OUIJA. the boyz, hyunjun

18

El cielo estaba nublado ese día, como si se hubiese puesto de acuerdo con sus emociones para que la tristeza que lo invadía fuese aún peor.

Haknyeon llevaba un paraguas en su mano que aún no estaba abierto, miró una vez más el cielo y luego bajó la mirada para comenzar a caminar. No estaba lloviendo pero por alguna razón sentía que sí lo hacía, o tal vez era porque su corazón se sentía triste y en realidad era en él donde estaba lloviendo sin cesar.

No había podido despedirse de Changmin y eso hacia que su corazón se sintiera aún más triste, una presión instalándose en su pecho. Sin embargo, tenía en claro que si se marchaba junto a Juyeon, Eric, Chanhee y Younghoon entonces la culpa de dejar a Sunwoo solo lo seguiría.

— Hey, ¿vas a dar un paseo? —Girando su cabeza, Haknyeon se encontró a Sangyeon. Esbozando una sonrisa carente de emociones, asintió en su dirección-. Qué bien, yo también iba a caminar un rato. ¿Puedo ir contigo o quieres estar solo?

— Está bien, vayamos.. en verdad no quiero estar solo. —Confesó, haciendo que el mayor sonriera.

— Lo sé, Hakkie. Nunca te gustó estar solo.

No volvieron a decir palabra alguna después, simplemente se mantuvieron caminando sin un rumbo exacto, solo disfrutando del aire de la tarde. Sangyeon debía admitir que esos últimos días estuvo sintiéndose abrumado en la casa, había un aura pesada que lo asfixiaba y sabía que sus amigos estaban igual, sobretodo Jacob. El canadiense estaba sintiendo demasiadas energías negativas en esa casa y Sangyeon estaba seguro que, a ese punto, ya habría visto más de un espíritu en la casa. Solo que no les quería decir nada para no causar más miedo del que ya los rodeaba.

Además, a Sangyeon también le preocupaba un poco demasiado Chittaphon. Desde el día en que falleció su amigo no sabía absolutamente nada de él, no respondía sus mensajes ni contestaba sus llamadas. Como si la tierra se lo hubiese tragado. También había un pensamiento oscuro en su mente que en ocasiones no lo dejaba dormir en las noches. ¿Y si el exnovio de Ten fue quién poseyó el cuerpo de alguno de sus amigos y Chittaphon lo sabía? Eso explicaría un poco su desaparición, pero otra parte dentro suyo le decía que estaba completamente equivocado.

No le gustaba nada estar desconfiando hasta de su propia sombra..

— ¡Chitta, por favor no te vayas! ¡Xuxi dijo eso porque está molesto, ya se le pasará!

El nombre hizo que Sangyeon levantara su cabeza al instante, poniéndose alerta a su al rededor al instante. No tardó en fijarse en esa figura bajita y delgada, que se detuvo justo frente a los dos.

Los ojitos de Chittaphon estaban lastimados y sintió su corazón romperse por verlo de esa manera. Sin embargo él también estaba dolido por el rechazo que recibió por parte del tailandés esos días.

— Sang.. —Susurró Ten, su labio inferior temblando levemente.

Cuando Chittaphon corrió y se abrazó a su cuerpo Sangyeon dejó atrás todo tipo de resentimiento por haber sido dejado de lado, simplemente lo redeó con sus brazos. Queriendo protegerlo de lo que fuese estuviera haciéndole mal.

Mientras lo abrazaba no pudo evitar pensar en lo pequeñito que era Ten, asi como también tan frágil.

La sala de esa enorme casa estaba silenciosa, solo oyendose los ronroneos del gatito que Ten tenía en sus brazos mimando.