WILL YOU MARRY ME? | KTH & JJK [EDITANDO]

❀ Capítulo Uno ❀

9 años... 

Los grandes y marrones ojos de Jungkook observaban todo con atención y detalle. Nunca había visto a tanta gente reunida y tampoco sabía el motivo del porqué estaban ahí. Bueno, se hacía una idea. Era el cumpleaños número catorce de su hermano mayor y hace una semana atrás que se había presentado como Alfa.

Le gustaría ser como él.

Podía verlo saludar gustosamente a cada familiar que llegaba a su casa y lo saludaba con un abrazo. Digno de un Alfa. "A tan corta edad, cómo podía lucir así", Jungkook se preguntó. No lo sabía, tampoco le importaba. En ese momento de su niñez no pensaba en eso.

Dibujó una sonrisa que hizo relucir sus dientes frontales al momento en el que JungMin, su hermano, se agachó frente a él y le dedicó esa mirada que solo había visto en su padre y en algunos empleados. Y, obviamente, en su hermano.

—¿Estás feliz?

—¡Mucho! Estoy feliz por ti, hyung. Todos te adoran.

—Oh, pequeño, no es para tanto. Hacen demasiada formalidad para algo normal —de lejos Jungkook pudo notar la mirada de su madre y supo que tenía que cortar aquella conversación porque solo estaba distrayendo a su hermano—. ¿Quieres que vayamos a otro lado?

—¡No! Yo me quedo aquí, hyung. Después de todo cuando yo me presente como Alfa habrá una fiesta igual.

JungMin sonrió y se fue. Jungkook se quedó en su lugar observando todo, sonriendo al pensar en lo que dijo y solo ansiando el momento en el que se convirtiera oficialmente en Alfa.

(•❀•)

Sentado frente al tocador, Jungkook terminaba de aplicar brillo a sus labios, haciendo un bonito contraste con la sombra de ojos que se había aplicado en los párpados. Podía sentir el corazón latirle fuerte, como si una estampida de elefantes hiciera una fiesta ahí dentro,  y era comprensible, claro. Se iba a casar. 

Una vez acabó de maquillarse, se levantó y caminó hasta el espejo de cuerpo completo que tenía en la esquina de su habitación. Pudo apreciarse completamente: sus cabellos castaños estaban peinados de manera que dejaban su frente al descubierto; su rostro había sido cubierto por un maquillaje sutil que solo lograba resaltar aún más sus hermosas facciones; su delgado, pero esbelto cuerpo era cubierto por una camisa blanca junto a un chaleco de botones, acompañado por un traje blanco de algodón (saco y pantalón), para finalmente culminar en unos zapatos de cuero del mismo color ya mencionado. 

Al percatarse de que todo estaba como él deseaba, fue imposible contener la sonrisa que quería surgir en sus labios. Inevitablemente recordó el día en el que conoció a su destinado.