TREINTA Y CUATRO

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Buen chico

—¡George apresúrate! ¡Ya es tarde!—exclamó Olympe colocándose un pendiente en su oreja izquierda.

Ella bufó cuando vió a George aún en la cama.

—Tengo sueño Oly—se quejó adormilado el pelirrojo.

Olympe llevaba una hora diciéndole a George que ya era tarde y que debía levantarse de la cama.

George se negaba a levantarse y se acomodó entre las sábanas abrazando su almohada.

Ella suspiró estresada.

George era como un niño pequeño cuando se trataba de responsabilidad. Él solía ser distraído a veces pero no tanto como Fred.

Grace siempre hablaba con Olympe y, al parecer, George era un poco más centrado que Fred.

Sólo un poco…casi nulo.

—Lo sé cariño, pero tu madre se enfadará si no llegamos a tiempo—le recordó la rubia.

George ignoró sus llamados y cerró los ojos.

—Ven conmigo un rato más amor—dijo George a su novia.

Olympe solamente se dedicó a mirarlo.

Era una imágen preciosa...

George tenía el cabello despeinado, solamente dormía en boxers y su cuerpo estaba tapado, hasta la cintura, con las sábanas blancas. Él se veía ardientemente atractivo.

Él se veía tentador. El hecho de que George la invitara a recostarse junto a él era muy muy tentador.

—No puedo, porque si sé que lo hago terminaremos teniendo sexo y no hay tiempo—respondió la rubia acercándose a la cama.

George bufó y volvió a dejarse relajar entre la comodidad de las sábanas. Se sobresaltó cuando sintió el frío colarse en su cuerpo.

Olympe le había quitado las sábanas y mangas.

—Levántate, tu madre vendrá a buscarnos si no lo haces y no quiero quedar mal con ella—insistió.

George, ya resignado, le dió un golpe suave a la almohada y se levantó perezosamente de camino al baño para ducharse.

Olympe aprovechó ese momento para terminar de acomodar la habitación.

Escuchó el ruido de la lluvia de la ducha y sonrió como tonta al imaginar a George totalmente desnudo.

¿En qué momento su mente se convirtió en una tan sucia?

¡Tenía pensamientos eróticos todo el tiempo!

—¿¡Estás segura de que no me acompañarás!?—gritó George desde el baño.

Ella carcajeó.

—¡Date prisa amor! ¡Recuerda a tu mamá!—contestó la rubia en un grito.

Solamente escuchó las risas de George y después la puerta del baño se cerró. Él ya se estaba duchando.

Tenía que contener sus ganas de desvestirse y meterse a la ducha con él. Era bastante, como ya había dicho, tentador…

Era primero de marzo.

Irían a la Madriguera para festejar el cumpleaños de Ron. Molly le había enviado una carta a Olympe invitándola a almorzar junto con los demás Weasley.

Obviamente, ella no sabía que Olympe iría con George para ser presentado oficialmente como su novia.

Se sentía nerviosa, no podía negarlo.

Los encantos de George Weasley (Fanfic +18) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora