CINCUENTA Y OCHO

23K 1.3K 1.9K
                                    

Lo que estaba predestinado a ocurrir

Después de una semana, una increíble y mágica semana en la que el amor, el sexo y la magia de Santorini inundaron a la pareja, George y Olympe se vieron obligados a regresar a Londres.

Lamentablemente, debían trabajar.

Se les había hecho difícil dejar esa tan maravillosa vida. Los dos juntos conociendo Grecia, disfrutando de la playa y el calor, probando cosas nuevas, las excursiones y sobre todo, el despertar y saber que estaban comprometidos.

Esto último, era lo único que perduraba del viaje. George y Olympe estaban comprometidos, muy muy enamorados y sumamente felices. La alegría había regresado a ellos como una enorme ola de cosas positivas.

Al regresar a Londres, ninguno de los dos podía contenerse más. Habían decidido realizar una cena en la Madriguera reuniendo a ambas familias, los Weasley y los Delacour, para contarles la noticia.

Ah, olvidaba un detalle...

El anillo.

George se había esmerado tanto en un anillo. El anillo perfecto para su prometida, su Olympe.

Él había logrado captar toda la esencia de su novia para concentrarlo en una hermosa piedra preciosa.

Olympe le había pedido que no gastara dinero en un anillo costoso, le dijo a George que sólo le importaba estar casada con él y que el valor de una sortija no definiría el amor que él sentía por ella.

En ese momento, George supo que Olympe merecía el anillo más hermoso del universo. Sólo porque ella lo valía.

Ella valía todo.

George y Olympe entraron a la Madriguera sabiendo que todos los esperarían ahí. Por su parte, la enorme familia los esperaba con la comida lista.

—¡Buenos días familia!—saludó George alegre—. ¡Ya llegamos!

Olympe apretó más el agarre sobre la mano de su novio. Sus dedos se encontraban entrelazados mientras el anillo en el dedo anular de ella brillaba con una intensidad encandilante.

El grupo familiar se puso de pie para recibir a los recién llegados, y muy bronceados, de Grecia.

—¡Por fin llegaron!—exclamó Molly alegre al ver a su hijo.

—¿Que tal el viaje?—preguntó Lucrecia emocionada.

Olympe miró a todos con una enorme sonrisa. Todos preguntaban que tal había sido el viaje y que tipo de cosas hicieron.

Realmente no querían saber que cosas hicieron…

George le había hecho el amor a Olympe mínimo tres veces al día y realmente, había cumplido su promesa de follar con ella en todo Santorini.

Ellos estaban tan enamorados, deseosos de sentirse el uno al otro.

—Coco los ha extrañado mucho—comentó Grace apareciendo con el cachorro entre sus brazos.

En cuanto Coco vio a sus padres, él se desespero en los brazos de la morena quien lo soltó de inmediato dejándolo en el suelo. En dos segundos, Coco ya había corrido hacia George y Olympe.

—¡Coco!—exclamó la rubia abrazando a su mascota—. ¡Ven aquí!

George acarició a Coco y le sonrió dulcemente a su novia. Le habían comprado regalos a su hijo.

Por su lado, Fred, quien conversaba en un rincón con Grace a la par de que cuidaban a los gatos, no se daban cuenta de que Olympe llevaba una sortija de gran valor en su dedo anular.

Los encantos de George Weasley (Fanfic +18) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora