Capítulo veintitrés. | SEGUNDA TEMPORADA.

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— Felton. —Saludó la mujer haciéndose a un costado para darle espacio al rubio debajo del techado.

— Armstrong.—Respondió el chico regalandole una sonrisa pequeña que fue correspondida.

— ¿Tomarás el autobus? —Preguntó la morena haciendo que luego negara dejando escapar una risa divertida.— Por algo estas aquí.—Seguido de un “Daaah” que denotaba obviedad.

— Desde luego. —Le dio la razón con una sonrisa de lado.

— ¿Tu auto está en el taller?—Preguntó la chica pasando su mirada del chico al frente notando los autos ir y venir.

— No, lo dejé en casa, hoy quise venir caminando.

— Oh... Ya veo, que bien. —Susurró, aquellos dos volvieron a sumirse en el silencio únicamente con el ruido de los autos pasar por los carriles de la transitada calle, poco a poco los faroles puestos en las aceras comenzaban a iluminar el lugar a medida que el cielo nocturno daba paso sobre la ciudad.

El rubio por alguna razón posó sus ojos en la chica, podía apreciar su perfil, sus mejillas un tanto rellenas, las pestañas quebradas y esa nariz respingada en la punta, sin duda era tan hermosa.

Puede que fuese algo tan egoísta y egolatra de su parte pero agradecía la simple idea de que estuviera todavía sintiendo algo por él puesto que eso era un “No” a aquellos interesados en la morena, podía librarse de la tediosa tarea de ver a la chica con alguien más.
Tan solo recordaba a Robert, en un inicio aquel chico tenía una guerra no oficial contra este, él sentía celos.

Como alguna vez se lo dijo a Emma, su estómago era todo un caos cada que pensaba en la cercanía que aquellos dos tenían a pesar de ser solo amigos ¿Y que ahora tuviera que lidiar con alguna pareja de ella? ¡Sin duda eso lo mataría!

Sintió como sus mejillas ardieron cuando fue sorprendido por Moa viéndole, sonrió de lado dejando escapar una muy pequeña risa.— ¿Sucede algo? —Preguntó la morena curiosa y con calma, aquella mujer podía aparentar estar tranquila en ese momento pero era todo un desastre.

¡Por favor, Tom Felton la estaba observando!

— No, nada. —Se limitó a decir el chico durante unos segundos antes de aclarar su garganta.— Tú... —Parecía indeciso.

— ¿Yo?

— Tú... Te ves bien, me gusta como te ves, no es que otros días no me gustes ¿Verdad? Pero lo que quiero decir es que... —El rubio dejó escapar un suspiro avergonzado.— Te ves linda.

Los labios de la morena se abrieron ligeramente con sorpresa, un ardor en su rostro nació haciendo que la misma mujer agradeciera tener una tez un tanto oscura que no dejara ver tan fácilmente que estaba cohibida, como se dijo, nunca fue buena con los halagos y el que la persona a la que ella amaba le hiciera un cumplido la desfallecia en vida.
El ojiazul vio a su compañera morder suavemente su labio inferior por una fracción de segundos cosa que desencadenó un sinfín de emociones en aquel varón.

— Gracias Tom... Me siento linda. —Admitió avergonzada.

— Espero que no sea solo hoy... Eres linda a todas horas. —No supo de donde salió ese comentario pero su voz rozó lo airoso.

Detrás de la cámara. © [Tom Felton] Where stories live. Discover now