Capítulo 3

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No puedo. Me doy media vuelta dispuesta a irme, pero me detengo.

《Iren tienes que ser fuerte y enfrentar tus miedos un día estarás sola y tendrás que arreglártelas por ti misma》

Recuerdo las palabras del abuelo y siento que mis ojos se humedecen, respiro hondo y en un arranque de valentía, abro la puerta.

Soledad, es el primer sentimiento que me abarca cuando veo el escritorio y todo un sinfín de libros que leía el abuelo, ahora sin él están casi llenos de polvo, me adentro a la habitación y paseo mis dedos por los libros.

No soy muy fanática a la lectura, pero me gustaba escuchar cuando mi abuelo me los leía antes de dormir, creo que de pequeña ese era mi momento favorito del día.

Me dirijo hacia el escritorio y la luz que entra por la ventana que está a su lado lo ilumina, está todo intacto, justo como él lo dejó, papeles por todos lados y las gavetas cerradas como siempre, de pequeña me daba la intención de que escondía algo ahí dentro, ya que nunca dejaba que las tocara.

Reviso los papeles en la mesa pero no encuentro nada que me diga qué está pasando con ese amuleto, intento abrir una de las gavetas pero está cerrada con llave, las demás se abren así que supongo que la información secreta que busco está ahí.

Fuerzo la gaveta para que abra pero es imposible, bueno toca de la manera sucia e ilegal, me llevo las manos al pelo y me saco un gancho de los que tengo colocados en el cabello y me dispongo a forzar la gaveta, si al rollo de película espías.

Cuando era pequeña me obsesioné tanto con una película de espías que quería recrear todo lo que vi y por suerte el abuelo sabía hacer algunas cosas, nunca le pregunté cómo lo sabe hacer pero supongo que fue en sus tiempos de rebelde sin causa de la juventud que una vez me contó.

La gaveta se rinde ante mi técnica y me siento orgullosa y a la vez nerviosa, no es que esto lo haga todos los días.

—A ver que me escondes abuelo —digo mirando el interior de la gaveta, pero solo encuentro un libro, su portada es roja y solo tiene grabado el nombre Matthew, supongo que era el diario del abuelo.

Lo cojo en mis manos y lo abro, inmediatamente siento los ojos aguados cuando leo las primeras cinco palabras.

Para mi querida nieta Iren:

Hola cariño, lo más seguro es que cuando leas esto ya no estaré a tu lado, y te pido que seas fuerte, tienes a Amara que te quiere y te proteje así que me fui confiado en que estarías bien, también estoy seguro de que si te interesaste en buscar en mis gavetas es porque sabes lo del amuleto, es un tema muy delicado cielo así que presta atención, cuando te conté sobre tus padres no fui del todo sincero y te pido disculpas, lo hice por protegerte, tu padres no murieron en un accidente, ellos fueron asesinados...

Paro de leer el diario y siento que mi cabeza está al explotar, ¿mis padres fueron asesinados?, no puedo creerlo. Después de tomar un respiro profundo y soltarlo vuelvo a leer pero esta ves me siento en el mueble que está delante de la ventana.

Muchas personas querían hacerte daño y me vi obligado a ocultar tu pasado y procedencia hasta de ti misma, sé que debes estar confundida pero todo será aclarado, te quiere con todo su corazón 

                                 Att: tu viejo abuelo.

Esa fue la primera de varias hojas, al parecer en cada hoja hay una carta que va explicándolo todo.

En resumen mis padres fueron asesinados por la Organización, que según mi abuelo es una empresa que prueba e innova experimentos y supuestamente buscan la cura para el cáncer pero que solo es una tapadera para las ilegalidades y experimentos inhumanos, el motivo por el cual los asesinaron fue porque se rehusaron a continuar un experimento que habían comenzado a hacer para esta organización.

Voy por la página 20 cuando siento unos toques en la puerta, me saco rápidamente mis lágrimas y miro a la persona que está apoyada en el umbral de la puerta, es Amara.

—¿Todo bien?, te tardaste mucho así que vine a ver si necesitabas mi servicio de hombro aguanta lágrimas. —me dice con una pequeña sonrisa nostálgica dibujada en su rostro, la muerte del abuelo también la afectó a ella, ya que Matthew la trataba como a una nieta más.

Sonrío un poco por sus palabras y asiento con mi cabeza, se acerca y se sienta a mi lado.

—¿Encontraste algo? —comenta mirando el diario en mi manos.

—Si, este diario fue escrito por el abuelo antes de morir y me lo explica todo —se lo tiendo para que le eche un ojo.

Después de unos minutos leyendo, levanta la cabeza rápidamente y me mira con incredulidad.

—Oh Dios Iren, tus padres... —deja la frase en el aire pero entiendo lo que quería decir así que asiento lentamente.

—No estoy loca Amara, sé que sentí algo cuando me puse ese amuleto, al parecer está relacionado con mis padres, la Organización, la que asesinó a mis padres también tiene que ver con esto y siento que mi cabeza ya no aguanta tanta información y mi vida ha sido toda una mentira, todos estos años estaba en una nube en la que el abuelo me ha puesto y yo... —mi voz suena entrecortada.

—Para, creo que ha sido suficiente por hoy, mejor vete a duchar y descansa un rato, yo me ocupo de la cafetería ¿vale? —murmura bajito devolviendo el libro a mis manos —y lo que sea que haya pasado y que el abuelo te ha ocultado, estoy segura que era para tu protección. Diablos ese hombre te quería como a nadie en este planeta, así que no lo culpes a él.

Suspiro.

—Tienes razón, mejor me voy a refrescar y descansar para pensarlo todo con tranquilidad, gracias Am.

—Más tarde te subo la cena —tira un beso al aire y yo lo atrapo.

Salgo del despacho y es como si me hubiese quitado un peso de encima, aunque llevaba la bomba en mis manos, el diario del abuelo.

De camino a mi habitación veo de reojo al tal Silas, y descubro que me está mirando. Hago una mueca en su dirección para que sepa que no me agrada para nada y él sonríe, madre mía, la sonrisa más linda que he visto en el planeta.

Iren por dios que se está burlando de ti con esa sonrisa de galán de televevisa barato.

Despierto de mi ensoñación gracias a que de tan distraída que iba le he dado de frente a una pared.

—Ouch —digo masajeando mi nariz que es la más afectada.

—Debería prestar más atención con lo que tiene delante , Jefa —la palabra Jefa sale de sus labios en un tono lento y burlón pero a la ves elegante que me hace sonrojarme.

Por el abrazo que le di a la pared el diario se calló de mis manos y está a los pies de Silas. Él lo toma en sus manos y lee la portada, al fin reacciono y le arrebato el diario de sus manos. Nuestros dedos se rozan y tengo la impresión de sentir una corriente eléctrica, y a juzgar por su cara él también lo sintió porque no aparta la mirada de su mano.

—Y tú deberías aprender a ser más amable, no quiero que andes con tu cara de "Dios mátame ya, ten piedad" por todo el establecimiento, aquí siempre hay que estar con la sonrisa en la boca, así que te me comportas que como bien lo dices soy tú jefa.

Me doy media vuelta sintiéndome ganadora y me preparo para salir de manera triunfal pero me quedo quieta al escuchar su voz y giro mi torso un poco para verle, su cara es seriedad pura esta vez.

—No acepto órdenes de una niñata que no sabe quién es en la vida.

Cuando termina de decir eso se marcha y quiero decirle algo, en verdad no quiero que sea él, el que de la última palabra pero abro y cierro mi boca sin poder pronunciar nada, en cierto sentido tiene razón, no se quién soy, pero estoy segura que lo descubriré.


Nota de autora:
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