Capítulo 24

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Si había algo nuevo en mis fines de semana era que los dedicaba completamente a mi descanso, me ayudaba bastante a descansar la mente.

- Llegó esto joven.

- ¿Para mi? Vaya, gracias - sonreí.

- Permiso.

Fui al sofá para ver aquella caja que a simple vista se veía elegante, la firma de Magdalena me hizo ver de dónde provenía.

Me detuve a pensar en todo lo que estaba pasando, si bien no tenía nada con Erick y no era su obligación hablar conmigo, nos estábamos alejando bastante.

- Buenos días, qué tal. ¿Llegué a tiempo para el desayuno?

- Ethan, de hecho sí. ¿Qué tal?

- Bien, algo cansado - respondió.

- Los proyectos propios no son fáciles, te lo dije.

- ¡Uh! ¿Y esto? - preguntó llevándose un chocolate a la boca.

- Me los mandó Magdalena.

Escupió aquel dulce como si estuviera comiendo algo envenenado, un vaso de agua fue al parecer su salvación.

- ¿Cómo que Magdalena? ¿Esa tipa volvió?

- Sí, hace unas semanas.

- ¿Erick sabe de esto?

- Ya no estoy con él - conté.

Ethan no estaba al tanto de la situación, al parecer mi ex novio estaba siendo bastante reservado.

- Con razón - susurró.

- ¿Con razón qué?

- Lo he notado un poco desanimado y mira que lo intenta disimular con sus bromas, pero sabía que algo le pasaba.

- No he hablado con él, por un momento pensé que le interesaba más estar conmigo - lamenté.

- ¿Por qué lo dices?

- Magdalena ha tenido buenos detalles, me llama, se preocupa. Erick ni me ha hablado, nada.

- Eres un sin vergüenza, de verdad que sí - negó.

- ¿Por qué?

- ¿Pretendes que te hable después de que terminaron? ¿Después de que te estás dejando caer con la tonta esa?

- No hables así, es una mujer.

- Hablo así porque se lo merece, claro para engañarte y dejarte fue muy mujer ¿no?

Mi familia y Ethan eran las únicas personas que sabían de la desilusión amorosa que tuve con ella, para ninguno a excepción de mi hermana ella era de su agrado, razón por la cual nadie sabía de lo que estaba pasando actualmente.

- ¿Debería darle una oportunidad a ella?

- ¡Estás loco! No, no se la des - dijo de inmediato.

- Creo que aún la quiero y no puedo negarte que estos detalles me hacen feliz.

- ¿Y Erick? ¿Has pensado en él? Te recuerdo que gracias a él estás mejor.

- Y lo admito, se lo agradezco. No creas que no lo quiero, pero Magdalena me hace dudar demasiado.

Se levantó caminando por varios segundos a mi alrededor, por momentos lograba marearme.

- No estoy de acuerdo.

- Supongo que no, pero qué puedo hacer - comenté.

- No logro entender tu postura, esa mujer te hizo mucho daño...

- Pero quiere repararlo y me lo está demostrando - interrumpí.

- ¿Con detalles de mierda como estos? No, esa mujer no es buena. Te vi sufrir, llorar, sacó lo peor de ti y nunca estuvo ahí - recordó con enojo.

- Solo lo dices porque Erick te cae bien.

- Sin duda no mereces a ese chico y me alegro que hayan terminado porque la paciencia que seguramente tuvo contigo y el tiempo que dió nadie más lo hará, te quiso hasta con tu carácter de mierda.

- Deja de regañarme como si fuera un niño pequeño - pedí.

- Soy tu amigo, te quiero pero en esto no te apoyo...mejor desayunamos que sino te voy a golpear aquí mismo - negó.

- Puedes servirnos - ordené.

- Deja de mirarme así.

- ¿Cómo está Erick? ¿Lo has notado bien?

- Si te interesa saber eso, no es a mi a quién tienes que preguntarle.

Sin Límites - ChriserickWhere stories live. Discover now