lo haremos pero ese momento no es ahora.—Emma no pudo evitar ponerse de pie para caminar al sofá donde estaba el rubio para tumbarse a su lado y darle un cálido abrazo.

— ¿Hoy no tienes que salir con ella? —Preguntó con curiosidad.

— No y no lo haré en esta semana, nos veremos hasta la fiesta.

— ¿Fiesta? ¿Que fiesta?

— Los chicos del trabajo para celebrar que terminamos las grabaciones quisieron hacer una fiesta, la veré hasta el próximo Sábado.

Emma rió por lo bajo, tenía la corazonada de que algo pasaría en esa fiesta que cambiaría todo.

Y no era la única, Tom también tenía la sensación de que algo importante pasaría.


Ninguno estaba equivocado.

¿Quién diría que sería el inicio de algo?

Detrás de la cámara. © [Tom Felton] Where stories live. Discover now