Capitulo 16 Tranquilidad

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Colgó e introdujo su teléfono en su bolso, no pudiendo quitar esa sonrisa de sus labios al recordar las palabras de aquella joven. Sabia el motivo por el cual la llamaba, no era solo por ver su lindo rostro, pero si aquello servía para que él pidiera específicamente verla era algo que le bastaba. Suspiró relajada, lo peor vendría en la noche, pero se prepararía para la batalla y en ese momento lo vio. El armamento más poderoso que jamás pudo imaginar, aquello sería una bomba que estaba dispuesta a detonar. A prisa caminó hasta aquel hermoso vestido. Era negro completamente adherido a la figura del maniquí con un escote en forma de corazón y un largo bastante arriba de la rodilla y un par de bandas a su costado con una tela fina de animal print lo cual le daba ese toque elegante y sensual que necesitaría esa noche.

Y así lo fue. Cuando se lo probo supo que ese vestido había sido creado para ella, para esa noche. La encargada departamental no tardo en traer los zapatos negros altos que le daban ese toque sensual y elegante que necesitaba. Sus brazos al descubierto y sus hombros cubiertos por aquellos tirantes amplios, su escote resaltaba magníficamente sus senos dejándolos ver elegantemente sensuales y sonrió complacida. Sabía que no era una noche de reconciliación, pero si quería que Yaten se diera cuenta de la mujer que tenía frente a sus ojos, aquella que ciegamente se negaba ver. Mina quería ver si aun con aquello seguiría siendo tan invisible para él como hasta ahora.

El atuendo estaba listo, así que ahora seria hora de hacer una cita con su estilista tendría que salir del programa corriendo para alcanzar a estar lista antes de las ocho y treinta, pero la carrera valdría la pena. Además, conociendo a su estilista no tenía más que ponerse en sus manos y saber que la dejaría como toda una diosa. Si bien su ánimo había estado por los suelos y las lágrimas cada noche habían hecho estragos en sus ojos, esa tarde no, esa tarde tenía un motivo para esmerarse por algo y aquello vería que consecuencias traería.

S*M

El día había sido pesado, complicado, estresante y las horas de esperar por volver a ver a Mina no habían sido de ayuda. Quizá eso fue lo que más complico su día y lo puso de un pésimo humor, cosa que pocas veces le pasaba. Si toda la culpa la tenía esa hermosa brujita con cara angelical y un cuerpo que...

—Basta Yaten, eres un idiota —se dijo oprimiendo su mano la cual había olvidado llevaba lo que él consideraba un pequeño rasguño— primero juega contigo y ahora con tu trabajo —murmuró observando su reloj, faltaban escasos cinco minutos para que ella llegara y lo que menos quería era que lo viera ansioso por verla. Que, si lo estaba, tanto como para haberse casi vaciado el contenido de su colonia y esmerarse en su arreglo.

Por fin estaba lista y saliendo de aquel salón de belleza, que por suerte estaba bastante cerca de la oficina de Yaten. Su cabello lucía mejor que nunca, ondulado dándole ese toque sensual y elegante hacia un lado, descansando como una cascada ondulada sobre su hombro. Su abrigo la cubría en ese momento, era noche y no quería atraer las miradas incorrectas. Subió a su auto y manejo hasta la oficina de Yaten. Antes de salir de su auto, reviso que el trabajo impecable de su estilista y maquillista estuviera intacto y así fue. Sonrió mientras aplicaba un poco de perfume tras sus oídos y muñecas y bajo del auto viendo que pasaban cinco minutos de la hora establecida. Al entrar aún estaba la secretaria de Yaten quien enseguida la anuncio por teléfono indicándole que podía pasar mientras la contemplaba con admiración y ella solo le sonreía amablemente.

—Ahora agradezco aquellas clases de ballet de mi infancia —Pensó pues le habían dado esa postura y caminar elegante y erguido, mezclado con la sutileza a pesar de aquellas zapatillas altas— Lista... —pensó antes de llegar a la puerta y abrir tal como se lo había indicado la secretaria de Yaten. Lo hizo, pero de manera un poco lenta mientras giraba la perilla y después deslizaba la puerta, preparándose mentalmente para no desmoronarse.

Estrellas y Una ApuestaWhere stories live. Discover now