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~ ¡Cuidate mamá! - gritó el menor desde su cuarto, viendo como su madre se marchaba a su trabajó a través de la ventana.
Erick cuando se percató de que su progenitora esté lo suficientemente lejos de prisa fue con su hombre lobo favorito.
Llegó de inmediato al sótano y abrazo a Pimentel cuando lo vio. Pero cuando se separó de aquel afecto pudo ver de cerca aquellos tremendo pectorales que se cargaba Joel.
Trago saliva por sus nervios a lo que el rizado se percató.
~ ¿Qué pasa Ericksin? ¿Aún te pongo nervioso? - el moreno pasó su brazo alrededor del cuello del menor y caminó alrededor del cuarto completamente relajado - Vamos, sé que tu has visto más de mi que yo de ti.
Aquellas palabras que había dicho el mayor, fueron alusivas a lo que Erick acostumbraba hacer por las madrugadas con él.
Colón con su tono de mejillas, color carmesí, se separó del agarré del rizado y cambió drásticamente el tema.
~ ¿Estas mejor? Quiero salir y me gustaría que fuéramos de picnik al monte que está a la vuelta ¿Podemos?
El rizado negó con flojera la idea que su pareja le había propuesto y se puso su playera para no hacer contacto visual con el menor a lo que Erick sin pensarlo más de un par de segundos se dio cuenta.
~ Vamos lobito - insistió Colón con tono de burla al diminutivo que le había puesto a su enamorado.
Joel al escuchar el apodo que le habían puesto, se levantó enfadado sacando los dientes y garras para dirigirse a Brian.
~ ¿Te parece que soy un lobito? - gruñó el ojimiel, sacando sus colmillos.
Sin embargo el intento de espantar a Colón no había funcionado.
Aquel mortal ya se había acostumbrado a la transformación del licantropo.
~ Bien - rodó los ojos - trae las cosas.
Colón salió dando pasos alegres y trajo lo que había empacado en la madrugada. Puesto que había levantado más temprano que su pareja.
Erick retornó con todas sus pertenecías y buscó a Pimentel, más no encontró a nadie o eso creía hasta que vio a un lobo de pelaje color caoba, acercarse a él.
~ ¿Joel?
Con su cabeza que hizo para atrás dio a entender que aquella bestia era Joel y que le estaba invitando a subir a su lomo.
Erick un poco nervioso hizo caso a lo pedido y se trepó, sintiendo raro al haber montado a su pareja.
~ OK, esto es sumamente incomodo lobito ¿Podemos ir cami....?
Erick no pudo continuar con su propuesta por culpa del lobizon de ojos color dorado brillante que salió a toda prisa de la habitación haciendo que este se sujetará con todas sus fuerzas a él.
