advertencia: bloodvines
posibles spoilers de the masquerade de tales from the smp
"Eres el heredero de todas estas riquezas, nunca olvides eso, Techno"
Esa frase estaba incrustada en su mente, incluso cuando tenía solamente diez años no podía estar en ninguna parte sin escuchar esas palabras, al igual que era recordado de que sí, era el heredero de todas las mansiones y lujos que habían dentro de ellas cada que entraba a un cuarto diferente, su mente siempre regresando a la voz de su padre mencionándole que todo en cada uno de esos cuartos sería suyo en algún momento.
- ¿Estás listo para salir?
La voz de su madre lo sacó de su libro, levantando la mirada de un mundo ficticio en el que tan desesperadamente buscaba un escape, solo pare ser recibido por el ambiente frío de su habitación y el vestido amarillo de su madre.
-Mhm –respondió suavemente, le habían dicho que iba a salir, no sabía a donde, pero podía percibir que estaría leyendo en la mayoría del trayecto y en el destino final.
-Agarra tus cosas, el carruaje está esperando.
Metió su libro en su bolso de mensajero, apoyándolo sobre su hombro y tomando su saco de su armario, bajando por las escaleras de mármol de la mansión hasta llegar a la planta principal, donde sus padres estaban observando a los sirvientes salir con maletas y montándolas sobre el carruaje que los transportaría.
- ¿Listo? –su padre le preguntó, el asintió, poniéndose al lado de su madre—. ¿Te dijeron a donde vamos a ir?
-No le dije, quería que fuera sorpresa –su madre intervino, trayéndolo más cerca hacia ella, la tela del vestido acariciando su rostro y el olor a su perfume inundando su nariz.
El viaje fue largo, salieron de la ciudad y terminaron dentro de un bosque, donde ya no había ningún camino por donde guiar los caballos de la carroza y Techno se vio obligado a cerrar su libro, observando los robles pasar frente a sus ojos con rapidez, sus manos aferrándose a los asientos para no salir disparado por la ventana gracias a todas las ramas y rocas en el camino.
Terminaron en una mansión, una que jamás había visto en su vida; la entrada tenía un camino con azulejos de mármol que llevaban a la puerta principal. La carroza frente a una fuente de color blanco, los chorros de agua emergían de una estatua de un niño sosteniendo una jarra.
Al salir de la carroza, fueron recibidos por un grupo de sirvientes, quienes empezaron a sacar las maletas y dirigieron a toda la familia hacia la puerta.
El interior de la mansión era el mismo que en todas las otras que Techno había visitado, un gran pasillo de entrada con un candelabro colgando del techo, múltiples pinturas y riquezas decorando las paredes y alfombras que según su familia eran de lugares exóticos, hechas por artesanos a mano. Había una doble escalera que llevaba hacia el segundo piso, también adornada de diferentes toques en oro que sabía que su madre le diría que fueron hechos por un carpintero y que le tomaron muchos años en hacer y solamente por eso tenía que tener cuidado al bajar las escaleras.
- ¿Te gusta este lugar, Techno? –su padre le preguntó mientras observaba los alrededores, el niño asintió, realmente no tenía sentimientos tan grandes hacia el lugar, era como una mansión cualquiera que había visitado—. Me alegro, nos vamos a quedar aquí por unos días, y tu cuarto te va a encantar.
Un mayordomo lo llevó hacia el segundo piso, el cual también tenía cuadros adornando la pared; su cuarto estaba cubierto de libreros de pared a pared, libros que parecían tener siglos esperando a ser leídos, pudo escuchar la risa del mayordomo después de que soltara un suspiro de asombro.
