Mi Sangre Sucia ||Draco y tú|| 《T3》

𝐂𝐚𝐩𝐢́𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟕: 𝐏𝐞𝐪𝐮𝐞𝐧̃𝐨 𝐞𝐧𝐜𝐮𝐞𝐧𝐭𝐫𝐨

Le dio los dorados a Daph y los negros a Ari,

—Pruébenselos —las animó la castaña con una gran sonrisa.

Ambas se pusieron los tacones y pude apreciar la buena elección de Mai.

—Perfectos —dije alzando mi dedo pulgar con un guiño.

—¿Y ustedes?

—Recuérdenme por qué teníamos que comprarnos un vestido para nosotras —pidió Mai acomodando mejor las bolsas de cosas que ya llevábamos compradas, a decir verdad que eran muchas.

—Para la fiesta de Slughorn —respondió Ari caminando hacia el probador que antes había ido ella.

—Pero si tu no estás en el club de las Eminencias —dijo Mai con extrañeza.

—No, yo no, pero recuerda que mi novio sí —dijo con orgullo desde detrás de la cortina.

—Es verdad, tu novio es el inteligente de la relación —dije con burla.

—Ñe, ñe, ñe, que graciosa —se quejó la pelinegra haciéndome soltar una risa.

—Iré a probarme mi vestido —dije agarrando el vestido que anteriormente había elegido yo junto con los tacones.

Contaba de un vestido largo color gris con los tacones de color plateado, eran lo suficientemente altos como para que mi vestido no arrastrara en el suelo.

Me quité la ropa colgándola en el gancho de la ropa, até mi largo pelo para que no me incomodara a la hora de ponerme el vestido y comencé a vestirme, no fue tan difícil como parecía, al terminar y levantar la vista para mirarme en el espejo pude apreciar lo bien que me quedaba, salí del probador para mostrarles a las chicas.

—Uh tu también te ves zorrísima —halagó Ari mirándome de arriba abajo.

—Yo siempre me veo así —alardee con orgullo.

—Claro que sí nena —me nalgueó Daph.

—Deja de juntarte con Ari, Daph, es mala influencias —dijo Mai con burla ante la acción de la rubia.

—Opino igual —opinó Daph riendo.

—Soy lo mejor que les pasó en la vida, banda de estúpidas —dijo Ari orgullosa de si misma, reí y volví hacia el vestidor.

—Vayan yendo, las alcanzo en la tienda de al lado —les dije desde el vestidor.

Las tres accedieron por lo que las escuché ir a pagar para luego escuchar el ruido de la puerta cerrarse.

Quitarme el vestido era más difícil que ponérmelo por lo que demoré unos minutos más pero al final había logrado quitármelo sin problemas. Estaba terminando de abotonar el botón de mis pantalón de jean cuando alcé la mirada hacia el espejo frente a mi me llevé un pequeño susto, había alguien parado detrás de mi.

—Últimamente estás muy asustadiza, nena —dijo el chico que últimamente ocupaba gran parte de mis pensamientos.

Me giré hacia mi novio y su vista se centró en mi rostro para unos segundos después bajar la mirada a mis pechos cubiertos por la tela del sostén de encaje que traía en esos momentos puesto, aún no me había puesto la camiseta.

—Y mis ojos están aquí arriba, cariño —dije con una sonrisa de lado.

—Eso lo sé, solo estaba mirando lo que me pertenece —dijo dando unos dos pasos hacia mi llevando sus manos hacia mi cintura para pegarme a su pecho con algo de brusquedad aunque eso ni siquiera me importó.