Lluvia

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-Oye, tranquilo. Dabi....

-...No te iras con él ¿verdad? Tu, no puedes ir con ese parasito....no me dejaras de lado- susurro, con la mirada perdida en la calle. Corrió hacia un callejón, tropezando mientras abrazaba con fuerza al menor en sus brazos. La idea de que estaban tras de él no desaparecía.

-No, no lo haré. Solamente me quedare a tu lado, solamente te mirare a ti y solamente esperare por ti. Por eso, ya no llores.

-Te equivocas, yo no puedo llorar- respondió, continuando con su carrera estrepitosa.

-Pero lo estas haciendo, estas tan triste, tan asustado. Todo tu cuerpo se siente frio y no has parado de temblar. Dabi para de correr y respira un poco.

Se mantuvo corriendo un tramo más antes de detenerse y sentarse con brusquedad mientras se aferraba al cuerpo mas pequeño. Midoriya tenía razón, estaba aterrado. Nuevamente tenia ese sentimiento desesperante que le asfixiaba, ni si quiera se había dado cuenta de que estaba lloviendo o de que el pecoso le miraba lleno de preocupación.

-Oye....No puedo calmarme. ¿Qué hago?- pregunto, sus dedos temblaban.

-...¿Por que no piensas cosas bonitas? Algo que te calme, Dabi piensa en lo que te ayuda a levantarte de la cama todos los días.

Lo miro y limpio las gotas que caían en su rostro, ambos estaban empapados.

-Estas temblando- susurro, bajito y tomando sus mejillas.

-Tu también.

"Se siente muy frágil."

Pego sus labios contra la mejilla pecosa y se separo dejando un sonido en el aire. La manera en la que el menor abrió los ojos y toco su mejilla le distrajo de la nube que cubría sus pensamientos.

-....Ah, entonces es esto.

.

-¿Por-Por qué?- pregunto, sintiendo que debía esconderse en el agujero más pequeño del mundo y no salir jamás. Su rostro se calentaba, trato de ocultarse entre las ropas del otro pero no se lo permitió. Nuevamente, Dabi le beso pero al separarse mordió su mejilla hasta que le hizo quejarse. -....Duele, Dabi.

-Ah, ahora ya me siento mejor. Eres increíble, encontraste la manera de evitar el mirarme sin hacerme enojar. 

".....Es demasiado para mi"

-Dabi, esto que haces tu-

-¿Quieres hacerlo? Vamos inténtalo, quiero verte intentarlo.....pequeño conejito.

-....¿Qué? N-No eso no es- El pelinegro lo alzo hasta acomodarlo sobre él y ponerlo cerca de su rostro, sonrió de lado y se acerco lo suficiente como para que Izuku sintiera su respiración rebotar en la piel contraria. 

"No se va a rendir, mira su cara esta ansioso....S-Solo debo de besar y se sentirá mejor ¿cierto? solo es algo rápido y sin malas intenciones, es inocente ¿verdad?"

-Te estas demorando- se quejo, tomando su rostro y plantando un beso sobre sus labios. 

El pelinegro le mantuvo la mirada, Izuku por su lado apenas podía mantener sus ojos abiertos mientras el otro continuaba el beso casi desesperado. Lo sintió alzarle, succionando y mordisqueando mientras movía sus dedos tras su nuca, prácticamente le obligo a participar mientras le aplastaba con su impaciencia. 

-Da...ah...Dabi, vas muy rápido- logro susurrar hasta que se separaron. El nombrado le ignoro, besando su barbilla y cuello -ngh....¡Da-Dabi, no muerdas!

Curvo su espalda, logrando que ambos perdieran el equilibrio. Dabi lo sostuvo con cuidado y se le quedo mirando fijamente mientras parecía prepararse para volver atacarle.

-N-No, ya no puedes.

 -¿No estas siendo muy mezquino?

Negó, se sentía expuesto en esa posición. La mano del pelinegro se paseo por su espalda manteniendo su mirada atenta sobre él. Quería pensar que lo que sentía eran simples cosquillas y nada más pero, pero era imposible cuando Dabi realizaba el movimiento tan tortuosamente bien.

-Conejito, te quedo una pequeña marca. ¿Lo emparejo?- Abrió sus ojos, moviendo instintivamente su brazo hacía su cuello. No se había fijado cuando cerro los ojos. Termino quejándose y encogiéndose mientras volvía a quedar contra el pecho del pelinegro. -No te muevas tanto, el suelo es un asco.

-....¿Realmente hay una marca?

-Lo veras por ti mismo cuando lleguemos a un lugar seguro, continuemos- susurro, tapándole cuidadosamente con la mojada sabana mientras apartaba los cabellos de su rostro. Se detuvo unos segundos y le volvió a besar, levantándolo apenas se separo -Oh, ¿Vas a dormir?

-N-No, solo....tengo frío- se excuso, apretando sus ojos mientras se acurrucaba más cerca de su pecho. Era extraño, su ruidoso corazón no le dejaba escuchar el de Dabi, casi como si no tuviera uno.

Luego de un tiempo, la lluvia se detuvo y el frio empeoro. Ya era de noche y Dabi no había vuelto a detenerse para descansar, era difícil saber si estaba cansado cuando no cambiaba ese rostro inalterable. Se removió, llamando su atención y dedicándole una mirada preocupada.

-....¿Tienes hambre, conejito? 

"Vengo contigo porque me preocupas, porque eres importante para mi, porque no reconozco a nadie en el lugar que se supone es seguro para mi. Porque aunque trate de no pensar en ti, me es imposible. Quiero que tus ojos siempre se muestren así de felices como ahora."

-Dabi ¿Por qué me besaste? 

Su cabeza fue palmeada y no recibió respuesta. Esa incertidumbre era mortal.

.

.

-Izuku, para besar a una persona ¿Realmente crees que debe de importarte? No veo a nadie haciendo problema por eso en los prostíbulos-

-Por favor cállate.

Quizás no se había explicado de la mejor manera, ahora Midoriya parecía mas alterado que antes. Estaba seguro de que lloraría.

-No me mal entiendas, no te estoy comparando de esa manera, solo quiero saber el nivel de importancia que le das a nuestras interacciones.



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