Los demás lo miraron, y después de mucho tiempo, Jiang Lei dijo: —¿Eso cuenta como hacer trampa?

—Cuenta. —Huo Ran le dio una palmada en el hombro—. Y es con un nivel de dificultad mayor que cuando sacabas los apuntes escondidos de la pata de la mesa durante los exámenes, ¿aceptas este desafío?

—Es la pata de la silla. —Xu ZhiFan lo corrigió.

—¿Aceptas? —preguntó Huo Ran.

—No quiero aceptar —dijo Jiang Lei—. Si voy, será únicamente por una razón, y es porque tengo miedo de que te suceda algo.

Huo Ran dio un paso adelante para darle un abrazo a Jiang Lei.

...

Las noches de septiembre eran bastante agradables. Kou Chen se apoyó contra la placa de piedra frente al edificio fantasma, mirando la calle ante él y con los auriculares en los oídos.

El entorno estaba muy oscuro. Antes de las diez de la noche las luces en el campo distante todavía estaban encendidas, pero después de las diez, solo había luz de luna y los colores parecían haberse desvanecido.

Cuando faltaban cinco minutos para las doce, apareció una figura a lo lejos que caminaba lentamente hacia ese lado.

Probablemente era Huo Ran, por lo que Kou Chen se sentó erguido, se quitó los auriculares y los guardó en su bolsillo, luego se preparó para levantarse.

Pero esa persona solo caminó una distancia antes de detenerse. Se paró en el mismo lugar por un momento, luciendo como si estuviera buscando algo en su bolsillo. Seguido de eso, Kou Chen vio la luz de la pantalla de un celular, cuya linterna también se encendió, iluminando hacia su dirección.

Sin embargo, seguía estando algo lejos, esa pequeña luz obviamente no podía llegar hasta Kou Chen.

Chasqueó la lengua. Realmente no entendió por qué Huo Ran tuvo el coraje de prometerle que iría al edificio fantasma en medio de la noche. Sacó un encendedor, colocándolo debajo de su barbilla. Lo pensó un poco antes de mostrar también los dientes.

Después de eso, prendió el encendedor.

Mientras el fuego iluminaba su cara sonriente desde abajo, la linterna del celular se apagó, pero antes de que pudiera reír a carcajadas, el rayo de una luz intensa inmediatamente brilló directo a sus ojos.

—¡Huo Ran, vete al carajo! —Kou Chen maldijo, usando apresuradamente su brazo para bloquear sus ojos.

¡El bastardo en realidad traía una linterna! Con solo dirigirlo a la cara de esa manera, sintió como si fuera a ascender a los cielos, todo era un campo blanco.

Huo Ran permaneció ahí en silencio, pero no alejó la luz, sin importar en qué dirección girara su rostro, ese rayo de luz lo seguiría.

Al final, Kou Chen dejó de resistirse y se tapó los ojos con los brazos. Escuchó los pasos de Huo Ran y caminó frente a él.

—Kou Chen, tú vete al carajo —dijo Huo Ran mientras apagaba la linterna.

Kou Chen sintió que le tomó un minuto entero para que el paisaje circundante apareciera lentamente ante sus ojos.

—¿Qué tan valiente resultaste ser? —Se puso de pie, viendo claramente el rostro de Huo Ran—. Pudiste haber cambiado el horario, arreglar algo por la tarde...

No había terminado de hablar cuando el edificio fantasma detrás de él emitió un ruido repentino.

Crujido

Temerario | Qing KuangWhere stories live. Discover now