Capítulo 1

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Bostezo por tercera vez consecutiva, las reuniones de la ONU son aburridas y poco efectivas, a veces se cuestionaba porque seguía ahí, él tenía cosas más importantes que estar pendiente de si Venezuela tiene hambre o México no tiene luz. USA volvió a bostezar, aunque intenta disimular, sus ojos pesan y cada vez le cuesta más mantenerlos abiertos, pero al menos no se nota por los lentes oscuros. Incluso pensó en utilizar la voz de la ONU como somnífero, eso arreglaría su insomnio definitivamente.

Mira a la izquierda y tiene justo al lado a México hablando animadamente con Guatemala, a la derecha tiene a Canadá que ojea su teléfono por debajo de la mesa y en el asiento siguiente está Rusia. Este desvía su mirada en su dirección a los pocos segundos y hacen contacto visual, cosa que ocurría más a menudo de lo que podía esperar. A este punto USA ya no sabe definir como lo mira, a veces parecía que sus ojos estaban llenos de odio y desagrado, pero otras parecían tener emociones contradictorias. Como esta vez, su mirada parece reflejar frustración y algo más que no entiende. Hasta que, como las veces anteriores, el ruso vuelve su vista hacia otro rincón.

USA no es que piense demasiado en lo que significan esas miradas momentáneas, casi fugaces, pero le gustaría que pararan. Cada vez que ocurren se siente desnudo de alguna manera, como si le pudieran leer la mente y odia esa sensación. Su estómago se llena de hormigas imaginarias y estas se mueven agresivamente en su interior haciéndolo estremecer. Pero cuando Rusia le quita su atención, se siente mal, ese nudo en medio de su pecho es desagradable. Realmente quiere detener estas reacciones, conoce a dónde llevan y no le gusta el destino.

El estadounidense baja su vista hacia las hojas con estadísticas y porcentajes. Rusia nunca había sido un misterio para él, de hecho, podría decir que es el que mejor lo conoce, pero no podía leer la mente; si el ruso tiene algo que decirle que lo haga en voz alta porque él no es adivino. Chasquido la lengua, se supone que no debería darle tantas vueltas al asunto. Intenta concentrarse en las hojas frente a él, pero cuando lee las palabras todas parecen no tener significado y le cuesta mantener la coherencia y procesar lo que dice, su cerebro está entumecido. Está cansado, hoy está particularmente agotado después de ir de aquí para allá. No es que USA durmiera bien precisamente, tiene insomnio desde hace años y sabe que aun si está acabado al final del día no podrá dormir correctamente.

La reunión termina y le agradece a Dios, entre Rusia, los tratados políticos y su somnolencia ya está desesperado por irse. Es de noche y las calles de Berlín no parecen tan cálidas como le parecieron en la tarde. Parte del lugar hacia su hotel 5 estrellas en su auto blindado rodeado de guardaespaldas, siempre lo mismo, todo es tan monótono que es como estar dopado todo el tiempo. Llegaron al hotel y es tal y como espero, gran entrada, combinación de granate y dorado con un nombre muy alemán en la entrada. Volvió a bostezar. Suite con gran servicio a la habitación y las mejores vistas de la ciudad. Probablemente está siendo quejumbroso, pero está harto. Cuando vuelva a casa no volverá a salir de ahí en meses.

El reloj marca las 2:54 de la mañana y va por la décima película. Cubre el rostro con la mano y se tumba completamente en la cama dándole la cara al techo, considera seriamente medicarse o beber hasta perder el conocimiento. Entonces la idea de salir a caminar cruza su mente y simplemente la hizo realidad, sale de su habitación aun en pijama y tres de sus guardaespaldas lo siguen mientras camina por los pasillos hasta el bar del hotel. El lugar está abierto, pero vacío excepto por el barman, de alguna forma es un alivio no quería estar rodeado de gente. Pide un Godfather y se lo sirven inmediatamente.

Esto se siente familiar, el lugar, la situación, el ambiente, todo. ¿Cuántas veces había hecho esto? No lo sabe, no las cuenta. Se quita los lentes y los deja en la barra, sus ojeras resaltan especialmente gracias a su piel blanquecina. Apoya su cabeza en su mano y le da un trago a su whisky. Su alrededor se siente irreal, es como si ese dorado reluciente estuviera cubierto por polvo y no brillará como debería.

Volvió a tomar y a mirar ningún punto en concreto en el bar.

—Un vodka, por favor —dice una voz conocida al barman, no necesita voltear para saber quién es, le dan su vodka y Rusia observa a USA—. ¿Qué haces aquí?

Can't sleep...

—Hm —fue su única respuesta. Sentado a su lado pudo notar la mirada perdida del mayor, ¿Qué estaría pensando? Nunca podía ver directamente los ojos del más bajo por sus lentes oscuros, pero ahora sin lentes tampoco puede saberlo— Siempre andas rodeado de guardias, ¿No te sientes incómodo con eso?

—Te acostumbras, con el tiempo no notas que están ahí, y'know.

—No, me atrevería a decir que incluso te acompañan al baño.

—¿Cómo lo adivinaste?

USA lo ve directo a los ojos, y a diferencia de otras veces no es indiferente, sino cansada y no se esfuerza en ocultarlo. El ruso sin querer desvía su mirada a los labios del mayor, están secos y algo agrietados, aun así, no puede evitar querer probarlos.

El estadounidense noto donde está la atención del ruso, probablemente el menor todavía no se daba cuenta, pero lo ve de una forma muy intensa. No tendría otra oportunidad como esta para hacer la pregunta que se había formulado hace un tiempo.

Babushka boy —llama el estadounidense y Rusia vuelve a conectar sus miradas—. You likes me?

Rusia abre sus ojos sorprendido y un sonrojo violento llega a sus mejillas. Eso no pasa desapercibido por USA. Pero el ruso elige ver su vaso de vodka y ahí está otra vez, esa mirada que no puede descifrar. Contrariada que no parece saber lo que quiere.

Нет совсем нет —responde aun sin ver al estadounidense, pero alza la vista y ve como este tiene cara de confusión, entonces cae en cuenta de que no le había entendido—. No me gustas.

Well, it's better that way. Si estuvieras enamorado de mi sería realmente malo y no creo que seas tan estúpido.

—¿De qué estás hablando?

—Estoy diciendo que nunca estaríamos juntos. ¿Te lo imaginas? It would be a disaster.

Esa respuesta no le gusto en lo absoluto al eslavo y lo supo por la manera en que su entrecejo se frunce levemente y sus labios se aprietan.

—Sí, supongo que tienes razón. Igual no eres mi tipo.

Oh honey, yo soy del tipo de todos —dice bebiendo todo su Whisky de un solo trago y hace señas al barman para que vuelva a rellenar su vaso—. Deberías irte, los niños necesitan dormir bien para crecer sanos y fuertes.

—Ya no soy un niño. Aparte, tampoco puedo dormir.

—Bienvenido al club —habla alzando su vaso para hacer un brindis con Rusia y este accedió.

Sería una noche larga, pero quizá no tan fría como USA esperaba.

Wild and SoftWhere stories live. Discover now