Eterno (Reyes Volturi)

Capítulo Ocho

"¿Extrañas a tu madre?" preguntó Nahuel mientras se sentaba junto a un tronco de madera.

"Todos los días y todas las noches, a mis compañeros también" Ella sonrío con tristeza, una inyección de dolor atravesó su corazón.

Nahuel la rodeó con un brazo "También conozco a tu madre de que era un bebé, ella me enseñó muchas cosas, la perseverancia fue una de ellas".

Ella sintió un tinte de cero ante sus palabras, su madre nunca le enseñó nada de eso. También se fue rápido, Nahuel era su hermano y había pasado muchas cosas en solo 50 años.

"Mi compañero no lastimaran, ¿verdad?" Ella le preguntó, la última vez que estaban todos peleando y su madre los odiaba por ser mis compañeros.

"¿Por qué preguntas eso?"

"Porque a ella no le gustan en absoluto, creo que incluso lo conocía de antes. Me dijo que solo querían mis poderes y nada más, pero yo... encuentro eso difícil de creer" las lágrimas brotaban de sus ojos.

Nahuel no supo qué decirle, sabía bastante sobre los Volturi por Geraltine, eran poderosos y eran conocidos por tener vampiros con dones y obligarlos a trabajar para el aquelarre.

Celine era demasiado buena e inocente para este mundo duro y cruel, realmente deseaba que todos en este mundo fueran como ella, entonces sería Pacífico.

"¿Qué pasa contigo" 

Él se estremeció ante su pregunta. "¿Que hay de mí?"

"Incluso si nunca has conocido, ¿todavía deseas conocerla?"

"Yo... yo siempre me culpé a mí mismo por su muerte, mi tía me dijo que era una mujer hermosa y que me amaba sin importar quién era yo. En el fondo, sé que todavía me culpa por su muerte a pesar de que lo niega. Durante los primeros 20 años, quise morir... creí que tal vez mi muerte aliviaría la carga de mi tía, pero lo  pensé mejor. Después de muchas veces de decirme a mí mismo que mi madre no querría eso, lo acepté lentamente. Quiero conocerla, pero sé que ahora está en un lugar mucho mejor, a veces sigo pensando que soy un monstruo" Las lágrimas corrían por sus mejillas y ahora Celine tampoco podía contenerlas.

Ella lo abrazó y frotó mientras él sollozaba en silencio sobre sus hombros "Nunca pienses ni por un momento que eres un monstruo, eres un tesoro y sé que tu madre está de acuerdo conmigo en eso".

"Gracias Celine" Él sonrió. En solo dos cortas semanas tuvo la mejor hermana que había conocido, ella era más hermana y amiga para él que aquellos con los que compartía sangre.

"Gracias por todo lo que has hecho por mí, aunque no me arrepiento de cómo me comporté contigo al principio, es posible que nunca haya visto en mi vida de una mejor manera. Eres la mujer más cariñosa y amable que he tenido..." Él quiso agregar el hecho de que sus compañeros eran los hombres más afortunados de la tierra por tenerla como pareja.

"¿Por qué te has detenido?" Preguntó con una ceja levantada. "Sigue" Ella sonrió.

Nahuel puso los ojos en blanco y ambos se echaron a reír.

****

Marcus, Demetri y Félix llegaron a los territorios mapuches de Sudáfrica, registraron cada tribu y colonia en vano.

 Habían sido en total 9 días y Marcus estaba perdiendo la esperanza, estaba cayendo en la desesperación y sus dolores de corazón se volvieron más frecuentes y dolorosos. Demetri y Félix buscaban todos los días sin parar a su futura reina, simplemente no podían soportar la idea de que sus reyes perdieran a otra persona que querían.

Toda la búsqueda y caza había llamado la atención de algunas tribus, por lo que tuvieron que terminar su búsqueda pronto o los de su especie quedarían expuestos y tendrán que masacrar  a dichas tribus y a cualquier otro humano.

Toda esperanza se perdió hasta que encontraron a cierto vampiro, su nombre era Joham.

****

 Volterra

"¡Ha pasado una semana Aro! ¡MÁS DE UNA SEMANA!" Caius estuvo apunto de arrancarse el pelo por la frustración, murmuraba palabras tan rápido mientras caminaba por la sala del trono que ni siquiera Jane y Alec, que estaban cerca de él, podían entender.

".... Todos los días pasando sin nada...."

"... A este paso, moriríamos de dolor de corazón..."

"... ¿Por qué ni siquiera han intentado comunicarse?..."

"... Ella podría estar en peligro...  esa madre suya la envío allí para valerse por sí misma..."

"... Incluso después de saber lo delicada que era nuestra Celine..."

Aro ya no tenía energías para gritarle a su hermano, los dos reyes se estaban debilitando, los humanos adicionales para alimentar tampoco estaban funcionando.

A este ritmo, no se sorprenderían si estuvieron confinados en sus camas, lo suficientemente débiles como para ni siquiera moverse. A veces, el dolor en su corazón era demasiado insoportable que tenían que cancelar las pruebas y necesitaban descansar.

Los poderes de Corín les dieron felicidad solo por unas pocas horas hasta que la tristeza regresó a sus mentes los Volturi rogaban en silencio que Marcus y los dos miembros de la Guardia regresaran rápido.

****

Celine sonrió sin aliento cuando un cuervo cayó al suelo muerto con una flecha en el corazón. Escuchó a Nahuel aplaudir desde atrás y le sonrió vertiginosamente como un niño emocionado por un regalo.

"Has mejorado mucho en solo tres semanas" La miró con orgullo.

"Gracias" Ella sonrió y sacó la fecha del Cuervo, sostuvo el cadáver en sus manos y murmuró salgo. Pronto, el cuervo, una vez muerto, agitó sus alas y ella rió antes de dejarlo volar lejos de sus manos. Eso era lo que pasaba con Celine, en realidad nunca quiso disparar con objetivos vivos, pero después de que Nahuel sugirió que usara sus poderes para curar al animal después de matar, ella aceptó.

"Es suficiente por hoy, regresemos, estamos lejos de la casa y Huilen nos daría una parte de su mente si llegamos tarde" Dijo y se volvió para alejarse.

"No solo un regaño..."

Celine detuvo abruptamente su oración cuando una punzada de dolor agudo atravesó su corazón, un millón de veces más dolorosos que los anteriores.

Ella jadeó y cayó al suelo. "¡NA-NAHUEL!"

Nahuel se volvió bruscamente hacia dónde estaba Celine y la encontró tirada en el suelo, agarrándose el pecho y llorando de dolor.

"¡CELINE!" Él gritó y corrió hacia el cuerpo que estaba caliente como el fuego y ella estaba sudando profundamente, todo el color desaparecía de su rostro mientras gritaba de agonía.

"¡Celine, dime qué pasa!" preguntó en pánico mientras la recogía al estilo nupcial.

En medio de toda su agonía, gruñó algunas palabras.

"Mi corazón, el vínculo de pareja"

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