𝚂𝚎𝚛𝚎𝚗𝚍𝚒𝚙𝚒𝚊 | 𝚂. 𝙱𝚕𝚊𝚌𝚔 *cancelada*

XVII

―¿Me acabas de golpear?

―¿Te dolió?

―Claro que me dolió, Blair.

―Me alegro. ―dijo, ignorando el rostro incrédulo del azabache. ―¿Me amas?

―¿Qué cosas dices? Por supuesto que te amo, Blair.

―Yo también te amo. ―dijo tomando su rostro con ambas manos. ―Te amo tanto que no me importa que seas uno de ellos, o que yo misma esté en peligro, tú no me vas a dejar, eres un Slytherin y uno muy inteligente, yo soy una Ravenclaw, ambos sabremos cómo ocultarlo, ya lo hemos hecho por bastante tiempo.

―No podría perderte.

―No lo harás.

Un par de ingenuos enamorados.

―Ellos nos temen, señor. ―habló Bellatrix, con una sonrisa plantada en su rostro.

―Eso es bueno. ―siseó aquella voz con un deje de burla. ―Ellos creen que pueden detenernos.

Se escucharon las risas de los mortífagos.

―Ellos no son rivales para nosotros, ni siquiera están a nuestro alcance. ―volvió a decir Voldemort. ―Creen que pueden pasarnos por encima, ¡Ilusos! Vayan al callejón Diagon, ya saben qué hacer.

¿Ya no había salida para eso?

―Es una bastarda. ―escuchó decir a Avery que se encontraba a su lado. ―Y él un imprudente.

―¿Hablas conmigo, Avery?

―Por supuesto, Niklaus.

―¿Por qué crees que me importaría lo que me dices?

Avery rió.

―¿Realmente quieres saberlo? No creo que puedas soportarlo, Rowle.

―Entonces no digas nada y mejor vete.

―¿Ni siquiera cuando tus hermosas primas están de por medio?

Niklaus se giró a verlo con tal frialdad, que por un segundo Avery se estremeció.

Solo por un segundo.

―Verás, toda familia sangre pura tiene parentesco, ¿Me creerías si te digo que...?

Freya se tambaleó hasta chocar con los lavabos.

Parpadeó un par de veces al notar que su vista se encontraba borrosa, notó a Niklaus tirado en el piso, con la respiración agitada, tan pálido que podría parecer más fantasma que Myrtle la llorona.

―Lo has hecho... luego de diez minutos, pero lo has hecho.

―¿Qué has visto?

―He disfrutado como no sabes la bofetada que ella te dio. ―se encogió de hombros. ―Aunque creo que has hecho el esfuerzo en el último recuerdo.

Niklaus evitó mirarla.

―¿Algo que quieras decirme, Niklaus?

―No tiene que ver contigo, Freya.

―Oh. ¿Es eso que tanto le has ocultado a Demetria? ―siseó.

―No es un asunto que te concierne, Freya.