Los encantos de George Weasley (Fanfic +18)

DIECINUEVE

Confianza

Olympe caminaba por los pasillos del Ministerio rumbo a una nueva conferencia. En sus manos llevaba la una carpeta con cada detalle, ya revisado y analizado a fondo, sobre las propuestas para asegurar la seguridad en el mundo mágico.

Entró a la sala de conferencias a paso decidido mostrando fortaleza y coraje. Estaban presentes nuevamente todos los jefes de cada departamento del Ministerio, los periodistas, representantes del Ministerio de Magia Francés y Búlgaro.

Olympe caminó hasta el estrado y se acomodó la garganta antes de comenzar a hablar.

—Bienvenidos a todos—saludó la rubia costesmente a la multitud—. Nuevamente estamos reunidos para analizar mi proyecto de protección civil para mujeres y niñas del mundo mágico. Se ha hablado muchísimo sobre lo que plantee y han salido opiniones y posturas totalmente contrarias...lo cual no me molesta porque vivimos en un mundo libre, como ya dije más de una vez—suspiró—. Lo que si me molesta es que no exista el respeto. Que se expresen con burla, con desprecio, con la intención de dañar...eso ya no es libertad. Es libertinaje—miró a los presentes—. Estoy aquí para defender mi proyecto y plantear punto por punto cada detalle. Aclararé sus dudas y cualquier cosa que pueda malinterpretarse.

Los periodistas comenzaron a anotar en sus libretas mientras comenzaban a sacar fotos. Los demás presentes oían atentos.

Entre ellos, Zigor Avery.

—Primero que nada, entre mi propuesta principal para dar seguridad, no solamente a las mujeres y niñas, sino también a todos, está la de otorgar puestos a los aurores altamente calificados para asegurar las calles de Londres—empezó a decir—. He conseguido contactarme con el señor Harry Potter, como todo ustedes lo conocerán, quien se ha comprometido a impulsar el proyecto junto a su escuadrón de aurores.

Un hombre levantó la mano.

—Adelante señor—le dijo Olympe con una sonrisa amable.

—Me parece un poco descuidado el hecho de encargarle a los aurores la protección de la ciudad cuando hay que tener en cuenta que hay demasiados prisioneros en Azkaban y no queremos un montín o escape masivo—empezó a decir—. Si los aurores se encargarán de cuidar la ciudad se olvidarán de su verdadera tarea.

Olympe asintió comprendiendo el punto del hombre.

—Es un excelente planteamiento señor—le sonrió—. He analizado eso también. Me tomé el momento de verificar el número de aurores activos y de los que se encuentran en preparación, debo destacar que hay muchos aurores que se encuentran actualmente sin trabajo lo cual, de esta manera, les daría un puesto de trabajo asegurado en el Departamento de Seguridad Mágica. Por otro lado, el número de aurores en preparación se ha elevado notablemente desde que acabó la Segunda Guerra Mágica, podríamos tener en cuenta que la protección se puede brindar tranquilamente sin descuidar otros aspectos importantes como sería, en este caso, los prisioneros de Azkaban.

El hombre asintió con la cabeza y sonrió satisfecho. Olympe comenzó a continuar con su discurso mientras que daba lugar a cada uno de los presentes a proponer ideas, quitarse las dudas, etc.

Olympe tomó una postura más pasiva que la última vez. Decidió que jugaría por el lado de la bondad y el respeto para ir poco a poco obteniendo terreno.

Zigor Avery intentó hacer caer su proyecto a lo largo de toda la conferencia. Olympe le sonreía falsamente y le respondía con la cortesía y elegancia que tanto la caracterizaba.

Así fue que Olympe volvió a salir en los periódicos por proponer, además de una mayor seguridad en las calles de Londres, nuevos puestos de trabajo, la idea de un acuerdo internacional para defender los derechos humanos de las mujeres y también, la mayor participación femenina en las decisiones del Ministerio.