Cap.11 "El bosque de las ilusiones".

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Mi madre era tal cual yo la había imaginado siempre luego de algunas fotografías. Su cabello era un poco más claro que el mío, pero sus ojos si eran cafés. Tenía una sonrisa suave, reconfortante y alentadora, la que había imaginado muchas veces a lo largo de toda mi vida. Era pequeña y delgada, tenia la misma contextura física que nosotras dos a pesar de tener muchos años más.

No pude evitar pensar en mi hermano, Renzo. Imaginarlo aquí con nosotras, viéndola después de tantos años. Él era el único de nosotros tres que tenía recuerdos de nuestra madre, a pesar de que fuesen débiles ya que era muy pequeño.

—Que hermosas que están, mis niñas —habló ella sonriéndonos dulcemente y comenzó a caminar lentamente hacia nosotras.

Su voz era tan aterciopelada como una caricia suave y se veía tan llena de vida. Como si no hubiese muerto casi veinte años atrás. Como si no pudiese verse igual de real que Elías en mis sueños. Pero no podía olvidarme de un pequeño detalle; la magia podía hacernos creer cualquier cosa.

—¿Qué estás haciendo aquí? —habló Augusto de pronto.

Volteé a verlo, sin saber a quién le hablaba y mi ceño se frunció cuando no vi a nadie allí. Apreté los puños, dudando de la salud mental de mi amigo.

—No debiste venir sin permiso, Renata. Bernarda va a matarnos –dijo serio, pero estaba hablando con el aire, porque no vi a Renata allí. Irina se volteó a verlo cuando escuchó que hablaba otra vez y Tessa lo miraba como si estuviese loco.

—Augusto, ¿con quién estás hablando? —preguntó Cato con el ceño fruncido viendo que parecía hablar con un árbol frente a él.

—¿Thais? —preguntó Nathan de pronto, mirando hacia otro lado del bosque, como si hubiese oído su voz.

Me giré hacia él y lo miré confundida porque yo no había escuchado nada. Los Clarke miraban hacia todos lados y me preguntaba si en realidad yo estaba sorda o cada uno oía cosas distintas. Nathan esperó por una respuesta que jamás llegó. O que yo no escuché.

—¡Thais! —gritó él y comenzó a correr hacia algún lugar.

Entonces lo entendí, al mismo tiempo que Cato y Noel, que abrieron la boca mirándose entre ellos. Algo había hecho click en su cabeza y parecieron darse cuenta de lo que sucedía. Yo no tenía la certeza, pero podía darme una idea. La magia era más impredecible pero no menos fuerte de lo que creía.

—¡Nathan, no! —le gritó Cato corriendo detrás de él—. ¡No es real!

Mi corazón comenzó a latir aún más fuerte cuando Nathan quiso tomar algo del suelo y al instante, salió disparado metros hacia atrás hasta caer en el suelo, chillando de dolor. Todos volteamos hacia él rápidamente y mi rostro se contrajo en dolor al ver la piel de su mano quemada.

Sentí la misma ventisca fría de antes y me giré para encontrar a mi madre frente a mi. Di un respingo hacia atrás, recordando lo que la supuesta Thais le había hecho a Nathan.

—Dame un abrazo, hija —le dijo abriendo los brazos a Irina porque yo ya había retrocedido.

Tomé su antebrazo para que se alejara conmigo y ni se le ocurriera acercarse. Mi hermana negó con la cabeza mientras se lamía los labios, asustada.

Controversia (Trilogía completa)Where stories live. Discover now